eL Athletic demostró ayer en tierras gerundenses que sabe jugar con cabeza. Vaya que sí. Los pupilos de Garitano tiraron de orgullo y de saber hacer para darle la vuelta al gol que adelantó al Girona antes del descanso. Después de más de un año, los rojiblancos consiguieron remontar un resultado desfavorable y, además, en tierras catalanas, donde no lograba los tres puntos desde hace doce años, cuando venció al Nàstic de Tarragona por 2-3. Una victoria que hizo soñar a la afición del Athletic con meterse de lleno en la pomada por los puestos europeos. Es el caso de Javier Conde, con quien DEIA vivió el partido en el Batzoki de Basauri.

Pese a haber dedicado su carrera deportiva al atletismo adaptado, el atleta paralímpico admitió ser un fiel aficionado athleticzale: “Como buen vizcaino que soy, soy del Athletic a muerte. Me gusta mucho el fútbol aunque tengo que confesar que cada vez veo menos. Me gusta mucho ver los partidos de las fases avanzadas de la Champions League y, sobre todo, los partidos de mis leones”. El exatleta tuvo un largo coqueteo con el fútbol antes de decantarse por el atletismo. “Jugué en el equipo de Firestone y después en el Indartsu, de delantero y extremo. Pero acabé cambiando de aires porque lo mío son los deportes más individuales. No me gusta el depender del trabajo de mis compañeros para ganar o perder y, teniendo en cuenta mi vena competitiva, necesito ser dueño de mi trabajo y mis resultados”, aseguró.

En lo que al enfrentamiento liguero se refiere, la primera parte fue un tanto descafeinada para Conde. Ninguno de los dos combinados hicieron mucha mella en las áreas rivales. Un estético taconazo de Iñaki Williams a pase de Óscar de Marcos le hizo levantarse de la silla, pero el balón acabó en las manos de Gorka Iraizoz. Poco después, en el minuto 37 de juego, Cristhian Stuani remachó un balón colgado por Raúl García Carnero para colocar el 1-0 en el luminoso y resultó ser la última acción destacable del primer asalto. “Espero que Garitano les motive para seguir trabajando bien. No estamos jugando mal y si salimos a apretar al Girona yo creo que podemos remontar”, suspiraba Conde con los nervios habituales de un partido.

Dicho y hecho, los pupilos del entrenador de Derio salieron a la segunda mitad como lo que son y lo que representan; unos leones. Siete minutos fueron suficientes para que Williams instalara la igualada en el marcador con un remate al que Iraizoz no pudo llegar. Otros siete minutos después, Raúl García culminó la remontada con otro testarazo a bocajarro. Un gol que hizo al exatleta brincar de alegría: “¡Vamos! Qué bien sienta remontar”. Una vez encarrilada la victoria del Athletic, los jugadores, ayer azulones, supieron gestionar el encuentro con mucha cabeza, realizando una estupenda lectura del partido en el que el Girona apenas tuvo ocasiones de gol. “Esta victoria vale más que tres puntos. Ganar fuera de casa y remontando da un plus moral al equipo y seguro que el miércoles en San Mamés hará a los jugadores estar al 200%”, admitía emocionado, aunque no se olvidó de destacar una importante cita en la agenda de los y las athleticzales: “Antes del miércoles hay que ir el domingo a San Mamés a animar a las chicas en un partido muy importante”.