bilbao - El tópico dice que el derbi es un evento desconectado de cuanto ocurre en la competición y por ello resulta más imprevisible que cualquier otro partido. El deseo de imponerse al vecino adquiere tal importancia, según esta extendida creencia, que la clasificación deja de ser referencial y asimismo pasa a un segundo plano la trayectoria con la que se presentan a la cita ambos equipos. Faltan pocas horas para comprobar si se cumple el vaticinio popular que de confirmarse significaría que el Athletic regresa de vacío a Bilbao. Y es que se mire como se mire, este derbi coincide con el mejor momento deportivo del Athletic en mucho tiempo, no ya en la vigente temporada, algo que salta a la vista, por lo que existen fundadas razones para confiar en sus posibilidades de éxito.

Imanol Alguacil ha declarado que la Real es el favorito esta tarde, pero dicha afirmación únicamente se apoyaría en el factor campo y básicamente en un ambiente que la inmensa mayoría de los espectadores tratará de que sea intimidante para los rojiblancos. Por lo demás, cuesta hallar argumentos que refuercen el pronóstico del entrenador local, puesto que hasta la fecha Anoeta más que un escenario propicio ha sido un calvario para la Real. El balance es elocuente: dos triunfos en diez encuentros y sin un solo gol a favor en la mitad de los mismos. Números que reflejan desorientación y graves problemas en un grupo que en teoría cuenta con mimbres cualificados para, al menos, ofrecer un juego eficaz en ataque.

El efecto del relevo habido en el banquillo guipuzcoano no ha sido el esperado, una realidad que contrasta con la experiencia registrada en Lezama, donde desde la salida de Eduardo Berizzo se asiste a una auténtica transformación plasmada en siete jornadas sin derrota y una portería blindada, donde nada más se han contabilizado tres goles. Esto último, que es clave para comprender el acopio de puntos en la etapa de Gaizka Garitano y las sensaciones que transmite el equipo, se ha convertido en la obsesión del Athletic.

El trabajo que despliega está enfocado a priorizar la contención y hoy no será diferente. Lograr que la sequía rematadora de la Real tenga continuidad será la consigna porque los jugadores saben que a partir de esa premisa estarán muy cerca de sumar los tres puntos. Defender en bloque, con un punto innegociable de agresividad y evitando concesiones, es la gran baza, el secreto que ha devuelto la alegría a una afición pendiente de lo que suceda en Anoeta, pues una victoria permitiría asomarse por fin a la mitad alta de la clasificación.

Decir que ganar el derbi prácticamente equivale a iniciar una nueva liga acaso sea excesivo, pero serviría para poner mucha tierra por medio respecto a las plazas de descenso y, desde la perspectiva anímica, constituiría un refuerzo considerable. Luego, ya se encargaría Garitano de impedir que en el vestuario se subiesen a la parra. Al margen de la faceta táctica, es obvio que el crecimiento del Athletic obedece a que el técnico ha puesto muy alto el nivel de exigencia y no tendrá intención de rebajarlo.

un par de dudas Lo previsible es que la alineación sea casi calcada a las de jornadas recientes. Si la cosa funciona y solo se disputa un compromiso semanal, es normal que el entrenador persevere en su apuesta. Hay una ausencia forzosa por la tarjeta roja que le fue mostrada a De Marcos frente al Betis y el resto de los titulares habituales está disponible, también Beñat, baja contra el cuadro andaluz precisamente por sanción. Otra novedad es que Raúl García ha superado el impedimento físico que le ha dejado inédito durante el mes de enero. Con estos condicionantes quedaría por despejar la identidad del hombre que ocuparía la banda derecha, a la que aspiran Ibai y Susaeta. El primero ha tenido más protagonismo estas semanas, pero el capitán aporta más despliegue y rigor defensivo, algo a estimar si ha de emparejarse a Theo, un lateral de corte muy ofensivo. En la zona ancha, Beñat ha gozado de preferencia y San José ha ejercido habitualmente de recambio, con participación constante en segundas partes, aunque el pasado domingo completó los noventa minutos con un rendimiento que acaso le conceda otra oportunidad. Raúl García apuntaría a la suplencia por su inactividad y la respuesta de Muniain en su demarcación, pero no extrañaría que reapareciese avanzado el encuentro.