bilbao - Raúl García (Iruñea, 11-VII-1986) vuelve. Ha pasado un mes de su última comparecencia con el Athletic, que se remonta al duelo frente al Valladolid en San Mamés, y el navarro ya dispone del alta médica, por lo que emerge un nuevo activo para el conjunto de Gaizka Garitano, que presume de un buen momento deportivo como así lo ratificó el pasado domingo con su victoria sobre el Betis. Raúl García se ha perdido los últimos seis partidos, los recorridos en este 2019, que han disputado los leones, que solo han cosechado una derrota, la sufrida en el capítulo de ida de su eliminatoria de Copa frente al Sevilla, en tanto que han firmado otras cuatro victorias y un solo empate, resultados que les ha permitido salir de la zona peligrosa y situarse en una franja más cómoda en vísperas de afrontar el sábado el intenso derbi que se espera en Anoeta frente a la Real Sociedad, posicionada en la tabla un punto por encima del cuadro rojiblanco.

El periodo de baja de Raúl García, que acumula 153 encuentros en sus cuatro campañas como león, ha coincidido con el pico más alto de su equipo, tanto en resultados como en juego, una coyuntura que se explica en el modelo de juego empleado por Garitano una vez que tenía en la enfermería al navarro y al que se sumó poco después Aritz Aduriz. Las ausencias de estos dos pesos pesados y referencias en el vestuario no ha tenido un impacto negativo en el Athletic, lo que la recuperación de ambos, en este caso el de Zizur Mayor, genera un dilema o un bendito problema, según se mire, para el entrenador, que recupera a un futbolista importante, pero que también le obligará a retocar su idea en caso de que el centrocampista ejerza en el once inicial.

Raúl García, entonces, requeriría de un nuevo encaje, por lo menos a tenor del plan que ha proyectado el Athletic en estos últimos encuentros, en los que Iñaki Williams, un nueve con un perfil muy diferente al de Aduriz y al propio navarro, ha funcionado como el hombre más adelantado, con más protagonismo por los costados y con Iker Muniain de enganche en la media punta. Un diseño con el que el colectivo rojiblanco pierde poderío físico en las zonas calientes, pero con el que gana un punto más de velocidad y fluidez en sus llegadas, virtudes que le ha proporcionado coleccionar puntos y salir por le momento del lío en el que se metió durante la era en el banquillo de Eduardo Berizzo.

fijo con garitano El regreso del 22 del Athletic, que sufrió tras el partido ante el Valladolid una lesión muscular en el sóleo de su pierna derecha, causa una cierta expectación en torno a las decisiones que pueda tomar Garitano respecto al rol que poseerá el navarro, que con todo no apunta a titular en el derbi de Anoeta en caso de que forme parte de la convocatoria. El de Derio recibe con buena cara la recuperación de los futbolistas que salen de la enfermería, aunque analizando la dinámica que ha cogido su equipo en los compromisos recientes no parece que el entrenador vaya a cambiar su fórmula, por lo menos a corto plazo y mientras continúe dando réditos.

Paradójicamente, Raúl García había sido un fijo para Garitano hasta que sufrió la lesión muscular que le ha dejado K.O. durante un poquito más de tiempo del previsto. No en vano, el navarro fue titular en los primeros encuentros de la etapa del vizcaino en el banquillo (Girona, Alavés y Valladolid, en liga; y Huesca, en Copa), y en los que el impacto de Muniain, suplente en tres de estos cuatro duelos, fue mucho menor del que presume a día de hoy. Raúl García compareció de inicio en todos ellos, siempre en la media punta, junto a Aduriz, lo que generó que el juego rojiblanco fuera más directo que el actual. Munian solo fue titular frente al Valladolid, y lo hizo en el costado izquierdo en sustitución de Iñigo Córdoba, mientras que Williams saltó al césped desde la banqueta en los choques de Mendizorrotza y Huesca.