bilbao - La comparecencia en Vallecas ha cobrado una dimensión muy diferente a la que habría tenido en caso de que el partido se hubiera disputado el pasado 1 de septiembre, tal como estaba programado de inicio. Aquel aplazamiento, dentro de la tercera jornada de LaLiga Santander, debido al deteriorado estado de uno de los graderíos del vetusto campo vallecano no fue del gusto de Eduardo Berizzo, sobre todo porque suponía que el equipo estuviera inactivo durante 19 días, un periodo excesivamente largo cuando el curso no había hecho más que arrancar. Ocho semanas después el Athletic visita al Rayo en una tarde también incómoda, porque la cita se ha encajado en medio de otros dos duelos ligueros con la carga que genera jugar tres encuentros en un intervalo de solo siete días. A ello se suma la tensión clasificatoria que agobia al Athletic y también al Rayo, con dos proyectos cuestionados, por lo que el equipo que salga mal parado asume que a las nueve de la noche la tormenta que se cernirá sobre su seno puede ser demoledora por la intensidad. Los resultados son inmisericordes en el fútbol de élite. Y el Athletic debe protegerse y buscar soluciones fiables para sumar su segundo triunfo del ejercicio y gozar de una cierta calma a pocas horas vista de recibir en San Mamés al Valencia.
La horrorosa versión que ofreció el domingo el Athletic en Ipurua le deja muy tocado. Peor casi no se puede jugar y semejante descenso a los infiernos futbolísticos acentúa la preocupación en el entorno, donde se detectan muchas más nubes que claros. Como diría el siempre malhumorado capitán Haddock, personaje del mítico cómic Las Aventuras de Tintín, ¡mil millones de rayos y centellas! Berizzo y el vestuario se han conjurado para cambiar la dinámica negativa que emerge desde el derbi frente a la Real Sociedad. Vallecas es un campo de buenos recuerdos athleticzales, porque allí selló de forma matemática el Athletic de Valverde en mayo de 2014 el billete a la Champions y en la anterior etapa del Rayo en Primera División el conjunto rojiblanco firmó tres victorias en sus cinco comparecencias, la última, además, saldada con un rotundo 0-3 propiciado por el hat-trick de Aritz Aduriz, que aún no se ha estrenado este curso.
Aduriz ejerció de titular frente al Eibar y hoy repetirá en el once, tal como lo confirmó Berizzo, disconforme con la proyección pesimista que se generó en Ipurua. La necesidad de hacer puerta obliga a no escatimar recursos y el del donostiarra es uno de los más creíbles pese a que no atraviese por su mejor momento. “Es una referencia”, dijo el argentino, que efectuará algún retoque en su plan en Vallecas respecto al equipo que compareció ante el cuadro azulgrana. Con todo, el técnico, insistirá en su fórmula del 4-3-3, si bien dejó caer cierta variación, que podría darse, a tenor de sus palabras, con la presencia de Mikel San José, probablemente en el lugar de Dani García, al que ya dio descanso ante el Villarreal en una jornada también en miércoles. Por delante del navarro, volverían a asomar Iker Muniain y Unai López, que se reencontrará con el que fue su equipo el pasado curso y en el que tan buena huella dejó. Atrás no se esperan novedades, salvo que Berizzo decida blindar el costado izquierdo con Balenziaga en el lugar de Berchiche, que no se ha perdido minuto alguno hasta la fecha. En cuanto a la expedición, repiten los 18 futbolistas que estuvieron en Eibar y a los que se suma Mikel Rico, mientras que vuelven a quedarse en casa Lekue y Beñat, por motivos físicos; Iturraspe, Ganea, Unai Núñez y Córdoba, estos por decisión técnica.
El partido exige y el Athletic debe dar ese golpe de autoridad tras encadenar siete jornadas sin vencer. Le avala la estadística como visitante, ya que no conoce la derrota fuera de Bilbao, en tanto que el Rayo, donde peligra el cargo de su entrenador, Míchel, se ha mostrado muy vulnerable en su feudo, en el que únicamente ha sumado un punto de doce posibles y con la debilidad de haber encajado trece goles en sus cuatro partidos en Vallecas. Hoy, el conjunto rojiblanco se pone al día en LaLiga Santander. Los tres puntos le relanzaría a la mitad de la tabla. No ganar alimentaría la zozobra.