BASAURI - Cristian Ganea (Bistrita, Rumanía, 24-V-1992) se convertirá a partir del próximo 1 de julio en el primer futbolista rumano que defiende el escudo del Athletic. El club rojiblanco, decidido a reforzar un carril izquierdo en el que Mikel Balenziaga asoma como indiscutible en los últimos años y donde Enric Saborit figura con un contrato que tocará a su fin al término de la presente temporada, anunció ayer un principio de acuerdo con el Viitorul Constanta de Rumanía para hacerse con los servicios del lateral de cara a la próxima campaña. Se trata, al igual que sucede con el todavía jugador del Eibar, Ander Capa, con quien Ganea compartió vestuario en la selección de Euskadi sub’18 -también lo hizo con Sabin Merino- de una incorporación aplazada, toda vez que el internacional rumano permanecerá en su actual equipo hasta el 30 de junio y pasará entonces a formar parte del Athletic, con quien firmará un contrato hasta 2021 con opción a una campaña más. El coste del traspaso, que rondará los 600.000 euros, no ha sido oficializado por Ibaigane, que verá consumado el fichaje de un jugador que, criado y formado futbolísticamente en Basauri entre los 9 y 18 años de edad, hizo pruebas con el Athletic en edad juvenil.

Durante nueve años, Ganea, que llegó a Euskadi desde Rumanía con sus padres, jugó en las categorías inferiores del Basconia y del Indartsu, donde militó en juveniles antes de llamar la atención del Mallorca en 2010 y dar el salto a su filial tras recibir una oferta “profesional”, según indica Mikel Aguilar, quien fuera su entrenador en el juvenil del Indartsu. Fue a raíz de ello cuando Ganea abandonó Basauri, del mismo modo que salió del cuadro bermellón en calidad de cedido rumbo al Santanyí balear de la Tercera División un año después.

Su regreso a Rumanía se produjo en enero de 2013 para probar fortuna en el Targu Mures de la Liga II, equipo con el que logró el ascenso ese mismo curso. Menos productivas fueron sus posteriores aventuras en el Universitatea Craiova (2013-14), el Navodari (2014) y el Brasov (2015). El éxito, no en vano, no tocó a su puerta hasta su fichaje por el Viitorul de Gica Hagi en el verano de 2015. Ha sido en la máxima categoría del fútbol rumano y a las órdenes del que fuera jugador de Real Madrid y Barcelona donde el nuevo fichaje del Athletic ha dado un importante paso al frente, destacando como titular, convirtiéndose en internacional absoluto por su país y ganando la liga la pasada temporada. Todo ello le ha valido para llamar la atención de la secretaría técnica de Lezama, que ha dado finalmente el visto bueno a la operación pese a no manejar informes demasiado positivos tras la reciente visita a Rumanía de Blas Ziarreta.

Su evolución Como grandes conocedores de la evolución de Ganea en edad de formación se presentan el citado Aguilar, así como Santi Gaya y Luisan Martín, técnicos de la selección cadete de Basauri que ponen sus recuerdos al servicio de DEIA en el bar Kanela Kafe que regentan los padres de Ganea en Basauri, un hervidero de comentarios durante la jornada de ayer fruto de un fichaje que se consumará el próximo 1 de julio para satisfacción de la familia.

“Cuando era cadete se le veía ya con un talento innato, una zurda espectacular y un golpeo magnífico para su edad. Era el que ponía la fantasía en una de las mejores camadas que ha tenido el Basconia en su historia”, resalta Gaya, a quien le llama “mucho” la atención que Ganea se emplee en la actualidad como lateral, toda vez que “en el fútbol de formación era todo creatividad”. “Ha tenido que evolucionar una barbaridad para estar jugando ahora en esa posición, porque cuando le veíamos tenía que estar siempre en contacto con el balón, porque si no se inhibía bastante al no ser un jugador aguerrido. No era de ayudar en las tareas defensivas”, advierte.

A sus sensaciones se abraza Martín, el entrenador con el que Ganea y el resto de la selección de Basauri se llevaron el prestigioso Torneo Piru Gainza en 2008. “Era una delicia verle. Técnicamente era muy bueno y tenía una gran visión de juego, aunque defensivamente no trabajaba mucho al no ser requerido tampoco para ello”, resalta Martín, quien añade que el rumano “a balón parado era un seguro, siendo zurdo cerrado“. De ello da fe también Aguilar, quien afirma que “en juveniles seguía siendo zurdo cerrado y destacaba por su golpeo, su llegada al área rival y su buen desplazamiento del balón. Siendo juvenil de primer año ya jugaba en Liga Nacional y fue un factor clave para el ascenso que logramos”. “Entonces jugaba más cerca de la portería rival, porque nos daba diez goles por temporada”, destaca Aguilar sobre el león rumano de Basauri.