uN líder natural. Así puede definirse a Iago Aspas (Moaña, 1-VIII-1987), que vive su momento más dulce como profesional tras alcanzar la madurez futbolística al calor del Celta. Olvidados los sinsabores de un pasado en el que sus aventuras en Liverpool y Sevilla resultaron del todo aciagas, el delantero gallego sonríe en medio de un entorno familiar con el conjunto celeste como abrigo ideal para desarrollar unas innatas habilidades que chocan cada vez menos con su impulsivo carácter. A sus 30 años de edad, Aspas ha encontrado la estabilidad necesaria para ejercer de guía a sus compañeros de vestuario, que agradecen sobremanera la compañía de un futbolista que también ha conseguido hacerse un hueco en la selección española.
Presente en las seis últimas convocatorias de Julen Lopetegui, el 10 del Celta cuenta con serias opciones de estar presente en el Mundial que albergará Rusia al término de la presente temporada, en la que el de Moaña sabe que debe mantener el nivel ofrecido en los últimos tiempos para no verse descabalgado de tan relevante cita. Para ello, el día a día con el club vigués adquiere máxima trascendencia, del mismo modo que sus actuaciones sobre el verde elevan o disminuyen considerablemente las prestaciones de un equipo en el que se desenvuelve con libertad de movimientos. Juan Carlos Unzué, no obstante, ha situado al internacional gallego pegado a la banda derecha, parcela desde la que parte en un dibujo que varía continuamente merced a la movilidad del de Moaña.
Allá donde mueve el esférico el Celta acostumbra a asomar la silueta de Aspas, siempre cerca de la jugada con el objetivo de entrar en contacto con el balón. Su distancia de partida respecto al área rival, sin embargo, es mayor este curso debido a la presencia en punta de Maxi Gómez, un auténtico depredador del área con el que el gallego trata de complementarse para no estorbarse llegado el momento. Si cinco goles suma el uruguayo en liga, cuatro ha firmado Aspas, que solo ha visto portería en dos encuentros. A pesar de su gran influencia en el juego y de las altas prestaciones ofrecidas, el atacante de Moaña solo ha sido capaz de perforar las redes rivales ante la Unión Deportiva Las Palmas, equipo al que martirizó a domicilio con un hat-trick, y el Málaga, rival frente al que también marcó como visitante en la última jornada.
De nada sirvió su diana al Celta, pero sí al gallego, necesitado de goles para plasmar en números unas buenas sensaciones a las que intentará dar continuidad esta tarde con el Athletic como rival. La pasada temporada, el gol no se le resistió a Aspas en el partido que jugó frente a los rojiblancos, toda vez que fue el autor del único tanto del cuadro celeste en San Mamés. Aritz Aduriz y Mikel San José dieron la vuelta al marcador para lamento del de Moaña, que ni siquiera saltó al terreno de juego en el choque correspondiente a la segunda vuelta. Con el Celta en plena preparación de la semifinal de la Europa League contra el Manchester United, Aspas vio desde el banquillo cómo el Athletic se imponía por 0-3, con dos goles de Raúl García y uno de Mikel Rico. No le importó demasiado al gallego no participar en aquel envite habida cuenta del histórico reto continental que el Celta tenía entre manos y que no pudo solventar con éxito, pero esta tarde su presencia en el once inicial está asegurada.
todos los minutos Los números ponen de manifiesto la importancia de Aspas en el ideario de Unzué, pues lo ha jugado absolutamente todo en las diez primeras jornadas de liga. Con 900 minutos en las piernas, el gallego figura como el segundo máximo artillero del Celta y con una asistencia en su haber. El Athletic, conocedor de las aptitudes de Aspas, deberá atar en corto a un jugador que tiene el Mundial de Rusia entre ceja y ceja y que volverá a comandar hoy el ataque celeste en Balaídos.
Por sus botas pasarán buena parte de las ofensivas del Celta en un encuentro en el que los pupilos de José Ángel Ziganda tendrán enfrente una conocida amenaza con aspiraciones renovadas.