cUENTAN quienes mejor le conocieron, aquellos que compartieron vestuario y fatigas varias con él, que José Mari Orue era un ejemplo en el plano humano, que más allá de sus dotes futbolísticas, sobresalía por su trato hacia los demás, siempre exquisito. Un tipo tímido, algo callado pero con dotes de mando, siempre con la palabra precisa en cada momento, que hizo las delicias de la grada de San Mamés durante 17 largas temporadas. Entre quienes lloraron su muerte en el verano de 2007 se encontraba Andoni Iraola, un joven de apenas 25 años de edad que ya se había asentado en un equipo que sufrió lo indecible para mantener la categoría aquel año, en el que el Athletic salvó los platos en el último suspiro. En sus inicios alternó el centro del campo con el puesto de lateral derecho hasta el punto de que se convirtió en el digno sucesor de Orue, al que superó en el ranking de jugadores con más partidos disputados en el conjunto bilbaino. El de Usurbil, algo tímido, reservado, pero cosido siempre a una sonrisa, defendió con la elegancia que le caracterizaba la elástica rojiblanca durante 12 campañas. Se despidió del Athletic con un trago amargo, la derrota en la final de Copa frente al Barcelona en 2015. De la Ciudad Condal se marchó casi de seguido a la Gran Manzana, a la aventura de la creciente MLS. Ayer, tras 14 años como profesional, Andoni Iraola colgó las botas.
Son imborrables los recuerdos de un futbolística atípico, alejado totalmente de los estereotipos que rodean a muchos de los jugadores de la actualidad. Sin ir más lejos, Antoine Griezmann acudió el pasado lunes al entrenamiento del Atlético de Madrid con un coche valorado en 350.000 euros. Pocos imaginarían a Iraola montado en un carro semejante. Mucho más discreto que el joven francés.
Hasta su despedida fue de lo más normal, sin estridencias. Un sencillo homenaje por parte de la parroquia que le idolatró, un manteó de sus compañeros y poco más. Jugó su último partido en San Mamés el 23 de mayo de 2015 ante el Villarreal y solo una semana después lució por última vez la elástica rojiblanca en la derrota en la final de Copa ante el Barcelona, precisamente el equipo que vivió su bautismo un 30 de agosto de 2003.
El ciclo acabó con el mismo sabor a derrota que en su debut. Aunque la noche del 30 de mayo de 2015 el mazazo fue más duro si cabe. Y es que uno de los grandes peros de su dilatada carrera fue el no haber podido celebrar un título con el Athletic. En las finales de Copa de 2009, 2012 y 2015 el Barça se mostró intratable, como en la Supercopa de 2009. La suerte le fue también esquiva en la finalísima de la Europa League disputada frente al Atlético de Madrid en 2012. El destino, caprichoso, quiso que el conjunto rojiblanco reabriera sus vitrinas con el título de la Supercopa de hace un año. Ya sin Andoni Iraola en el equipo, en su particular aventura en el New York City, a donde llegó como el cuarto jugador del Athletic con más partidos disputados (510), dos puestos por encima de José Mari Orue (381).
jugada para la historia Resultaría complicado elegir alguna de sus elegantes cabalgadas por banda derecha. Sería, incluso, injusto, pero la entidad del rival y lo especial del encuentro de vuelta de los octavos de final frente al Manchester United bien merece hacer un alto en el camino. Aquel eslalon que dejó sentados a tres rivales, que comenzó en la frontal del área y que finalizó con un disparo desde el borde del área pequeña que se marchó fuera por muy poco, no encontró el premio del gol, pero fue, sin duda, la jugada más destacada del choque. San Mamés, que sería derruido poco después, se vino abajo. La locura. A Iraola, fiel a su dorsal, el 15, le debió parecer suficiente con aquello. Perdonó a David De Gea cuando lo normal habría sido no fallar.
Aquella fue una de sus más destacadas acciones como rojiblanco. Después, el paso del tiempo, la apuesta por Óscar de Marcos, savia nueva, le fue poco a poco apartando de la titularidad. Anunció en abril, con la discreción que le ha acompañado siempre su intención de dejar el Athletic en el junio de 2015 y aceptó la propuesta del New York City, la sucursal americana del Manchester City. Allí, tras temporada y media y 40 partidos, ha decidido colgar las botas. El más digno sucesor de Orue que ha conocido hasta la fecha la parroquia rojiblanca. Un tipo discreto que cambió el 15, pues ya estaba asignado, por el 51 a su llegada a los Estados Unidos. Donde puso fin a una trayectoria deportiva de 550 partidos.
José Ángel Iribar614 partidos
Txetxu Rojo541
Joseba Etxeberria514
Andoni Iraola510
Piru Gainza494
José Mari Orue481
Aitor Larrazabal445
Canito437
Julen Guerrero430
Estanis Argote427