Una decepción colectiva sin mucha historia
La inexperiencia y la falta de competitividad, dos de las claves que explican el fiasco europeo del Athletic
Bilbao - ¿La Champions League le ha venido grande al Athletic? Esta es una de las preguntas que planea en el entorno rojiblanco después de la merecida derrota cosechada ante el Oporto, con la que se esfumaron las pocas opciones que quedaban de acceder a la siguiente ronda del torneo de clubes más importante del viejo continente. Con dos jornadas aún en juego, a los pupilos de Ernesto Valverde les queda pelear con el BATE Borisov por la tercera plaza del grupo y reengancharse así a la Europa League. Un premio menor teniendo en cuenta las expectativas que generó entre la afición bilbaina la clasificación para la Liga de Campeones. 16 años después de la primera irrupción entre la élite europea, las sensaciones han sido parecidas. Más allá del juego desplegado y de si Valverde ha hecho bien administrando a alguno de sus jugadores para la complicada cita del domingo ante el Valencia, equipos como el Oporto o el Shakhtar Donetsk, sin el cartel mediático de los grandes de Europa, han demostrado mucho más empaque y competitividad que los leones. Una realidad a la que no es ajena el propio entrenador y el vestuario del Athletic. La decepción es colectiva, porque a esta ecuación hay que incluir a los aficionados, que tienen la impresión de que su equipo ha pasado de puntillas por la Champions. Las caras que se pudieron ver en las gradas de San Mamés en la noche del miércoles hablaban por sí solas.
Con únicamente un punto en el casillero de doce posibles y con dos goles a favor y seis en contra, el Athletic es, por delante del Galatasaray, el equipo que peores registros muestra después de haberse disputado las cuatro primeras jornadas de la fase de grupos. Unos números difícil de defender. El propio Valverde admitió tras sucumbir ante los dragones que los hombres de Julen Lopetegui, con el billete ya para octavos, estaban varios escalones por encima tanto en experiencia como en nivel competitivo. “Tenemos que asumir que el contrario ha sido superior a nosotros, no tengo ninguna duda. Lo que sí creo es que nosotros tenemos que competir mejor, es una realidad absoluta. Tenemos que aprender a competir. ¿No queremos jugar la Champions? La Champions es esto. Juegas con equipos fuertes que vienen a apretarte. Nos tiene que servir para aprender, en las disputas y en la competitividad. No es ninguna crítica, pero sí creo que tenemos que dar un paso adelante”, destacó el técnico rojiblanco después de comprobar desde el banquillo cómo sus jugadores fueron superados en todas las facetas del juego.
sin paños calientes Al margen de la vuelta ante el Nápoles, el Athletic no ha firmado un partido redondo en Champions. En el estreno en Bilbao ante el Shakhtar, el empate a cero se pudo dar por bueno; en Borisov, naufragó ante el BATE; hace dos semanas en Do Dragao, los errores individuales impidieron un resultado positivo, y lo ocurrido hace dos días es de sobra conocido. El sueño de la Champions se ha esfumado por méritos propios. Algo que Gurpegi asumió en la zona mixta de San Mamés: “Estamos decepcionados y tristes. La competición se ha demostrado que es muy dura y no hemos estado a la altura. Nos han faltado muchas cosas. El hecho de haber sacado solo un punto en cuatro partidos demuestra que no hemos hecho bien las cosas. Ha sido una competición dura para nosotros”.
Más benevolente que el capitán se mostró Aymeric Laporte. El central francés, debutante en la Liga de Campeones como el resto de sus compañeros -solo Aritz Aduriz la había jugado antes-, lamentó la eliminación prematura: “La Champions era un plus para nosotros, nos ha servido para acumular experiencia. Con lo que nos costó el año pasado conseguir la clasificación? Pensábamos que íbamos a pasar, pero no sabíamos que el Oporto y el Shakhtar eran tan buenos equipos”. Ahora toca pensar en el Valencia, uno de los conjuntos más en forma de la Liga que espera el domingo en Mestalla.