NADIE del Athletic tuvo su noche ante el Oporto. Las cosas como son. Pero algunos rojiblancos que disponían de una buena oportunidad para reivindicarse, la desaprovecharon totalmente. El caso más llamativo fue el de Beñat Etxebarria, que volvió a naufragar en la media punta. Lo preocupante es que no resulta una novedad. Ernesto Valverde apostó de nuevo por él para intentar enlazar con Guillermo Fernández y tener presencia en la zona de tres cuartos. El resultado no fue positivo: el centrocampista de Igorre solo duró cuarenta y cinco minutos sobre el terreno de juego. Se puede decir que pasó de puntillas, porque su participación en el juego ofensivo del Athletic fue testimonial.
Año y medio después de su regreso a Bilbao, la afición rojiblanca sigue esperando la mejor versión de Beñat. La que le convirtió en internacional y justificó que Ibaigane pasara por caja para repescarle. En momentos puntuales a lo largo de esta temporada, como si fueran unos pequeños destellos, el dorsal 7 del Athletic se ha mostrado participativo y muy lúcido con el balón en los pies. Pero ante el conjunto portugués no fue capaz de templar el juego y de ofrecerse a sus compañeros. Sus pases fueron telegrafiados -la mayoría para atrás- y no lanzaron el ataque de los leones.
Óscar de Marcos, el que mejor ha funcionado hasta el momento en el puesto de 10, regresó ayer al lateral derecho. El pasado domingo, en la visita del Sevilla a San Mamés, el de Biasteri comenzó por detrás de Aduriz. De nuevo, su verticalidad y su rapidez para sorprender desde la segunda línea, dieron un plus al ataque del Athletic. Beñat no fue capaz de hacerlo ante los pupilos de Julen Lopetegui. Casemiro y Herrera le controlaron en todo momento. Consciente de que no había capacidad de sorpresa y de que Guillermo era poco menos que un islote en ataque (bastante hizo el sustituto de Aduriz), Valverde decidió mover sus piezas tras el paso por los vestuarios. No le estaba gustando al entrenador de Viandar de la Vera lo que estaba viendo sobre el terreno de juego. Sus jugadores eran incapaces de avanzar con el balón tocado y todo eran pases largos sin mucho sentido. Fabiano, el portero visitante, pasó desapercibido durante el primer acto.
Beñat se quedó en la ducha. Lo mismo que Markel Susaeta, poco acertado anoche. Entraron Iker Muniain y Andoni Iraola, por lo que De Marcos dejó el lateral derecho a este último y avanzó hasta la media punta. Antes de que el Oporto abriera el marcador, De Marcos estuvo a punto de hacer el 1-0 en un disparo desde el vértice del área que cruzó demasiado. Con el marcador en contra, Valverde dio entrada a Viguera por Ibai, por lo que De Marcos terminó el encuentro como interior, por delante de Iraola.
El centrocampista de Santutxu, que regresaba al once titular, tampoco tuvo un buen día. Su actuación fue discreta, ya que las veces que apuró la banda para sacar un centro en condiciones se pudieron contar con los dedos de una mano. Al margen de Guillermo (tal vez el mejor del Athletic), la única variante que introdujo Valverde en el once que no desentonó fue Mikel San José. El navarro se situó por delante de la defensa haciendo las veces de Iturraspe. No aportó gran lucidez en la construcción del juego, pero trabajó como un jabato en la recuperación.