nO es una de las piezas clave de Juan Antonio Pizzi en el renovado proyecto del Valencia, pero amenaza con serlo en caso de contar con la continuidad que el técnico argentino le está brindando en las últimas semanas. Seydou Keita (Malí, 1980), de corazón noble y sacrificio extremo, amontona éxitos y experiencias en un currículo que podría cerrarse definitivamente con su recién iniciada aventura como jugador che.

Es allí, bajo los intensos focos de Mestalla, donde el otrora centrocampista del mejor Barcelona de la historia afronta su enésimo reto. Lo hace después de haber jugado desde 2012 en el Dalian Aerbin de la Superliga china, donde a pesar de firmar un gran contrato, siempre echó de menos sentir la presión de tener que ganar semana tras semana. "Me gusta el fútbol y jugar a un nivel muy alto. Después de ganar todo en el Barcelona, jugar en el Valencia supone todavía más presión para mí y eso es lo que me faltaba en China. Por eso decidí volver, para jugar con presión", manifestó el propio Keita en su presentación como nuevo jugador valencianista.

El discurso, sincero como él, fue completado con un aviso a navegantes: "No he cambiado, sigo siendo el mismo centrocampista defensivo que con un poco de suerte marca algunos goles". La afirmación, lejos de parecer exagerada debido a las 34 primaveras que figuran ya en el DNI del maliense, llenó de optimismo a la afición del Valencia, necesitada de nuevos jugadores en los que confiar.

Además, quienes han seguido sus pasos en el Sevilla primero y en el Barcelona después, saben que Keita no es un futbolista sobre el que haya que arrojar la sombra de la duda. Nunca dio motivos para abrazarse a la desesperación. Su poderío físico, unido a una desarrollada inteligencia táctica y un sentido inalterable de lo que significa jugar en beneficio del equipo, le convirtieron en uno de los centrocampistas más deseados a nivel internacional. Lo vio primero Monchi, quien lo reclutó para el Sevilla en 2007 por menos de 4 millones de euros tras su paso por el Lens, y lo hizo suyo el Barça un año después pagando los 14 millones que marcaban su cláusula de rescisión.

Su fichaje por el conjunto blaugrana se convirtió en el primero de la era Pep Guardiola, con quien le uniría una estrecha relación personal, a pesar de no ser uno de los referentes del equipo. Y es que al técnico de Santpedor siempre le cautivó la personalidad de Keita, a quien calificó como una de sus "niñas bonitas" en el vestuario y sobre quien afirmó que "haberle conocido es una de las cosas más maravillosas que he vivido desde que soy entrenador del Barça". Gracias a su categoría futbolística y personal, Keita se ganó el reconocimiento del núcleo duro del mejor Barcelona.

Como blaugrana hizo un recordado hat-trick ante el Zaragoza en Liga y, sobre todo, aglutinó títulos imposibles de borrar de la memoria de cualquier aficionado al fútbol. Aquella etapa dorada, sin embargo, tocó a su fin en el verano de 2012, cuando el maliense, internacional en más de setenta ocasiones, abandonó la disciplina culé para continuar su carrera en China.

Ahora, en el Valencia, Keita busca un nuevo hogar en el que lucir músculo y experiencia. Después de haber partido de inicio en los dos últimos partidos de Liga, se espera que su rendimiento vaya a más. Contra el Athletic, salvo que Pizzi opte por desprenderse del trivote que se espera en la zona ancha che, Keita compartirá espacio con Javi Fuego y Parejo, dos hombres con los que puede armar uno de los centros del campo más consistentes y eficaces de la categoría.

Feghouli alaba a Valverde

Tras el entrenamiento de ayer, el argelino Sofiane Feghouli destacó la ambición de Ernesto Valverde, su exentrenador, y la comparó con la de Juan Antonio Pizzi. "Les une su carácter ganador", afirmó.