bilbao. La llegada de Beñat Etxebarria al Athletic obedece a la conveniencia de elevar el nivel de competitividad de la plantilla y, desde el punto de vista táctico, debería favorecer un mayor equilibrio en la zona ancha y, por añadidura, en la disposición de todo el conjunto. El exbético es un elemento de contrastada calidad, particularmente bien dotado para el manejo, la distribución y la proyección ofensiva, que se distingue por su visión y un excelente toque, tanto en juego como a balón parado. Su incorporación permitirá a Ernesto Valverde disponer de una alternativa interesante para formar una media que se ajuste a un concepto futbolístico que cabría catalogar como menos osado que el propuesto por Marcelo Bielsa en las dos últimas campañas. Por sus características, acaso Beñat hubiese tenido ciertos problemas para hacerse un sitio con el técnico argentino y gozar de la continuidad de que ha disfrutado a lo largo de tres temporadas bajo la batuta de Pepe Mel. Con Valverde debería encajar más fácilmente y erigirse en un elemento con peso específico por el tipo de fútbol que los rojiblancos desplegarán a partir del mes que viene.

Los fundamentos de Beñat, un caso evidente de futbolista al que le costó explotar, no pasaron desapercibidos para los técnicos de Lezama cuando militó en las categorías inferiores, pero experimentó un estancamiento -o, si se prefiere, no progresó adecuadamente- una vez instalado en el Bilbao Athletic y se vio abocado, tras el corte pertinente, a reivindicarse fuera, lejos de casa. Es posible que otro tipo de planificación le hubiese permitido mostrar lo que luego ha enseñado en la élite, pero lo cierto es que en el curso 2007-08 no dio la talla. Sencillamente, dejó de satisfacer las expectativas que despertaba cuando en enero de 2006 saltó al filial procedente del Basconia, a punto de cumplir los 18 años. Consecuencia de ello fue su cesión con 21 años al Conquense, en una operación promovida por Caparrós, quien antes dirigió a dicho equipo. Su estreno en el primer equipo (Sarriugarte le dio seis minutos en El Sadar el 29 de octubre de 2006) se quedó en una mera anécdota.

AL ALZA Luego, el Athletic consideró que no merecía la pena su repesca y le dio por perdido, pese a que algo bueno hizo en el año que pasó en Cuenca, de lo contrario el Betis no le hubiese captado para su filial, donde pronto despuntó, beneficiado por las lesiones en cadena de algunos compañeros. En el verano de 2010, Pepe Mel le quiso a su lado y fue una pieza importante para lograr el ascenso a Primera División. Intervino en 36 jornadas de Liga y se convirtió en el director de la orquesta verdiblanca. Su inmediata adaptación a la máxima categoría le valió para cuajar una campaña notable, adornada con seis goles y otras tantas asistencias, en los 35 partidos en que tomó parte, más que ningún otro centrocampista (Iriney, Salva Sevilla, Cañas, Matilla,?). Semejante rendimiento llamó la atención de Vicente del Bosque, que le dio la opción de debutar con España. Beñat, cuyo nombre empezó a asociarse a equipos alemanes y españoles, estuvo incluido en la preselección de la Eurocopa 2012.

En su tercer año en el Betis, Beñat ha seguido luciendo la vitola de indiscutible, aunque no alcanzase la regularidad que le hiciera descollar. Ello no ha sido óbice para que haya vuelto a ser el jugador más empleado por Mel en el eje (34 partidos en Liga y seis en Copa; cuatro goles y siete asistencias) y que, en vísperas de la Copa Confederaciones, de nuevo Del Bosque se haya acordado de él. Desenvolverse al lado de Xavi, Cesc, Iniesta y compañía le resulta sencillo porque sus aptitudes son ideales para integrarse en una dinámica donde lo prioritario es tocar y bascular, siempre o casi en una situación de control y dominio. La mayor limitación del arratiano se detecta en labores de contención, su fuerte no es la velocidad o la constancia en el despliegue, aspectos que suple con su sentido posicional y, para decirlo todo, apechugando con un elevado cupo de amonestaciones.

Valverde acostumbra a diseñar una media con tres jugadores complementarios, siendo uno de contención o de referencia, otro de proyección ofensiva, con llegada, y un tercero capacitado para colaborar con los dos anteriores en ambas facetas. Esta idea se ilustra tomando el ejemplo reciente del Valencia, donde Tino Costa o Albelda coincidían con Ever Banega y Dani Parejo, como combinación más habitual. Valverde busca la ocupación de la franja central, escalonadamente, procurando que las líneas no se distancien y garantizando la cobertura que compense las subidas de los laterales. Una fórmula menos agresiva -en su vertiente ofensiva- que la puesta en práctica en el último Athletic, que a menudo generaba descompensaciones, traducidas en un balance defensivo muy negativo, pues el medio centro y los centrales debían cubrir demasiados metros ante la marcada tendencia atacante del resto.

Con Beñat en nómina se prevé además una revisión de las jerarquías imperantes. Se fomentará una lucha por el puesto que siempre beneficia al colectivo y, en definitiva, Valverde tendrá más para elegir. Hombres indiscutibles hasta la fecha como Herrera, De Marcos o Muniain, en su frecuente utilización como medio, tendrán que demostrar que realmente merecen jugar porque el nivel del recién llegado no se lo pondrá fácil.