Otra portería discutida
La pugna por la titularidad bajo palos que mantienen Guaita y Diego Alves incentiva el debate en el conjunto que dirige Ernesto Valverde
TAL y como sucedió entre 1999 y 2005 con Santiago Cañizares y Andrés Palop, dos guardametas sobrados de cualidades para defender la portería che en aquella época, la meta valencianista vuelve a echar fuego en el presente con las candidaturas de Vicente Guaita (Valencia, 1987) y Diego Alves (Río de Janeiro, 1985) para hacerse fuertes bajo palos.
Al contrario de lo que sucede en el Athletic -donde Gorka Iraizoz sobresale en oportunidades y experiencia sobre Raúl-, en el Valencia ni Guaita ni Alves -unidos bajo la disciplina de Mestalla desde que el brasileño aterrizara en la capital del Turia el curso pasado- aceptan ya el rol de secundarios. Ambos entienden y defienden que merecen reinar por encima del otro. Dos posturas, abrazadas a una sensación compartida, que ha impulsado el debate de la portería en Valencia hasta el punto de que ya se da por hecho la salida de uno de los dos el próximo 1 de julio. Y es que, a pesar de que ambos tienen contrato en el club hasta 2015, ha llegado la hora del veredicto, de decantarse por uno de los dos y vaciar así la tensión que partido tras partido acaba con uno de los dos arqueros sentado de morros en el banquillo.
Una situación que ahora le toca vivir y padecer a un Diego Alves que tras haber sido titular en distintas fases de la temporada, ha sido relegado a la suplencia ante la decisión de Ernesto Valverde de confiar en las aptitudes de Guaita. El sistema por rotación establecido la pasada campaña por Unai Emery apaciguó la sensación de lucha entre uno y otro, aunque la tensión volvió a hacerse visible tras la llegada al banquillo che de Mauricio Pellegrino el pasado verano. El técnico argentino apostó por otorgar galones al guardameta que se hiciera acreedor a ellos en función del rendimiento en cada envite y, prácticamente, en cada entrenamiento. Ninguno de los dos acostumbraba a saber quién partiría como titular hasta el mismo día del partido, ya fuese de Liga, Copa o Champions, lo que condujo poco a poco a una relación cada vez más tensa y deteriorada entre ambos, según apuntan desde Valencia, desde donde también se defiende que, si nada cambia de aquí hasta final de curso, será Guaita el elegido para defender la portería valencianista a partir de la próxima temporada.
En el caso de que sea el valenciano el elegido por Valverde y por la secretaría técnica para continuar ligado al club en detrimento de Diego Alves, Guaita, que será titular el domingo ante el Athletic, ganaría un pulso vital en su aún corta trayectoria en la élite.
Debut en San Mamés Un periplo de apenas cuatro años de recorrido que vivió su pistoletazo de salida precisamente en San Mamés, el mismo escenario en el que debutara también el madridista Iker Casillas. Corría el 18 de enero de 2009 cuando una lesión de Renan en el minuto 40 de partido le abrió las puertas a Guaita, cuyos servicios fueron rápidamente requeridos por un Unai Emery, que se vio obligado a tirar de un joven y espigado portero a quien ya señalaban como futuro arquero del Valencia. Su sobriedad bajo palos y un formidable juego aéreo pronto le convirtieron en un jugador querido y respetado por la parroquia valencianista, que tampoco dudó en arroparle tras el repentino fallecimiento de su padre debido a un infarto en las gradas de Mestalla. El dramático suceso, sin embargo, no alteró la conducta de un Guaita que, de la mano de Valverde, vive ahora uno de los momentos más dulces de su carrera.
Y es que, a sus 25 años, el de Torrent parece ir ganando poco a poco la batalla a un portero de habilidades y reflejos ilimitados como es el brasileño Alves, quien, agazapado, aún aguarda la llegada de una última oportunidad que le permita volver a defender la portería che en pos de convertirse también en el portero titular de la selección de Brasil y comparecer en el Mundial del próximo año. Un objetivo que, sin embargo, todavía asoma lejano en el tiempo para el rival de Guaita, quien salvo un giro inesperado de los acontecimientos, verá el partido ante el Athletic desde el banquillo, esperando impaciente cualquier detalle que haga que Ernesto Valverde vuelva a confiar en él y reavivar así una lucha de alta tensión en la portería del próximo equipo que visita San Mamés.