bilbao. Si uno acude a las académicas fuentes de la RAE, a la palabra alirón se le concede un origen oriental. "Procede del árabe clásico al'il'lan que significa proclamación.", vienen a decir los sesudos estudiosos de la palabra. Nadie les cree, sobre todo porque el fútbol, deporte que la tiene como patrimonio casi único, rara vez tiene que ver con la tierra de Saladino. Nadie que conozca la historia del Athletic les da la razón. A la explicación le falta grandeza, ese aire casi mágico que envuelve a las palabras que nos tocan el corazón. Ni siquiera se admite, en la cuna rojiblanca, la sangre azteca que atribuye al vocablo el periodista Alfredo Relaño en su Futbolcedario. Cuenta Alfredo que en México denominaban así "el ala de un ave sagrada, que debidamente ornamentada, se entregaba a los campeones de una competición deportiva o de habilidad".

La historia que mejor encaja con un origen a la altura de lo que significa para un hincha entonar el alirón, se sitúa aquí, entre nosotros. Cuentan miles que todo comienza en la década de los setenta del siglo XIX en la localidad vizcaina de Muskiz, casi al final de la tercera guerra carlista y la supresión de los Fueros de los territorios vascos. Ante ello, los británicos pusieron el ojo en estas tierras, con el objetivo de explotar los yacimientos de minerales que había, teniendo los ojos fijos en el hierro.

Los ingleses trajeron consigo numerosos empleos y ciertas tradiciones. Una de ellas se resume de la siguiente manera. Cuando los trabajadores encontraban franjas compuestas única y exclusivamente por hierro las marcaban con tiza escribiendo "All iron", que en castellano significa "Todo hierro". Cada vez que los mineros de Muskiz leían la leyenda, se activaba el boca a boca entre todos los trabajadores y comenzaban a festejarlo, cantando a gritos un "¡All Iron!, ¡All Iron!" en un estallido de alegría, puesto que significaba que iban a recibir una paga extra por dicho descubrimiento. Con el paso de los años el cántico del "All iron" se castellanizó al popular "Alirón". No hay pruebas científicas que atestigüen una u otra versión, pero ésta es la más romántica que se conoce y la que ha trascendido al imaginario del Athletic.