Cuando funcionó el plan anti-Barça
El Athletic de Caparrós tiró de un sistema ultraconservador para no recibir gol alguno en el Camp Nou
bilbao. La unanimidad es prácticamente total. Para que el Barça no te haga un siete en el Camp Nou se necesita activar un plan anti-Barça. Más allá de la retórica, se requiere que semejante antídoto resulte eficaz al cien por cien. Allí, un partido suele convertirse en un suplicio para el equipo visitante. El Athletic puede presumir de que hace solo dos años, el 21 de diciembre de 2010, hizo más que cosquillas al conjunto azulgrana en su coliseo. No fue en Liga. Fue en Copa, en el partido de ida de los octavos de aquella temporada. El Athletic, dirigido por Joaquín Caparrós, fue capaz de mantener su puerta a cero en feudo culé, lo que ofrece un altísimo mérito tal cómo se las gastaba tanto el Barça de Pep Guardiola como el de Tito Vilanova.
El Barça de hace dos años es muy similar al de hoy en día. El Athletic, en cambio, ha sufrido un lifting radical. Atisbar cualquier parecido en el caso rojiblanco es casi un ejercicio de ciencia ficción. Entonces, los leones siguieron al pie de la letra el ideario de Caparrós, antítesis del que promulga Marcelo Bielsa. El utrerano, actual técnico del Mallorca, activó un plan radical. Defensa, defensa y defensa. Le salió bien, como así lo indicó el 0-0 de aquellos noventa minutos, pero que tampoco sirvieron para que el Athletic eliminara a los azulgranas, que en San Mamés sellaron el billete a los cuartos de final tras firmar tablas con goles (1-1). Los rojiblancos, eso sí, se consolaron con un K.O. sin sufrir derrota alguna.
El empate sin goles de dos años atrás es uno de los resultados que guarda la retina rojiblanca en sus 16 duelos ante el Barça en los últimos cinco años -diez en Liga, cuatro en Copa, incluidas las dos finales de 2009 y 2012, y dos en Supercopa-, como tampoco olvida el 2-2 del pasado curso en San Mamés, lo que se rememora como un excelso rastro de soberbio fútbol. El Athletic no ha vencido a los azulgranas en ninguno de sus enfrentamientos en este postrero lustro, lo que desvela el abismo estadístico que separa a las dos escuadras.
sin tapujos Cada una de las comparecencias de los leones en el Camp Nou desde la temporada 2003-04, la última en que rascó algo en la Liga (1-1), se ha erigido en un martirio para el Athletic, salvo ese capítulo copero. Fue un espejismo. Aquella noche de diciembre, Caparrós apostó por un sistema anti en toda regla. No se ruborizó. Se trataba de primar el resultado, de poner todos los medios para que el Barça se sintiera incómodo y, de paso, espeso.
El Athletic presentó un once inédito y extraño, por el hecho de que Caparrós, que ni convocó a Llorente y prescindió de peloteros como Orbaiz o David López, ideó dos líneas defensivas, el habitual cuarteto (Iraola, San José, Ustariz y Koikili) y un tridente como blindaje por delante (Gurpegi, Javi Martínez e Igor Gabilondo, este como segundo falso lateral izquierdo). Por delante, Susaeta, Igor Martínez, uno de los pocos habituales, e Iturraspe, que se tenía que conformar con un papel secundario, tenían la misión de hacer lo que pudieran. O sea, intentar cazar alguna que cayera cerca del área culé, hecho que, como se sabe, no sucedió.
Iturraspe, una de las referencia en la medular de los rojiblancos, experimentó un momento único en su carrera. Jugó casi como un falso nueve. Hoy, ejercerá en su posición natural. El plan anti-Barça que aplique Bielsa será bien diferente.