Bilbao
rAFA Alkorta (Bilbao, 16 de septiembre de 1968) se emociona cuando le recuerdan la efeméride. Hace 25 años, el 24 de octubre de 1987, debutó como jugador del Athletic. A sus recién cumplidos 19 años de edad, la vida le cambió a este bilbaino de pro, de fuerte carácter, "sin pelos en la lengua" como él dice... "Me subieron la ficha. Estás en una época en la que iba al instituto, donde ya era novedad por debutar en el Athletic. Todo lo que está a tu alrededor te mira con otros ojos", sentencia Alkorta, al que le sigue doliendo su epílogo como jugador rojiblanco, hace diez años, después de legar 263 partidos oficiales en sus dos etapas como león. El exdefensa, padre de dos hijos -Iker, de 11 años, y Ane, de 7-, se estrenó como león en el José Zorrilla, donde jugó de lateral izquierdo, y se despidió en San Mamés el 5 de mayo de 2002, en un agur un tanto amargo, porque cerró su ciclo sin acabar aquel derbi ante Osasuna (1-1) en el que fue expulsado por doble amonestación. Una década después, Alkorta asoma su versión de comentarista ante las cámaras de Canal Plus, no se plantea entrenar a corto plazo (se lo impidió la derrota de Fernando García Macua, con el que comparecía dentro de su proyecto deportivo, en las elecciones del 8 de julio de 2011) y analiza la actualidad de su Athletic con la pasión que le reclama su corazón.
su debut e inicios
"Cuando me lo dijo Kendall, andaba como loco"
A Rafa Alkorta no le cuesta rebobinar su bautizo en el Athletic, un sueño que se cumplía desde que recalara en Lezama con 12 años de edad. Lo cuenta como se si hubiera ocurrido ayer mismo. "Me llamó Howard Kendall cuando entrenaba con el Bilbao Athletic, y me hizo una especie de prueba el solo. Me llevó al campo 2 de Lezama, de repente me puso en la línea, tuve que hacer cuatro o cinco sprints, me tiraba el balón, andaba como loco, porque no sabía de qué iba la historia. Acabé muerto y me mandó al vestuario. Al día siguiente me dijo que estaba convocado para el partido, porque se había lesionado Isma Urtubi y no tenía lateral izquierdo. Me dijo en la víspera que iba a ser titular", pronuncia el excentral, cuya referencia por entonces era Miguel de Andrés. "Me dio una pena terrible no poder compartir con él un partido oficial", apunta. Dos meses después, le llegó su estreno en San Mamés, ante el Espanyol (2-0). Palabras mayores. Emoción total. "Es diferente. Ponerte la camiseta del Athletic en San Mamés , salir con los nervios, con mis padres en la grada, con mi hermano, que tendría 12 años, con todo el barrio detrás, que creas unas tremendas expectativas. Ese día, junto al del nacimiento de mis hijos, ha sido el mejor de mi vida", asegura el bilbaino, que desempolva una anécdota del viaje a Valladolid que se le quedó grabado: "Necesitaba ropa decorosa para ir en el autobús del primer equipo. Con mi difunta madre me fui a una tienda del Casco Viejo a comprarme una pantalón de pinzas, mi difunto padre me dejó una chamarra de cuero y cogí unos zapatos de un día que viajé con la sub'21. Fue un popurrí para que llegara al autobús y la gente dijera: este tío es un elegante".
su primera época
"Era otro fútbol, los córners eran batallas campales"
Aquel partido en Valladolid, que el Athletic perdió (1-0), fue el principio de la bonita carrera de Alkorta, que se consolidó como león. "Si jugabas siete u ocho partidos, ya te quedabas en el primer equipo, y yo los cumplí rápido. El primer año hicimos UEFA, quedamos cuarto. Teníamos un buen equipo, además de que Howard era un magnífico entrenador. El año siguiente jugamos en Europa, y era un paso más. También era internacional con la sub'21 y rápidamente lo fue absoluto, ya que me llamaron para el Mundial de Italia, en 1990, cuando nadie se lo esperaba", enumera el bilbaino, que se queda de aquella época inicial con "mi primer derbi en Atocha, que fue espectacular, aunque también te quedas cuando juegas por primera vez en el Santiago Bernabéu o en el Camp Nou". Alkorta se detiene en un detalle futbolístico. "El fútbol en aquella época era más duro que el actual. No había cámaras de televisión. Los córners eran batallas campales y, a pesar de mi corpulencia, los veteranos te amenazaban, incluso, intentaban intimidarte". Con la suma de partidos fue ganado relevancia en el primer equipo, ya que, en su opinión, "fueron años buenos". "Jugué con Howard, con Javi (Clemente), Iñaki Sáez... Anduve bastante bien, ya cuando vino el alemán (Jupp Heynckes) jugué muy bien de central ese año, y al año siguiente me fui al Madrid", dice el exjugador, que reconoce su madera de líder en el vestuario: "Me tiré dos o tres años escuchando a los veteranos, siempre desde el respeto porque el joven se callaba, y poco a poco fue aprendiendo, además de que mi carácter siempre ha sido muy echado para delante. Enseguida estaba en la comisión del equipo, porque te votaban los compañeros. Siempre te da algo de fuerza en el vestuario, pero una fuerza que tienes que usar bien, al final es para ayudar a los demás. He estado bien situado en el vestuario. No se sido el gallo número uno, pero he opinado y, sobre todo, me he mojado".
su marcha al madrid
"Heynckes no me quería en el vestuario, yo chocaba con él"
1989 fue duro para Rafa Alkorta, cuando perdió a su ama, Ana María. Como homenaje, la grabó en su camiseta rojiblanca: "Tuve la suerte de que me vio. Era muy futbolera, incluso más que mi padre. Mi madre, después de los partidos, era la verdaderamente crítica, mientras que para mi padre todo lo hacía bien. La eché mucho de menos. Ese día fue muy difícil. El primero que me acogió fue Ángel Gorostidi. Llamé a Txetxu Rojo, que era como mi mentor, y a Howard, les dije que quería jugar y jugué dos días después". El siguiente palo lo sufrió cuando José Julián Lertxundi, por entonces presidente del Athletic, le traspasó al Madrid, con lo que el club ingresó 400 millones de pesetas. A Alkorta le desagradó lo que rodeó a aquella operación: "Todo fue muy duro, porque lo habían hecho muy mal. Se lo dije al presidente. Me habían vendido sin decirme nada. Me sentó muy mal, aunque luego pasé cuatro años fenomenales en el Madrid, que me sirvieron para dar un salto en mi carrera. Lo hicieron fatal, me vendieron una historia de que necesitaban dinero, pero creo que la verdadera historia residía en que el alemán (Heynckes) no me quería en el vestuario, porque quizá yo chocaba con él. Tuve unas palabras muy duras con el presidente en su despacho, con Miguel Santos y con mi padre. Fue todo muy complicado. La tomatada a Lertxundi no se olvidará nunca".
de merengue en san mamés
"Para mi padre era complicado estar ese día en la grada"
Alkorta no decepcionó en el Madrid, pese a que estuvo casi un año en blanco al no contar para Jorge Valdano. Conquistó dos Ligas y una Supercopa. Pero de su época blanca, se rescatan sus comparecencias en San Mamés como rival de su Athletic: "El más duro fue el primero (4 de abril de 1994), porque era muy difícil jugar en San Mamés. Para mi padre fue muy complicado estar ese día en la grada, porque él era un forofo total del Athletic y yo iba con la camiseta del Madrid, quizá el equipo más odiado en Bilbao y yo tuve que aguantar el tirón. Creo que perdimos 2-1 (goles de Larrazabal y Ziganda), pero había que pasar el trago". El bilbaino -que encontró en Madrid el apoyo de sus amigos y excompañeros Patxi Ferreira, por entonces jugador del Atlético; y de Andoni Aiarza, en el Rayo Vallecano- pone el acento en el trato que recibió de la parroquia rojiblanca, que "siempre me ha tratado muy bien". "La gente no me pitó. Ellos comprendieron lo que había pasado, me vendieron, me tuve que ir y aya está. Ese día hice todo lo posible para que ganara el Madrid", reflexiona, al mismo tiempo que asume la mancha de la cola de vaca que le ejecutó el brasileño Romario en un Barça-Real Madrid: "Hasta mi hijo (Iker) me vacila. En Youtube se ve la cola de vaca. Nunca le he dado más importancia de la que tiene. Me dolió más la derrota de mi equipo. Fue el primer gol del Barça, que nos metió cinco".
su regreso en 1997
"Es el mejor equipo del Athletic después del de los títulos"
Alkorta completó su ciclo de cuatro campañas en el Real Madrid, tras el cual regresó en 1997 al Athletic, con el que conquistó el subcampeonato de Liga, para la temporada posterior repetir en Champions, esta vez como león. "Aquel vestuario de los Alkiza, Larrainzar, Roberto Ríos, Patxi Ferreira, Mikel Lasa, Isma Urzaiz... es donde he visto más colegueo, más amistad. Con un entrenador (Luis Fernández) muy especial, que me trató muy bien, creo que le respondí. Es el mejor equipo del Athletic después del de los títulos con Clemente. No he vuelto a ver un equipo tan compacto, tan fuerte como aquel". Lo que parecía un sueño, no lo fue tanto, ya que el último tramo de su carrera como jugador en el Athletic no le dejó un sabor muy dulce: "Los cuatro últimos años fueron los peores de mi carrera. Andaba mal de la espalda, no conseguía quitarme el dolor y eso provocaba que tuviera muchos problemas musculares. Fue un desastre. Me autopresioné mucho para jugar bien y demostrar a la gente que no había vuelto para retirarme. Me equivoqué en el modo en que hice las cosas". Alkorta, que apenas jugó en su último curso, donde volvió a reencontrase con Heynckes, cree que la afición "tiene un buen recuerdo mío, porque lo noto. Tengo muy pocos enemigos, y eso te lo labras con el buen hacer. La gente se queda que fui un jugador que, pese a mis problemas durante la última época, cada partido me lo tomaba como el último". Alkorta se conforma con ese reconocimiento.