Silenciada durante siete largos años, oculta al mundo por el régimen comunista de la extinta URSS, la tragedia de Luzhniki es, hasta la fecha, la mayor desgracia vivida sobre un campo de fútbol que se saldó con 340 víctimas mortales. El estadio donde el Athletic se medirá el jueves al Lokomotiv de Moscú en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Europa League, encabeza la lista de fatalidades relacionados con el mundo del balompié. Pocos son los restos que quedan del antiguo Luzhniki, de aquel que en el año 1982 lloró sangre en sus entrañas. Un monumento en los aledaños del estadio recuerda a las numerosas víctimas, una reminiscencia al pasado que tardó años en levantarse, pues no fue hasta 1992, cuando se cumplieron 10 años de la tragedia, cuando se decidió crear el monumento. En la actualidad, el estadio moscovita es uno de los más modernos de Europa y cuenta con la máxima calificación que otorga la UEFA, convirtiéndole en un estadio de "categoría cuatro", el equivalente a las cinco estrellas que se concedían por parte del organismo europeo hace unos pocos años.

Edificado en 1956 al sur de Moscú, a orillas del río Moscova, el campo fue bautizado en sus orígenes como Estadio Central Lenin y contaba con una capacidad máxima de 102.000 aficionados. Entre 1995 y 1997 fue remodelado para hacerlo cubierto por completo y aumentar las medidas de seguridad. Con la modernización del mismo, además, decidieron cambiarle el nombre por el de Luzhniki, como así se conoce el barrio de la capital rusa sobre el que se encuentra. En la actualidad, el estadio puede acoger en su interior a 78.360 espectadores y su césped es de hierba artificial. Allí juegan como locales el Spartak de Moscú y el Torpedo de Moscú, de segunda división. En los Juegos Olímpicos de 1980 fue el epicentro de los mismos, ya que, además de acoger las ceremonias de inauguración y de clausura, todas las pruebas de atletismo se disputaron en el interior del mismo, que por aquel entonces no estaba cubierto.

La tragedia de Luzhniki ocurrió el 20 de octubre de 1982, en una fría tarde. La intensa nevada que cayó sobre la capital rusa hizo que solo 10.000 espectadores se acercasen a presenciar el encuentro de dieciseisavos de final de la UEFA que enfrentó al Spartak de Moscú y al Haarlem holandés, en la que resultó ser la primera y última participación en competición europea del equipo de los Países Bajos, que un año antes habían vendido a Ruud Gullit.

el peor gol de la historia El gol, síntoma de alegría, de felicidad, se convirtió en una terrible pesadilla aquella fatídica tarde de octubre sobre la capital rusa. Con 1-0 en el marcador favorable a los locales y, con el público abandonando sus localidades como consecuencia del frío, un tanto del defensa soviético Sergei Shvetson en el tiempo añadido desató la locura en el Luzhniki, que pocos minutos después fue testigo de la peor tragedia acaecida sobre un campo de fútbol. Un gol que, como admitiría años después, "hubiese preferido no marcarlo nunca". Un taponamiento de gente entre quienes, extasiados por el júbilo de la grada trataban de entrar para celebrar el gol, y los que intentaban abandonar el estadio fue el motivo de la terrible desgracia.

En este punto es donde las fuentes ofrecen distintas versiones para explicar la razón principal sobre el apelotonamiento. Lo que es seguro es que el Luzhniki solo tenía una puerta abierta para la salida y la entrada del público. Las diferentes versiones chocan entre sí al apuntar que solo había una puerta abierta por motivos de seguridad, ya que minutos antes de que se iniciase el encuentro aficionados del Spartak y la policía soviética habían tenido varios enfrentamientos.

Otras fuentes más cercanas al gobierno señalaron que el motivo por el que únicamente hubiese una vía de escape se debía a la poca afluencia que registró el Luzhniki aquella tarde y que, de esa manera, sería más fácil tener controlados a todos los aficionados. Además, se vio como la oportunidad de ahorrar personal.

Lo que sí resultó cierto fue que en pocos segundos las escalares que conducían a la salida se convirtieron en una trampa mortal. Un vaivén de gente, un colapso tremendo que acabó por convertirse en una avalancha descontrolada donde la poca visibilidad de la zona tampoco ayudó demasiado, pues cada vez más y más gente se fue agolpando hasta hacer inviable el paso hacia uno u otro lado. A pesar de que desde el gobierno de la URSS se trató de enmascarar la verdad, alegando que el número de muertos era de 66, la verdad no tardó mucho en salir a la luz y los datos, escalofriantes, demostraron la fatal evidencia: 340 fallecidos.

"un pequeño accidente" Con la habitual transparencia de la época, el 21 de octubre el diario Vecheryaya Moska tituló lo siguiente: "Ayer en Luzhniki, tras el partido de fútbol hubo un pequeño accidente. Hay algunos heridos entre los espectadores". Desde el régimen soviético se hizo todo lo posible para mantener las consecuencias de la tragedia bajo el más absoluto de los secretos. Quienes tampoco pudieron conocer desde el primer momento lo ocurrido fueron los familiares de las víctimas, que tuvieron que esperar dos semanas para enterrar a sus allegados.

En febrero de 1983 se celebró un juicio para depurar responsabilidades y en él solo se condenó al responsable del estadio, Y. Panchikhin, que fue castigado a 18 meses de trabajos forzados. Otras personas relacionadas con la seguridad del campo fueron declaradas inocentes y en el proceso no se investigó la responsabilidad que pudiera tener la policía soviética, pese a las peticiones expresas de las víctimas.

Como consecuencia de la tragedia, durante varios años el estadio no celebró partidos en octubre, para evitar que los afectados dejaran flores en los alrededores en señal de luto. Siete años después del terrible suceso, en 1989, el asunto volvió a tener repercusión para los medios de comunicación, que aprovecharon la mayor libertad informativa para investigar sobre este asunto. Así, se conoció que los jugadores presentes en el campo no fueron conscientes de la gravedad del suceso cuando ocurrió, y los futbolistas del Haarlem no supieron del número de fallecidos hasta años después. En el 25 aniversario de los hechos, se disputó un partido benéfico entre leyendas del Spartak de Moscú y del Haarlem.

un estadio conocido El Athletic ya sabe lo que es jugar en el Luzhniki, pues lo hizo el 19 de septiembre de 1973 en un partido de la Recopa de Europa que le enfrentó al Torpedo de Moscú. El encuentro, correspondiente a los dieciseisavos de final de dicha competición, terminó con un resultado de 0-0, aunque en el partido de vuelta los rojiblancos terminaron por sentenciar la eliminatoria gracias a un marcador de 2-0 favorable a los leones. El estadio, que por aquel entonces no había sido reformado todavía, ha variado considerablemente, especialmente en lo que a seguridad se refiere.