tRES días después. 73 horas después. Se trata de la semana fantástica de Ander Herrera, que seguramente lamentará el nuevo parón competitivo cuando la divina inspiración se había fijado en su persona. El bilbaino firmó el pasado jueves en Salzburgo su primer tanto como futbolista del Athletic y ayer se estrenó como goleador en San Mamés, con lo que se descubre un jugador que luce una inesperada pegada, sobre todo si se tienen en cuenta los antecedentes en su etapa en el Zaragoza, con el que su cuenta anotadora se limitó a seis dianas en 90 encuentros recorridos.
Herrera apareció en un partido épico, de fútbol total, en un escenario en el que deben asomar los grandes futbolistas. El centrocampista rojiblanco presume de un virtuosismo que encaja de maravilla en el ideario de Marcelo Bielsa, que se entiende que ha metido en el armario a los escépticos que aparecieron en los inicios del curso. Herrera batió la meta austriaca con un gesto magnífico y ayer calcó prácticamente la ejecución con una definición de laboratorio para acabar con el sueño de Víctor Valdés, que deja en 897 minutos el récord de imbatibilidad en la historia del Barça. El fin a semejante racha solo podía ocurrir en un encuentro de semejante belleza.
El centrocampista rojiblanco, un jugador que se declara ambicioso de pies a cabeza, se siente cómodo, como si casi hubiera jugado toda su vida en el Athletic, según se desprende de sus declaraciones. Herrera ha calado en un colectivo en el que se ha reencontrado con amigos. Uno de ellos es Iker Muniain, con el que forma una sociedad sublime. Los dos se entienden como si jugaran juntos desde alevines.
Muniain regaló al bilbaino el pase de su tanto en Salzburgo y ayer Herrera se lo quiso devolver al navarro, al que, sin embargo, le faltó consumar a los 35 minutos la gran asistencia de su colega, que ya cotiza muy alto entre la masa social del Athletic.
Como también cotiza alto el conjunto rojiblanco, que encadena diez partidos consecutivos sin perder, por lo que ni el mismísimo Barça fue capaz de cortar la inercia de los leones, que han sumado en los últimos siete partidos de Liga trece de los catorce puntos que atesoran, al mismo tiempo que han sellado la clasificación a los dieciseisavos de la Europa League a falta de dos jornadas para el cierre de la fase de grupos.
el pico más alto La estadística requiere de una referencia. Semejante tacada sin hincar la rodilla no se producía desde la temporada 2008-09, la segunda de la etapa de Joaquín Caparrós en el banquillo rojiblanco. Se trataba de otra filosofía, pero que dio buenos resultados en su picos más altos. Así fue entonces, con la final de Copa curiosamente ante el Barça de Guardiola en el horizonte. Aquel Athletic encadenó diez encuentros consecutivos entre la décimo tercera y décimo novena jornada de Liga con tres citas coperas por medio -los dos duelos de octavos de final frente a Osasuna y el primero de cuartos frente al Sporting-, trayectoria que se rompió en Almería.
Pep Guardiola dice que este es el Athletic de Marcelo Bielsa, un técnico defensor del fútbol ofensivo, donde el término conservadurismo no existe en su diccionario. El rosarino ha aportado aire fresco al conjunto rojiblanco, que anoche acarició el objetivo de tumbar a los azulgranas en San Mamés seis temporadas después, lo que hubiera sido también la primera derrota del de Santpedor ante el Athletic como técnico culé.
A Leo Messi se le ocurrió marcar por primera vez en La Catedral gracias a una aparición divina en el descuento, propia solo de los dioses del fútbol. Y lo hizo sin Fernando Amorebieta en el césped, que lo dejó dos minutos antes por culpa de la segunda amarilla que le mostró el andaluz Paradas Romero. Resulta que Amorebieta le había pillado el gusto a medirse a Messi, al que derrotó y amargó semanas atrás en la primera victoria de la historia de Venezuela sobre Argentina, en un duelo que decidió precisamente el defensa rojiblanco con su gol.
Messi llevaba camino de salir de Bilbao sin ver puerta, pero llegó ese momento repentino que antaño castigaba a Amorebieta, un jugador al Bielsa ha reinventado pero que no se desprende de una leyenda que le persigue. Ayer sufrió su segunda expulsión consecutiva ante el Barça, la décima de su carrera como rojiblanco. Amorebieta será baja en la visita al Sevilla, al igual que Ander Iturraspe, que ayer vio la quinta amarilla.