bilbao. El Athletic ultima el organigrama de Lezama. Poco más de dos meses después de la victoria de Josu Urrutia en las urnas, la actual Junta Directiva presentará en fechas próximas su proyecto deportivo de la factoría rojiblanca para el cuatrienio de su mandato y que supondrá una nueva forma de gestionar la cantera, pero siempre desde una política refrescante y sin aires rupturistas respecto a la herencia cogida.
José Mari Amorrortu, la máxima instancia deportiva del Athletic, se ha decantado por una renovación nada traumática, hasta el punto de que en la nueva cúpula de Lezama solo se borran los nombres de Javier Irureta, el anterior director deportivo, y Kakel Iturregi, responsable junto a Irureta del último proyecto externo, mientras que destacan los retornos de Edorta Murua y Koldo Asua, y la incorporación de José Manuel Sevillano, uno de los más estrechos colaboradores de Amorrortu en los cinco años de este como director general del fútbol base del Atlético de Madrid, entre 2006 y 2011.
Sevillano, excoordinador del fútbol base de la entidad colchonera y expreparador físico de sus equipos infantiles, se convierte, por tanto, en una figura novedosa dentro del organigrama de Lezama, donde pasará a desempeñar una función destinada principalmente a aportar ideas en el área de calidad y a coordinar los diferentes departamentos de la cantera, un puesto inexistente en los últimos tiempos.
Amorrortu, sin más, se rodea de profesionales de su máxima confianza y, salvo Sevillano, conocedores de la casa, como es el caso de Edorta Murua, que regresa a Lezama para encargarse de la metodología desde alevines hasta cadetes, papel que compartirá con Vicen Gómez, entrenador del juvenil de Liga Nacional, que arrancó el pasado sábado la competición con triunfo sobre la Real Sociedad B.
Aitor Larrazabal, una de las bazas electorales de Urrutia, ejerce como la mano derecha de Amorrortu, que asumirá la responsabilidad en la política de captación de valores, conocedor de que se trata de uno de los conceptos más determinantes y delicados. Larrazabal, en este sentido, trabajará de forma directa con el jefe, consciente de la importancia de funcionar como equipo.
Koldo Asua es otro de los nombres propios del nuevo organigrama, donde vuelve a tener una responsabilidad dos años después de su dimisión como responsable de la atención a los jugadores por sus discrepancias con la política de cantera de la pasada Junta Directiva presidida por Fernando García Macua. Asua volverá a asumir, entre otras funciones, el cargo de fidelización con los chavales de los equipos inferiores, así como la orientación educativa de los mismos, por lo que Iñaki Azkarraga reducirá su papel a la relación con los colegios y la residencia de Derio.
Blas Ziarreta y Fernando Quintanilla, Txirri, se han visto abocados a desempeñar nuevas funciones, poco asociadas a las que han ejercido durante los dos años de Irureta al frente de Lezama, donde lucían galones. Ziarreta dejará el despacho y pasará a trabajar como ojeador senior en Tercera y Segunda División B, en tanto que Txirri se encargará durante un año del seguimiento del proyecto externo.