BILBAO. A Fernando García Macua, tan celoso de marcar los tiempos electorales, tan amigo de la táctica y estrategia, el flanco judicial le ha estallado en el peor momento: a menos de una semana vista de las elecciones a la presidencia del Athletic y una vez que su rival, Josu Urrutia, le había tomado varios cuerpos de ventaja. Cuando parecía que el factor desequilibrante de la contienda rojiblanca sería la identidad del inquilino del banquillo de San Mamés, será el inevitable paso de García Macua por el banquillo de los acusados por lo que se recuerde a las elecciones de 2011. Resultaría irónico si no fuese un asunto que salpica al buen nombre del Athletic, un arma arrojadiza demasiado peligrosa en manos de un hipotético mal perdedor (quien quiera que sea) y un factor que, maliciosamente manipulado, podría devolver al club, tan plácido en los últimos tiempos, a los negros tiempos de la fractura social.
"Esto no altera para nada nuestro proyecto". "Me siento absolutamente tranquilo y con mucha fuerza". "Vamos a seguir adelante con un proyecto sólido". Son las 14.30 horas y García Macua trata de proyectar calma, serenidad y normalidad en el Hotel Carlton, pero nada es normal en Bilbao desde que, apenas un par de horas antes, saltase la noticia, adelantada en exclusiva por www.deia.com. La Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Bizkaia dictó el pasado martes un auto por el que Macua será juzgado por un presunto delito contra la Hacienda Pública en el marco del caso Iurbenor, que investiga el desvío de más de 43 millones de euros de IVA en la que debió haber sido, antes de truncarse por la crisis inmobiliaria, la mayor operación urbanística en la historia de Euskadi, Puerta de Bilbao, 2.000 viviendas y varios edificios de oficinas en los antiguos terrenos de Sefanitro en el baracaldés barrio de Lutxana.
de 1 a 4 años En su auto, facilitado ayer a las partes y al que tuvo acceso DEIA, los magistrados María Jesús Erroba Zubeldia, María José Martínez Sainz y Manuel Ayo Fernández imputan al expresidente del Athletic un delito fiscal en calidad de cooperador necesario, que el actual Código Penal castiga con pena de cárcel de uno a cinco años (el anterior prevé de 1 a 4 años de prisión, y sería este el que se le aplicase). La misma imputación pesa, además de otra por insolvencia punible (de dos a seis años), sobre Jabyer Fernández, empresario de la construcción y líder del gigantesco Grupo Afer, ahora en graves problemas financieros.
Nada es normal ya en las elecciones del Athletic: nunca un imputado por la vía penal había aspirado al palacio de Ibaigane. Y nada es normal a mediodía en el Carlton: ni la masiva presencia de periodistas y profesionales de los medios de comunicación, convocados de urgencia; ni el rictus, serio y circunspecto, ni la indumentaria, casual, de los 16 integrantes de la plancha de García Macua que han acudido raudos a la llamada de su líder (solo faltaron Txetxu Rojo, Cristina Pintor y Emilio Prieto, implicado inicialmente en el caso pero cuya responsabilidad penal ha sido finalmente sobreseída); ni la escenificación, popularizada por la izquierda abertzale: todos en fila arropando al líder con el único propósito de que el cierre de filas quede patente para los miles de socios que observarán la escena en los telediarios del mediodía y en los periódicos del día siguiente.
defensa vehemente Pese a que diversas fuentes consultadas apuntaban inicialmente a una retirada de su candidatura, García Macua anuncia que está decidido a dar la batalla hasta el final. Cree en su inocencia, y la proclama. La defiende de forma vehemente Javier Muguruza, exdirector general de Hacienda y miembro de la Comisión Arbitral del Concierto Económico. El expresidente del Athletic, argumenta Muguruza, no era ya ni abogado, ni asesor fiscal, ni socio de Jabyer Fernández cuando se producen los hechos que se investigan, el desvío de 43 millones de euros en concepto de IVA por la reventa de los citados terrenos, y el impago de otra suma importante, de entre 1,8 y 2,4 millones de euros (la cantidad difiere en los informes de dos inspectores), en concepto del IVA devengado por las opciones de compra y posterior venta de cuatro terrenos vinculados a cuatro cooperativas relacionadas con el megaproyecto Puerta de Bilbao. Sin embargo, los tres jueces de la Sección Segunda no ven las cosas como Muguruza: creen que el impago del IVA se produce cuando García Macua aún es la mano derecha en materia legal y fiscal de Fernández, y que su actuación es constitutiva de delito. Por eso han decidido sentar a ambos, en la actualidad rivales encarnizados, en el banquillo de los acusados. De hecho, fue una denuncia de Macua y de otros socios contra Jabyer Fernández la mecha que prendió todo este caso.
Tanto el momento en que se ha emitido el auto como el sentido del mismo constituyen una gran sorpresa. Primero, porque en los corrillos rojiblancos se daba por hecho, aunque sin base jurídica alguna, que llegados a este punto la Audiencia Provincial fallaría tras las elecciones a la presidencia del Athletic. Y, segundo, porque todas las actuaciones judiciales previas habían sonreído a García Macua. El pasado mes de marzo, el juez instructor del caso eximió al entonces presidente del Athletic de toda responsabilidad penal. Además, el fiscal no presentó recurso alguno contra el archivo de la causa. Sí recurrieron, no obstante, Jabyer Fernández, dos hombres de su confianza y la Diputación de Bizkaia.
Fernández recurrió contra su imputación y la de su hermana, Susana, por un delito de insolvencia punible, castigado con penas de dos a seis años de cárcel; la Diputación recurrió contra el archivo de delito fiscal y pidió la imputación de Jabyer Fernández (pero no la de Macua, como por error se informó ayer en varios ámbitos); y recurrieron dos hombres de confianza de Jabyer, Valentín Zuza y Ramón Ruiz Moll, que pidieron que fuera García Macua el único imputado en el supuesto de que la Audiencia apreciara un delito fiscal.
DEFENSA... y ataque García Macua no se conformó ayer con defenderse, sino que pasó al ataque. En línea con su estrategia de campaña (insinuar, sin llegar a decirlo públicamente, que es el PNV y no otra cosa lo que está tras la candidatura de Urrutia), el expresidente enmarcó el momento y el sentido del fallo de la Audiencia en una especie de conspiración contra su persona. "Sabíamos que esta iba a ser posiblemente una campaña dura, que las situaciones que tiene el Athletic y algunos proyectos que encara en el futuro posiblemente hicieran que... pero, sinceramente, no suponía que iba a ser tan dura", declaró, para acto seguido amagar con dar marcha atrás, sin llegar a hacerlo. Muguruza tachó de "rarísimo" el recurso atendido por la Audiencia, y García Macua dijo no descartar la posibilidad de que todo se debiera a "una venganza".
Macua no aportó una sola prueba que avalase la teoría de la conspiración. Sin embargo, la frase que dejó encerraba la suficiente carga de profundidad como para enrarecer el ambiente en lo que resta de campaña y, muy posiblemente, también durante la próxima legislatura, sobre todo si él no resulta elegido. "La imputación de García Macua es una mala noticia para todos: para él, para el Athletic, cuya imagen no sale favorecida, para las elecciones, que se enturbian... y también para Josu Urrutia", aseguraba ayer a este periódico un integrante de la plancha del lekeitiarra. "Pero lo peor", proseguía, "es que las insinuaciones de Macua, además de absurdas, son muy peligrosas. Entre algunos socios puede calar la idea de que Josu va a ganar porque ha habido una conspiración contra Macua, y eso es incierto. Además, antes de que todo esto estallara, Urrutia ya le llevaba una gran ventaja a García Macua en todas las encuestas, incluso en las que maneja el propio expresidente". Urrutia declinó ayer hacer valoraciones.
Arrastradas por la imputación de García Macua y su polémica reacción, las elecciones al Athletic, hasta ahora jugadas más en el terreno deportivo (entrenadores, Lezama, fichajes…) que en el sociopolítico, ingresaron ayer en un terreno demasiado fanganoso para un club tan proclive a embarrarse cuando de elegir presidente se trata.