meñaka. En A Coruña todavía saborean los éxitos de la época dorada del Deportivo. Con los recuerdos se mezclan ahora las deudas de aquel despilfarro. El encargado de hacer un equipo con los pocos mimbres de la actualidad es Miguel Ángel Lotina, un especialista en hacer rendir a plantillas por encima de sus posibilidades.

Vuelve a casa por Navidad. ¿Qué supone para usted volver a Meñaka en estas fechas?

Yo salí de Meñaka con 21 años recién cumplidos y desde entonces solo vuelvo por Navidad, en verano y algún que otro fin de semana. En Navidad siempre me reúno más con la familia y con los amigos, entonces siempre es mucho más especial.

Además, usted es de familia numerosa.

Sí. Nos solemos juntar en Nochebuena y en Navidad. Solemos comer en mi casa, nos juntamos todos los hermanos...

¿Hay alguna tradición que no perdone en estas fechas?

El día de Nochebuena siempre jugamos un partido en Mungia entre amigos. Jugábamos en juveniles juntos y siempre jugamos calvos contra no calvos. Jugamos, vamos a comer y luego jugamos al mus.

Hoy vuelve a A Coruña. ¿Cómo se encuentra el equipo?

Este año estamos sufriendo bastante. Venimos de dos años que han sido muy cómodos para nosotros, en los que hemos estado mirando a Europa, o que, por los menos, hemos estado mucho más cerca de Europa que del descenso. Este año se nos ha complicado. Seguramente sea el año en que tengamos una plantilla más numerosa, pero es una plantilla en la que los fichajes han sido buenos, pero no caros. Es mucha gente que aparece por primera vez en Primera División. En ese aspecto estamos pagando esa falta de experiencia y nos está costando.

¿Tanto ha cambiado la filosofía de Lendoiro?

Lo que pasa es que el Depor está pagando todavía el dinero de todos esos fichajes y quedan unos años para pagar. El Depor vivió una situación, como muchos equipos cuando apareció el dinero de las televisiones, en la que empezó a fichar y a vender. Y en ese vaivén el club ganó una Liga, jugó una Liga de Campeones, estuvo con posibilidades de ganar más Ligas... Pero eso no era real. A Coruña tiene 200.000 habitantes, no es lógico mantener ese nivel. La ventaja es que la gente joven de A Coruña ha visto a su equipo ganar una Liga, que no es fácil. Pero no es una situación normal porque la gente que hay detrás del Depor no es como la que puede haber detrás en una ciudad como Valencia, Sevilla, ni tan siquiera como Bilbao.

¿Eso lo entiende la afición o exige que el equipo esté más arriba?

El entorno lo entiende perfectamente. Empezó a entenderlo el último año de Javier Irureta, cuando los fichajes ya bajaron mucho. Los dos de Joaquín Caparrós seguramente fueron los dos años más duros, porque evidentemente bajó el número y la calidad de los fichajes. A partir de ahí, nosotros el único fichaje de dinero que hemos hecho, por decirlo de alguna manera, es Guardado. Este año, por ejemplo, hemos fichado siete jugadores a coste cero. No hemos gastado ni un duro. La gente se está dando cuenta. Sí que hay mucha gente que ha dejado de ir al campo por todo esto, pero los que van entienden la situación perfectamente. En ese sentido no nos podemos quejar en absoluto.

Actualmente son decimoterceros. ¿Qué sitio le corresponde al Depor?

Yo creo que para cualquier ciudad de España, tener un equipo en Primera, tal y como está el fútbol y cómo se vive el fútbol, es un espectáculo cada quince días. Hasta que no se deja de tenerlo, nadie se da cuenta de ello. A no ser que aparezca un capitalista como pasa en Inglaterra o ahora en Málaga. Cuando tienes que vivir de lo que te dan las televisiones y de la masa social, en una ciudad como A Coruña, con 200.000 habitantes, hablar de una cosa que no sea la permanencia es atrevido. Hay que partir de la base de la permanencia.

¿Cómo se lleva con Lendoiro?

Lendoiro tiene muchas ventajas para un entrenador. La primera que no hay intermediarios entre él y yo. Eso es bueno. Segundo, que es una persona muy equilibrada en las victorias y en las derrotas. Cuando el equipo juega bien y juega mal nunca critica las decisiones del entrenador públicamente. Aguanta mucho la presión mediática y eso es muy bueno para un entrenador. Lo que pasa es que en el momento en que yo lo he vivido, es un momento en el que él está económicamente atado.

¿Qué mejoras tiene este Depor?

Tenemos margen de mejora. Hemos tenido muchas lesiones. Además, han sido lesiones de gente importante como Guardado, Riki, Juca... Son jugadores de peso que no han tenido ninguna continuidad. Solo con que solucionemos esto ya tenemos que dar un paso. Tampoco hemos jugado un fútbol que sea el que nosotros queremos.

Es el cuarto equipo menos goleado, pero solo han anotado trece goles.

Los números no mienten. Es verdad que nosotros tenemos muchísimas dificultades en ataque. Se debe, sobre todo, a dos cosas. Primero que no tenemos gente goleadora. Nuestros delanteros no son de ocho o diez goles. Son buenos delanteros, pero no tienen esa virtud o esa cualidad. Y segundo, no somos un equipo que genere muchas ocasiones.

Cogió el Depor después de Joaquín Caparrós. ¿Son muy diferentes?

Creo que somos bastante parecidos en muchas cosas. Empezamos más o menos juntos, el historial que tenemos es parecido, tenemos una edad parecida... Él es más corazón y yo soy más cerebral. Esa es un poco la diferencia. Eso también se nota en el terreno de juego. El Athletic de Caparrós es más de corazón y mi equipo intenta ser más pausado.

El Depor peleaba por la Liga, como el Valencia, el Sevilla... ¿Qué ha pasado para que esto sea solo un coto de Barcelona y Real Madrid?

Creo que el Barcelona tiene mucha culpa. Por mucho que le demos vueltas, nunca ha habido un equipo tan potente como este Barcelona. Es incomparable. Eso ha hecho que el Madrid fiche a todo. No sé si eso es beneficioso o es perjudicial. Como aficionado puede ser bueno ver a dos equipos así, pero como profesional es un poco frustrante. Vas a jugar contra el Madrid o el Barcelona y sabes que tienes que hacer el partido de tu vida para sacar un punto.

¿Se puede ganar títulos sin dinero?

Es muy difícil hoy en día. Ahora los grandes también quieren la Copa. El Madrid lleva muchos años sin ganarla. Para mí es más fácil ganar la UEFA que la Copa.

Usted puede ser lo más opuesto a José Mourinho.

A Mourinho le tengo mucho respeto por el historial que tiene. Pero cuando yo hablo no soy Lotina, soy el entrenador del Depor y tengo que dar una imagen. En una entrevista o en una rueda de prensa represento a unos aficionados y a un escudo. Es Mourinho y es el entrenador del Real Madrid. Yo tengo mucho cuidado. Muchas veces diría cosas que no digo porque sé que a mis aficionados no les va a gustar.

¿Qué le queda por hacer en su carrera como entrenador?

No soy una persona que se ponga muchos objetivos. Es verdad que llevo tres años con el inglés. Antes no me hacía ilusión ir al extranjero, pero ahora que los hijos son mayores no descarto que me vaya fuera en un momento dado. No lo tengo como meta, pero ahora con el inglés lo puedo valorar.

¿Se le ha planteado en alguna ocasión ir al extranjero?

Sí. He tenido ofertas concretas de Grecia y de México, pero no quise. Y luego también alguna cosa de otras Ligas, pero no lo valoré. Ya veremos ahora cómo va la cosa.

Aranzubia parece ser ahora mejor portero de lo que fue en el Athletic e Iraizoz, al contrario, no está rindiendo al nivel que se le supone. ¿Es porque se acomodan en Lezama?

Yo creo que el futbolista no se acomoda, pero la portería de San Mamés siempre ha tenido mucho peso. La gente de San Mamés, en un porcentaje muy alto, se acuerda de Iribar y de Zubizarreta. Cuando tú fichas un jugador para el Madrid tiene que ser bueno, fracasan un montón. La portería del Athletic es muy parecido. Para mí Aranzubia tiene unas facultades físicas y técnicas tremendas. Gorka ha estado unos años muy bien, muy tranquilo. Y luego todo el mundo tiene un año mejor o peor. Lo importante de un portero son las condiciones. Aranzubia tiene muy buenas condiciones y Gorka también.

"Llorente es el delantero que más da a un equipo"

¿Cómo ve al Athletic?

El Athletic a mí me gusta. Hay que reconocer que tiene dos campeones del mundo, que no es fácil. Y luego tiene otros jugadores en unos puestos concretos que tienen mucho peso, como Iraola, Gorka... Hay jugadores de un nivel muy alto. Para mí es de los pocos equipos, junto al Getafe, capaz de hacer sombra al Sevilla, Valencia, Villarreal y Atlético de Madrid que son los equipos que están un par de escalones por debajo de los dos grandes equipos.

Se está viendo dos Athletic diferentes, uno en casa y otro fuera.

Este año está pasando más eso a todos los equipos en general. La manera de jugar del Athletic también tiene que ver. Es un equipo aguerrido, vertical, intenso... y ese tipo de equipos en casa siempre rinden mejor. Fuera les hace falta otra cosa para hacerse con el resultado.

Sin Llorente al Athletic le faltan argumentos.

No lo podemos negar. Para mí Llorente es el delantero que más da actualmente a un equipo. No voy a decir que sea el mejor de la Liga española, pero sí el que más da a un equipo. Ni Villa da tanto al Barcelona, ni Cristiano ni Higuaín dan tanto al Real Madrid.

¿Debe el Athletic aspirar a Europa?

La ilusión seguro que la tienen la plantilla, los técnicos y la afición. Creo que si le sale un buen año pueden hacerlo. Lo que pasa en Bilbao es que la gente valora más una final de Copa que la UEFA. El aficionado prefiere ir a jugar la final de Copa a Madrid o a Valencia que jugar la UEFA. La gente dice que si no lo consigue es un fracaso, y no es un fracaso. Si decimos que el Athletic tiene a Llorente, el Villarreal tiene a Rossi y Nilmar, el Atlético a Agüero y Forlán, el Valencia a Soldado y Aduriz, el Sevilla a Luis Fabiano... Pensamos todos que si el Athletic hace una buena campaña puede estar en Europa, pero si no lo hace no puede ser un fracaso. Esa variante la tenemos que saber manejar.

¿Sigue siendo especial para usted visitar San Mamés?

Sí. Para una persona su niñez es especial. Y mi niñez es el Athletic. Eso siempre va a ser así.

Siendo vizcaino y con esa trayectoria profesional. ¿Por qué nunca ha entrenado al Athletic?

Por detalles. El fútbol es estar en el sitio adecuado cuando el club te necesite. En su momento entrenó Mendilibar al Eibar y pasó al Athletic. Porque era el momento. Si no se hubiese dado la situación, no hubiese entrenado Mendilibar al Athletic. Lo mismo le pasó a Mané o a Sarriugarte. A mí no me ha tocado nunca ese momento por lo que sea. Tampoco hay que darle más importancia.

¿Tiene la sensación de que no es valorado en su tierra?

No. Entrenar al Athletic es un prestigio, no para mí, sino para cualquier entrenador. No es una obsesión para mí. En ese sentido estoy muy tranquilo, porque creo que las obsesiones son malas. Las cosas en el fútbol caen por su propio peso. Si estás intentando entrar en algún sitio, te sale mal.

¿Le queda mucho camino en A Coruña? Es año electoral en el Athletic...

No me veo como una baza electoral. Soy un entrenador que no se mueve en esas cosas. Mis amigos son socios del Athletic, pero no son gente que mame el Athletic en los ambientes en que se mueven esas cosas. No me muevo en el entorno de las elecciones. Es lógico que haya entrenadores que hayan estado en el Athletic o que están porque se muevan ahí. Pero no pienso en esa posibilidad.