Bilbao. "Ponlas a 60, 70, 80 y 120 euros, y los abonados no pagan". Lo dice de carrerilla y sin pensárselo un segundo. Ángel Torres, presidente del Getafe, lo ordena vía teléfono móvil cuando recibe una llamada desde la gerencia del club minutos después de conocer el día y hora del próximo encuentro de los azulones en Liga (7 de noviembre a las 19.00 horas frente al Barcelona en el Coliseum Alfonso Pérez). Por algo reconoce que el Getafe es una entidad presidencialista, "lo hice así y ha dado buenos resultados", y sus palabras van a misa. Torres presume de ser una persona cercana y, en este sentido, no dudó en atender a DEIA el pasado miércoles dos horas antes del inicio del duelo de ida de los dieciseisavos en el que el Getafe no pasó del empate ante el Portugalete en La Florida. Una visita a la villa jarrillera que rentabilizó al máximo y donde se metió por primera vez en el hábitat de un txoko (Galeote) a invitación de la Junta Directiva portugaluja. "Nos han tenido cuatro horas y nos han inflado a comer", apunta ya relajado después de triunfar en la partida de mus (una de sus otras pasiones) en la que compitió, con Luz Monzón (jefa de prensa del Getafe) como pareja, ante Oscar Egaña y José Vaquero, vicepresidente y delegado del Portu, respectivamente.

Son ya diez años como presidente del Getafe. ¿Lo suyo es vicio o una necesidad vital?

Son ya muchos años. Es nuestra séptima temporada en Primera División. Aquí no hay egocentrismo alguno, ya que seguimos siendo un club modesto.

¿Ha puesto Ángel Torres a Getafe en el mapa?

Sí. Habrá opiniones para todos los gustos. Getafe, desde que estamos en Primera División, se conoce en todo el mundo, sobre todo por aquella eliminatoria de cuartos de final de la Copa de la UEFA (temporada 2007-08) ante el Bayern de Munich, que marcó el salto del Getafe para ponerlo en el mapa.

¿Se considera un presidente atípico?

Sin menospreciar a todos los colegas, soy un presidente distinto, no sé si bueno o malo, por lo difícil que es para un equipo como el Getafe, con 8.000 abonados, sobrevivir en la Liga de las Estrellas.

¿Es tan seductor el fútbol o es un nido de víboras?

Depende de cómo te lo tomes. Si te gusta y disfrutas, es algo bonito, aunque jugamos, a veces sin querer, con los sentimientos de las personas. En el fútbol no vale el mañana, ya que se pasa del blanco al negro en diez segundos.

¿Llega a sentirse como un "Rey Midas" por todo lo que ha conseguido el Getafe bajo su mandato?

No. Me he sentido con el deber cumplido de haber hecho las cosas bien, de tener claras las ideas y el proyecto, e intentar durante muchos años permanecer en Primera División. No hay que perder el norte, sino que hay que ser muy modesto y respetar a todo el mundo.

¿El Getafe es un club presidencialista?

Sí. No sé si es bueno o malo, pero lo hice así y ha dado buenos resultados. Estas cosas no hay que negarlas en la vida y el Getafe depende de Ángel Torres. Mientras nos vaya bien, todo el mundo se callará. El día que no sea así recibiré tortazos por todos los lados. La gente se acuerda de los últimos partidos y, en ese sentido, estoy mentalizado.

¿Por qué los éxitos del Getafe no tienen realce mediático?

Porque estamos en Madrid. Getafe es un club que siempre había estado en Regional, Tercera, Segunda B y Segunda, hasta que subió a Primera. Tenemos una afición, que pese a quien pese, en la que todo el mundo es del Real Madrid, Barcelona, Athletic, Sevilla... Es una ciudad con muchos integrantes y deberán pasar aún algunos años para tener una masa social fuerte. Entonces, nos daremos cuenta de quiénes son clubes históricos.

El Coliseum Alfonso Pérez no se ha llenado nunca, ni siquiera en aquella eliminatoria ante el Bayern.

Desde esa eliminatoria, no hemos pasado de 8.000 ó 9.000 espectadores. Jugando en Primera, hay que disfrutar del fútbol y quizá mucha gente de Getafe no lo haga. Trato de vender ese disfrute, como lo vimos el miércoles en Portugalete.

San Mamés se llena juegue el Getafe o el Real Madrid.

La Catedral es la leche, se te ponen los pelos de punta. Gane o pierda el Athletic, el campo siempre está lleno, lo que es envidiable para cualquier dirigente. Hay que tener paciencia, conformarse cada uno con lo que tiene.

Usted es socio del Real Madrid e incluso se le ha cuestionado de forma continua sobre su posible deseo de aspirar algún día a la presidencia del club blanco. ¿No peca de doble personalidad?

Tras diez años en el Getafe y los que me quedan por delante, no me quedarán muchas ganas. Siempre sale el rumor cuando el Madrid tiene problemas, pero mi objetivo es terminar en el Sur. Si digo mañana que dejo el Getafe y me voy al Madrid, mi familia seguro que me mata.

Los éxitos del Getafe ahí están. ¿Es un presidente que sabe de fútbol?

Soy un presidente que tiene las ideas claras, que confía en un proyecto y en una manera de trabajar. Este club tiene la virtud de que sólo manda uno, con lo cual el máximo responsable para bien o para mal soy yo, lo que no es posible en los clubes grandes. Hay que tener también suerte de que la pelota entre, aunque es verdad que en este país todo el mundo sabe de fútbol.

Usted baja a ras de césped en los calentamientos de su equipo. ¿Tiene su lado de entrenador?

Lo hago sólo fuera de casa, ya que en el Coliseum no bajo ni al césped ni al vestuario. No sé si es una manía, pero soy muy respetuoso, el vestuario es parcela del entrenador. Hay dos cosas en la vida que nunca sería: entrenador y político.

¿Qué partido intuye en San Mamés?

Difícil e igualado. El Athletic me gustó en Sevilla, sobre todo arriba, aunque es cierto que tuvo problemas en defensa. Nosotros tenemos muchas bajas, pero es el sino de toda la temporada. El Athletic anda bien y, además, Llorente está en un estado de forma increíble, ya que todo lo que enchufa va para dentro.

El Athletic es un club único por su filosofía. ¿Son buenos tiempos para la lírica?

Sí, son buenos tiempos en estos momentos de crisis, que son los propicios para trabajar la cantera, porque así nos lo exige la UEFA y el control económico. El Athletic lo lleva haciendo toda la vida y, además, bien. Caparrós lo está gestionando de forma fenomenal y seguro que este año estará entre los seis o siete primeros.

Le recuerdo una frase suya respecto a Míchel: "No contesto a los padres". ¿Le traiciona en ocasiones los calentones?

Da impresión de ser un calentón, pero no fue así. El padre (Míchel) defiende que su hijo (en referencia a Adrián González, que el pasado verano abandonó el Getafe para recalar en el Racing) es de los mejores y a veces nos equivocamos todos. Él opinó, pero yo tengo la responsabilidad de dirigir mi club. Ese tema se arregló bien. Ojalá me reprochen que me equivoqué.