Bilbao

CAROLINA Celico, antigua miss y ex modelo, estaba entusiasmada. Conforme hablaba entró en una especie de paroxismo, sin duda alimentado por la importancia del acto. elevó el tono de voz, desbordándose en un torrente pasional. En medio del frenesí profirió: "En tiempos de crisis el dinero debe estar en algún lugar y Dios lo puso en manos del Real Madrid para contratar a Kaká. Fue una gran bendición (...) El Señor nos quiere allí, en Madrid".

Hay que comprender a la bella dama y su ardiente alegato. No en vano a su lado estaba la mismísima obispa Sonia Haddad Moraes Hernandes, fundadora junto a su marido, el apóstol Estevam Hernandes Filho, de la iglesia evangélica Renacer en Cristo, anunciando mientras sujetaba en sus brazos al pequeño hijo de los Kaká que la nombraba pastora de la secta, con la misión de fundar una templo en el corazón mismo del Estado español.

Como se sabe, el Altísimo no reparó en gastos y puso en manos de Florentino Pérez, presidente del club blanco, los 65 millones de euros que costaba Kaká, anteponiendo la encomienda pastoril de la guapa Caroline a la hambruna africana.

La intervención divina en asunto tan mundano no sería tan sorprende si recordamos que el ex jugador Emilio Butragueño, que siempre tuvo pinta de monaguillo aunque nunca fue predicador, llegó a comparar a Florentino Pérez con mismísimo Dios en su primera etapa dirigiendo al madridismo.

La febril soflama de Caroline Celico se produjo a finales del pasado mes de junio, poco después de conocerse en multimillonario fichaje del futbolista brasileño y el vídeo está disponible a través de Youtube. En él, Caroline exclama, mirando a su hijo: "¡Mientras papá marca goles, nosotros vamos a aplastar la cabeza del diablo!". Y se desata la ovación de la feligresía allí congregada.

Kaká y Caroline forman una extraña pareja. Hijos bien, están entregados en cuerpo y alma a propalar un mensaje diseñado y construido por dos pájaros de cuidado, si tenemos en cuenta que el apóstol Estevam y la obispa Sonia, los líderes y fundadores de Renacer en Cristo, fueron condenados el pasado mes de diciembre por la justicia federal de Sao Paulo a cuatro años de prisión por evasión de divisas, una pena que posteriormente fue conmutada por una multa de 221,301 dólares y trabajos comunitarios.

Antes, en enero de 2007, el apóstol y la obispa, eran detenidos y también condenados en Miami por ingresar en Estados Unidos sin declarar 56.000 dólares. Sobre ambos cae la sospecha, que en vista de los hechos parece bien sustanciada, de haber acumulado una considerable fortuna, superior a los 12 millones de dólares, además de varias casas de lujo, gracias a los donativos de los cientos de miles de fieles que tienen en Brasil.

Y Kaká, sin duda, está al frente de la generosa tropa de contribuyentes. El "crack" brasileño se ha convertido en el verdadero icono, el becerro de oro de Renacer de Cristo, en cuya sede de Sao Paulo se exhibe como una santa reliquia el Balón de Oro logrado en 2007, cuando ganó con el AC Milan la Copa de Europa ante el Liverpool (2-1).

La secta y el acólito Durante su etapa en el equipo lombardo, el actual futbolista del Madrid aportaba un diezmo de 800.000 euros anuales a las insondables arcas del apóstol y la obispa, además de participar, junto a su esposa, en multitud de eventos de su iglesia. Pero sobre todo ofrece su impagable imagen de fenómeno balompédico, su carismática figura, contribuyendo como nadie a la propagación de su doctrina por todos los rincones de Brasil y en otras latitudes, como Argentina, Estados Unidos y Japón.

Según recientes estudios, los evangélicos pasaron a representar el 6,6% de la población brasileña en 1980, a cerca del 17% en la actualidad, con unos 30 millones de fieles.

"Toda la visión Renacer está fundamentada en la visión dada por el Señor a Nehemías (un confuso personaje bíblico), cuyos principios y propósitos son la reconstrucción de los muros (de Jerusalén) y cambiar las puertas del ser humano que, asolado por satanás, queda totalmente desanimado, permitiendo el robo y la vergüenza". Así condensa su filosofía la secta, que cuenta con unos 1.500 templos, según se puede constatar en su página web.

"La diferencia con la iglesia católica es que creemos en Dios, Jesús y el Espíritu Santo, pero sólo tenemos un santo, que es Jesús", sintetizó el propio jugador en unas declaraciones efectuadas el pasado lunes al programa de El larguero, de la Ser.

Kaká rechaza cualquier imputación malvada contra Sonia y Estevam, por más que su relación con estos líderes condenados por la ley mundana les genere más de un problema, ya que la justicia brasileña abrió el año pasado una investigación para conocer más detalles sobre el apoyo personal y económico que el futbolista presta a la citada iglesia. "Conozco a los obispos y, para mí, siempre fueron buenas personas", zanja el futbolista, captado para la causa a la tierna edad de 12 años, cuando se le pregunta por sus peligrosas amistades.

No en vano, Sonia y Estevam casaron a Ricardo Izecson dos Santos, Kaká, y Caroline Celico después de cuatro impolutos años de noviazgo. Porque, lo mismo que Kaká no esconde, si no más bien alardea, sus convicciones religiosas, también hace gala de la virginidad con la que él y su esposa llegaron al altar.

Ante todo, Kaká y Caroline predicar con el ejemplo, aunque vivan de diseño y lujo. Él reprende a sus compañeros la blasfemia. Y mientras marca goles y eleva sus brazos al cielo en señal de gratitud infinita, ella aplasta la cabeza del diablo con su cara angelical y verbo incendiario.

La ínclita pareja no sale a discotecas. Tampoco van de juerga. De ahí la fama que tiene Kaká de llegar tan bien de forma a final de temporada.