Iraia Iturregi (Loiu, 1985) es la segunda entrenadora de un Basconia que se está jugando el ascenso a Segunda RFEF ante el Portugalete. Pero también es la extécnica del Athletic femenino y la futbolista que lidera el ránking de partidos con la camiseta rojiblanca (402). Además, en su palmarés atesora cuatro títulos de liga y puede presumir de haber jugado en todos los partidos de Champions de la historia del Athletic femenino: 17 en total, dos de ellos en San Mamés. Por eso, la vizcaina habla bien y claro cuando se le pregunta por la final entre el Barcelona y el Olympique de Lyon que acogerá La Catedral el próximo sábado (18.00 horas). Y por eso la Federación vizcaina de Fútbol la escogió para dar una charla-coloquio a unas 300 niñas que forman parte del fútbol base de Bizkaia de esta temporada.

¿Puede ser el público más exigente al que se ha enfrentado?

La gente joven, muy joven, es exigente porque no se piensa dos veces la pregunta y te preguntan realmente lo que sienten y lo que quieren. Tiene su lado positivo porque sabes que la pregunta es sincera, aunque lo negativo es que pueden ser un poco indiscretos. Pero se han portado bien y creo que ha estado muy bien el coloquio.

¿Se siente un poco responsable de la evolución que ha tenido y está teniendo el fútbol femenino?

Sí, ese es uno de los éxitos. A mí me ha tocado vivir la parte quizá no tan amable, pero también he tenido la suerte de vivir la parte amable porque otras pioneras anteriores a nosotras no han tenido la suerte que he podido tener yo, por ejemplo, de haber podido jugar en el Athletic y de haber podido celebrar títulos en San Mamés o en el Ayuntamiento de Bilbao. Entonces tenemos que agradecer a esas pioneras que tuvieron el camino todavía más difícil que nosotras el que ahora se pueda hablar con naturalidad de que una chica quiere jugar al fútbol o dedicarse al fútbol sin ningún problema.

¿Le genera un poco de envidia?

Por un lado sí, pero por otro tengo la capacidad de apreciar mucho más lo que tenemos ahora porque he vivido la otra parte y me siento muy agradecida con toda la gente que ha luchado porque el fútbol femenino esté donde está. Aunque queda camino por recorrer. Entonces, bueno, sí que hubiera estado bien nacer unos añitos más tarde, pero también agradezco el haber vivido la parte no tan sencilla porque te hace valorar mucho más lo que tenemos hoy en día.

Lo que no han visto las nuevas generaciones son los dos partidos de Champions que jugó en San Mamés. ¿Cómo los recuerda?

El primero no lo recuerdo muy agradable en cuanto al resultado. La primera vez fue en el antiguo San Mamés en la 2003/04, contra el Frankfurt que perdimos 1-8 y la última en el nuevo San Mamés contra el campeón danés, que ese sí que ganamos (2-1). La verdad es que es una de las mejores experiencias que he vivido yo como futbolista. Jugar la Champions y encima hacerlo en San Mamés es algo increíble.

¿Por qué?

La Champions es, junto con los Juegos Olímpicos y un Campeonato del Mundo, lo más grande a lo que puede aspirar un jugador o una jugadora de fútbol. Así que encima jugarla en San Mamés es increíble, indescriptible.

Pues ahora viene la final de la Champions.

Sí, se va a jugar aquí la final de la Champions y es una pasada que podamos experimentar esto en Bilbao. Ojalá en un futuro tengamos la posibilidad de jugarnos un título con el Athletic en esas finales, ya sea en la Champions o en otras competiciones porque ojalá se cree también la Europa League y el Athletic tenga la oportunidad de jugar alguna final.

Será una final de Champions en la que habrá dos exfutbolistas del Athletic con las que usted ha jugado: Irene Paredes en el Barcelona y Damaris Egurrola en el Olympique de Lyon. ¿Hay un poquito del Athletic en el partido del sábado?

Sí. En el caso de Irene es una jugadora que venía de la Real Sociedad, pero enseguida mamó lo que era el Athletic. Y me consta que tiene un sentimiento fuerte por el Athletic y que para ella es una pasada jugar la final de la Champions en San Mamés. Lo sé a ciencia cierta. 

¿Y Damaris?

En el caso de Damaris he tenido la suerte de entrenarla desde que era muy txiki en Lezama y también de poder jugar con ella en el primer equipo, ya en mis últimos años. Verle jugar una final de Champions es un orgullo porque no es que me ponga la medalla de que la he entrenado, pero siento que he ayudado en su proceso de formación. Al igual que Irene, que vino al Athletic muy joven, y las veteranas le intentamos inculcar ciertos aspectos, tanto de partidos como de valores, entonces sí que sientes que una pequeña parte de ti va a estar esa final de Champions.

La pregunta de las 300 niñas

Como bien dijo Iturregi, las jóvenes, muy jóvenes, no tienen problemas en hacer preguntas comprometidas y por eso una de ellas, del Basauriko Kimuak, la hizo la del millón.

¿Y quién crees que va a ganar?

La verdad es que al Barcelona le he visto esta temporada algunos partidos en los que me ha generado dudas y el Olympique es uno de los pocos equipos de Europa que le puede hacer frente porque ante el juego asociativo del Barça, el Olympique a nivel posicional le puede hacer daño a la contra. Pero si tuviera que apostar, lo haría por el Barça porque es el equipo más completo.