Maddi Torre (Donostia, 1996) es fija en los planes de David Aznar. Su segunda etapa en el Athletic, donde llegó el pasado verano con la carta de libertad de la mano procedente de la Real Sociedad siete años después de dejar Lezama, la ha comenzado con pleno de minutos sobre el césped. Ahora, con la visita del Barcelona este domingo (18.00 horas), la ‘2’ rojiblanca va a vivir el momento más exigente del curso. El conjunto de Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Lieke Martens, Irene Paredes y compañía, el rival a batir en el viejo continente, comanda con mano de hierro la Liga F. Un duelo para el que Torre es realista, aunque prefiere ver el vaso medio lleno. “Se tienen que alinear los astros para ganar al Barça, pero se puede. El partido parte de un empate a cero, ese punto ya lo tenemos y hay que defenderlo, pero tenemos que ir a por los tres. Tenemos que hacer un choque brillante. Debemos mirarnos a los ojos y ver esa complicidad. Así funciona y compite un equipo. Confío en que se note nuestra complicidad en el campo”, ha asegurado este miércoles en rueda de prensa la jugadora.
De lo que no hay duda es de que para Maddi Torre, el de este fin de semana es el partido del año: “A mí es el partido que más me gusta de toda la temporada, especialmente si jugamos en casa. Me gusta medirme contra las mejores, porque además lo son. Es un encuentro en el que puedo pararles. Si sale bien y el equipo hace el partido de su vida entonces, ¿qué pasa? ¿Quién para a esas jugadoras del Athletic que han podido meter mano al Barça? Cuando lo visualizo y sueño siempre tengo pensamientos y sentimientos positivos; yo me agarro a eso".
El retorno a Lezama
Cuestionada por su situación en el equipo, Torre se ha mostrado satisfecha. “Estoy muy feliz de mi regreso. Una cuando sale de Lezama siempre piensa cuándo volver. Me fui muy joven y ahora me considero muy madura a nivel deportivo y he crecido personalmente. Estoy contenta con la confianza del club en este momento deportivo. Sigo trabajando para que llegue un momento personal mejor, queda mucha temporada y espero seguir cuidándome para que mi rendimiento sea todavía mejor”, ha indicado la rojiblanca.
Nacida en Donostia y criada en Sopela, se formó seis temporadas en Lezama y se proclamó campeona de la Superliga como leona en el curso 2015-16, el único que completó en el primer equipo rojiblanco. Después puso rumbo al Santa Teresa de Badajoz, de donde se marchó al Betis para aterrizar en Zubieta en 2018.