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Una romería euskaldun con boas, falda y lentejuelas para abrir la fiesta con Akerbeltz

El grupo convirtió en una fiesta bailable la Plaza Circular con sus versiones

En imágenes: Una romería euskaldun con boas, falda y lentejuelas para abrir la fiesta con AkerbeltzJose Mari Martínez

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La fiesta pidió paso en la mitad del estío bilbaino y llegó de la mano de los primeros bailes, a las 20.00 horas, en la Plaza Circular, con la romería mayoritariamente euskaldun de Akerbeltz. El ya veterano grupo de verbena, con su animoso vocalista Jon Kass al frente, con falda, boa y lentejuelas, hizo bailar al variopinto público con sus versiones de clásicos vascos firmados por Gozategi, Doctor Deseo o ETS, salpimentados por aires de triki, ska y reggae.

Azkenak Hasiera es el título que Akerbeltz, que acumulan más de 15 años dedicados a las verbenas, han dado a su actual espectáculo de romería euskaldun, centrado en la renovación del concepto tradicional de la verbena con una actualización de repertorio, modos y formas de presentarse ante el público.

Mucha culpa de ese lavado de imagen y conexión con el presente se lo deben a su vocalista, Jon Kass, un guindilla activo y simpático, con buena voz y presencia disruptiva – apareció con falda y transparencias– y un objetivo claro: hacer que ni Dios permaneciera parado, estuviera de pie o sentado, desde que se colocara al frente del grupo, en formato de cuarteto.

No hizo falta que sonara el habitual “¿gozatzeko prest?” para que, coincidiendo en el reloj con el punk rock alternativo de los barakaldarras Elektra en la muestra local diaria de Bilborock, Akerbeltz lanzara su txupin musical a ritmo de bertsos. Fue el inicio de un viaje por las últimas cuatro décadas de la música popular parida en Euskal Herria, principalmente, tanto en euskera como en castellano, bien salpimentadas entre popurrís de trikitixa, ska reggae y guiños a la rumba.

Entre ikurriñas y una pancarta de apoyo a las txosnas, arrancaron a ritmo de ska con Betagarri y su Euri tanta bakaitzean, entre loas al euskera y marcando tono en la primera incursión en la tradición euskaldun a ritmo de popurrí triki pop con Alaitz eta Maider a la cabeza, a la que siguió Ikusi mendizaleak.

Kass. que ha anunciado que será su último verano al frente de Akerbeltz, se había hecho ya un maratón a los 15 minutos de romería, entre peticiones de “lololós”, “eskuak gora” e irrintzis. Cayó el himno del Athletic antes de “un viaje al Sur” que puso a bailar a toda la Plaza Circular, con el vocalista luciéndose con La felicidad, de Izaro, y Rumbas de colores, de Melendi, ataviado con un pañuelo rojo, falda flamenca zurigorri y taconeos.

El ritmo, la entrega y los bailes se recrudecieron con incursiones en el repertorio de Esne Beltza, Maixa ta Ixiar, la pachanguera Mari Carmen de La Pegatina –con parte del público en el escenario– y el rescate de Legalización de SKA-P. La sesión de baño, baile y masaje rítmico se atemperó con la balada Ilargia de Ken Zazpi pero recobró el ritmo con Corazón de tango del grupo del pregonero de Aste Nagusia, “un referente” para Kass. Con una boa roja, como Francis, y la presencia de Marijaia y su canción, llegó el agur de una romería que se disfrutó mucho, pero que cansó más que una sesión de crosffit en un gimnasio.