¿Quién será más ‘payaso’?
Se iría de txosnas con Vaiana y daría un triple salto mortal por “la felicidad de los niños”. Muy bonito, pero mejor que siga a lo suyo, dirigiendo el circo al que han acudido niñas disfrazadas de princesas y algún mayor preguntando por los animales
Vale que a estas alturas de las fiestas los cuerpos no estén para dar un triple salto mortal, pero de tener que hacer el esfuerzo, el director y productor de Global Circus, Luis Vila, se marcaría uno por “la felicidad de los niños y niñas y del público en general”. Le ha quedado muy bonito, pero va a ser que no, porque el artista que lo ejecuta bajo la carpa instalada en el Parque Etxebarria ha entrenado desde muy pequeño y a él el reto le pilla ya con 26 años.
¿26 años? ¿Qué hace un chico como Luis, con su doble grado en Empresariales y Turismo, en un circo como este? “Empecé como representante de circos con 17 años, cuando entré en la universidad. Llevaba la gira, los trámites con los ayuntamientos, contratos de agua y luz.... Me gustó y en 2019 monté una empresa dedicada al mundo del espectáculo”, dice.
Aunque tiene la concesión desde hace tres años, este es el primero que viene con este circo y un espectáculo creado ad hoc para Bilbao. “Traemos números que sabemos que impactan, como los trapecios volantes con el triple salto mortal, que hacía seis años que no se veía aquí, o el péndulo que da vueltas, conocido como La rueda de la muerte”. Y dale con mentar a la parca. Esto, más que Aste Nagusia, parece Halloween.
La función también incluye “el musical de los cuentos con canciones y princesas en directo”. Leonor no está, pero de las otras hay varias y a veces tienen su réplica a pequeña escala. “El otro día vinieron cinco niñas disfrazadas cada una de un personaje. Estuvieron hablando con los artistas. Fue muy emotivo”.
Frozen, La Bella y la Bestia, Coco, Vaiana... Aunque es de La Coruña, Luis no contesta a una pregunta con otra, como dice el tópico que hacen los gallegos. Así que, puesto en el compromiso de elegir con qué princesa se iría de txosnas (no me quiero ni imaginar cómo se le va a quedar el bajo del vestido), asegura que con Vaiana, mientras que la música que pincharía en el recinto sería la de Coco, “que es un éxito y les gusta tanto a adultos como a niños”. Se acepta la propuesta, aunque las cuadrillas que hacen botellón seguro que prefieren ir de juerga con Frozen, por aquello de que les suministre gratis los hielos.
Entradas desde 10 euros
Veamos si hay que rascarse mucho el bolsillo, que una semana de fiestas causa estragos aunque la oferta de actividades gratuitas sea infinita. “Tenemos entradas desde 15 euros a 30 en palco, pero hay días del espectador, lunes y martes, que se pueden adquirir desde 10”, detalla. Madre, padre, uno o dos retoños... “Supone un desembolso y hay gente que no se lo puede permitir, pero para las fiestas siempre se ahorra algo”, comenta. Además de dinero, también quieren ahorrarse las colas, porque el 85% de las entradas se compran online. Bastante esperan para ir a los baños.
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Hay quien hace 'spoiler'
Hay artistas para dar y tomar, una veintena, pero aún hay quien pregunta por los animales, “sobre todo la gente mayor”. Los más jóvenes, dice, ya se van acostumbrando a ver “espectáculos que mezclan otras artes, como la música o el teatro”, máxime en Bilbao, donde “se dignifica el circo”.
¿Algún gracioso en la sala? En vez de por un médico, en el circo deberían preguntar si hay algún gracioso. No les hace falta porque el payaso Pedrito lo localiza con “su sexto sentido” y lo saca a la pista para unirlo a su número. “Hay quien intenta hacer aún más gracia que el payaso. Lo tiene difícil, porque es uno de los mejores de Portugal, pero alguno lo logra”, admite Luis. También hay quien hace spoiler. “En un acto en el que interpretaban una orquesta una persona que ya había visto la actuación se adelantaba al payaso y le dejaba: ¿Ahora qué hago?”. No podía faltar el listillo.
Se le rompió el saxofón
A Luis le gusta “ir de tardeo, tomar unos pintxos, un zurito, ir a algún concierto...”. Si tuviese que lanzarse a la pista, haría “algún número simple de aire porque hacer reír a la gente es supercomplicado y más en estos tiempos”. Que se lo digan a Pedrito, al que el otro día se le rompió su saxofón justo antes de actuar. “Fue un momento de tensión”, pero al final lo arreglaron.
En las gradas, dice Luis, la gente “canta, ríe y no se nos ha quedado nadie dormido”. Con el sentido del humor que tiene cabe preguntarse quién será más payaso de los dos. Se señalan mutuamente. Habrá que ir a ver a Pedrito para averiguarlo.