El bullicio de Aste Nagusia sigue llenando las calles de Bilbao, aunque el ecuador de las fiestas ya ha quedado atrás. Con las últimas jornadas a la vista, la ciudad se prepara para despedir estas icónicas fiestas otro año más, y bilbainos de todas las edades aprovechan hasta el último instante para disfrutar. Entre nostalgia, celebraciones y buenos momentos, los abuelos rememoran su legado festivo, los padres jóvenes disfrutan con sus hijos y los trabajadores de txosnas viven jornadas intensas, pero llenas de alegría. Todos ellos están preparados para afrontar la recta final y coinciden en que estas fiestas aún les guardan momentos inolvidables. A pesar de que todos disfrutan por igual de las fiestas, la forma de afrontar la recta final no suele ser la misma.
En pleno Arenal, mientras los más jóvenes participan en el certamen gastronómico o disfrutan en las txosnas, el público más mayor prefiere deleitarse con el concierto de la Banda Municipal de Música. “Llevo ya algunas fiestas a mis espaldas. La recta final la vamos a afrontar de día, la época de gautxori ya ha pasado. Me gusta escuchar los conciertos, ver el gastronómico, el ambiente, no hace falta más. Luego te tomas algo y listo”, explicaba Joseba Arteta. Los más jóvenes, como Alex García, van a aprovechar hasta el último segundo de las últimas jornadas de fiesta. “Aste Nagusia se pasa muy rápido, así que estos días voy a salir todas las noches y aprovechar también todo lo que pueda durante el día para que, cuando acaben, echarlas de menos pero no quedarme con la sensación de que podría haberlas disfrutado más”, avanzaba. Por otro lado, la recta final también va a ser una oportunidad ideal para que los aitas como Peio Larrinaga aprovechen cada instante para transmitir a sus hijos el espíritu festivo de Bilbao. “Toca mirar en el programa que hay para los más txikis y venir todas las mañanas, centrándonos en los pequeños. Cambia el horario pero aún así se puede disfrutar mucho”, reconocía Peio.
Está claro que detrás de la barra de Moskotarrak las fiestas se viven desde una perspectiva muy distinta. “Es otra manera de ver y afrontar los últimos días de fiesta. Mi forma de disfrutar es detrás de la barra, ayudando a los compañeros, haciendo que la gente se lo pase bien y que se sientan integrados”, remarcaba Fran Romero, comparsero de Moskotarrak.
Cada vez va quedando menos para la quema de Marijaia. Y durante estos últimos días de fiesta, siempre hay algo pendiente por hacer. “Mañana he cogido libre así que aprovecharé para salir con la familia y los amigos, comer fuera y pasar un rato a la noche”, confesaba Romero. En cambio, otras bilbainas no son tan afortunadas y no podrán celebrar su momento más esperado de las fiestas. “El último sábado de fiestas siempre veníamos con la cuadrilla a ver el ambiente y luego íbamos a comer a un buen restaurante en Begoña. Este año al final se nos ha fastidiado y no hemos podido reunirnos”, lamentaba Elisa Ibarrondo. Peio Larrinaga tampoco será de los afortunados. “Este año me habría gustado participar en el concurso gastronómico, pero no va a ser posible”, decía.