Hacerse mayor no es fácil y tiene que serlo aún menos hacerlo lejos de tu tierra, de tus tradiciones. Los trabajadores de la residencia Puerta de Mena, ubicada en Villasana de Mena, lo saben, por ello, cada vez que tiene ocasión aprovechan para acercar a sus residentes a las costumbres que durante años han tenido en sus ciudades de origen. Allí viven ahora muchos bilbainos, ya que a pesar de estar en la provincia de Burgos, la residencia se encuentra a media hora de Bilbao.

Hace años la gran mayoría de sus residentes estaría disfrutando de Aste Nagusia durante estos días paseando por El Arenal y los diferentes espacios festivos que hay esparcidos por toda la villa. Algunos de ellos quizás hace años fueran de esos que abren y cierran las txosnas, o de los que viven la fiesta al máximo durante el día; quizás otros incluso hayan formado parte de alguna comparsa; pero seguro que en lo que todos ellos han coincidido alguna vez es en bailar al ritmo de Marijaia. Y para que esos buenos tiempos no se olviden, los trabajadores de la residencia Puerta de Mena han organizado su particular Aste Nagusia. 

Este es el segundo año que uno de los trabajadores se disfraza de Marijaia para celebrar estas fiestas que para los bilbainos y bilbainas es casi patrimonio cultural. La iniciativa partió de las manos de la directora de la residencia, Paula Ibáñez, y la animadora, Raquel Enrique, con el objetivo de que los residentes “se sientan como en casa”. 

"Un honor"

La primera vez que lo organizaron fue la cocinera de la residencia quien se disfrazó y este año ha sido uno de los gerocultores quien ha tenido ese “honor”. Y sí, aseguran que es un honor encarnar durante un día a la reina de las fiestas porque “las historias que se recuerdan en torno a esa figura no tienen precio”. Por el momento desconocen quién será el que encarne nuevamente a Marijaia el año que viene aunque seguro que candidatos no faltan.

“Es un día muy especial para ellos porque no solo se lo pasan bien, sino que también se emocionan al recordar tiempos muy buenos en los que disfrutaban con familia y amigos durante las fiestas de Bilbao”, indica Enrique. 

Durante la jornada, además de pasar un buen rato con Marijaia, organizan una merienda especial y ponen música típica de Euskadi para que el ambiente se parezca, lo máximo posible, al que estos días se está viviendo en Bilbao. 

"Es muy bonito y emotivo"

“De esta forma se sienten como en casa, nos cuentan qué era lo que hacían antes durante estos días y es muy bonito y motivo ver cómo recuerdan porque tienen mucho arraigo de Bilbao”, explica Ibáñez. Además, asegura que “actividades como esta ayuda a que los residentes se ubiquen mejor en qué época del año estamos”. 

Con esta iniciativa los trabajadores consiguen que Marijaia se convierta en el nexo de unión entre Bilbao y su gente, haciendo recordar a sus mayores, que un día fueron quienes llenaron sus calles durante los días de fiesta, que Aste Nagusia sigue viviendo dentro de ellos.