La música es sinónimo de baile y, sobre todo, de fiesta. Así que lanzado el txupin de Aste Nagusia, a las 20.00 horas, en competencia con los grupos locales en Bilborock, el primer son de las verbenas arrancó a las 20.00 horas con la veterana Orquesta Dominó en la plaza Circular. Los asturianos ganaron el juego planteado al público con una selección de temas que pasaron de la cumbia y el merengue a la ópera y los clásicos de los 80 con paradas en México e Italia.

Los vizcainos Sweet Rage dieron los primeros riffs de Aste Nagusia en Bilborock, pero la inauguración al aire libre le correspondió a la Orquesta Dominó, combo verbenero curtido en la pelea cruda al aire libre con un público intergeneracional desde 1985. Y se notó desde que movieron la primera ficha con un homenaje al musical El fantasma de la ópera, el más representado en Broadway y en el escenario del Arriaga hasta mitad de septiembre.

El personal de la orquesta, siete músicos con muchas muescas en sus instrumentos y cuatro cantantes y bailarines que se cedieron constantemente el micrófono y el protagonismo, aparecieron con capas y máscaras, como en el musical citado. Los cantantes, sobrados de voz, prosiguieron con la ópera, rescatando el Nessum Corda de Turandot... pero allí no se movía ni Dios, así que se lanzaron de cabeza a la cumbia pidiendo palmas.

“Hacemos música para todo el mundo, así que a bailar”, se oyó desde el enorme escenario, que incluía tres pantallas, al batería centrado, sobre una tarima, y al líder y pionero del grupo, el bajista José del Río Secades, semiescondido en un extremo con una visera. Y ahí cambió todo. Pidieron palmas y el tsunami se desató con una cumbia, a la que siguieron varios merengues: de El Tiburón –con el público respondiendo “no pares, sigue sigue”– a La cucaracha –“písala, písala”– y el famoso El venao, con una latina embarazadísima moviéndose sin miedo de romper aguas y su pareja poniendo cuernos.

Punkies y heavies

Juro y perjuro que vi a dos punkies y a un aita semicalvo con camiseta de Iron Maiden dándolo todo con la cumbia mientras una bandera palestina ondeaba al viento. “Fiesta sí, pero reivindicación también, todos los dias”, nos dijo su portadora. Hasta la lluvia y los paraguas hicieron acto de presencia entre el viaje de la orquesta a México –con arrumacos recibidos por los jubilados como una cadera nueva– y a los años 80, vía Sergio Dalma, Nek, Ana y Víctor con La puerta de Alcalá... y hasta Mecano se coló en la fiesta verbenera.

Una de cumbias y otra de bachatas. Más leña para el cuerpo, de Mentirosa a Así es la vida. “Bien por los valientes que bailan sin paraguas. Esas palmas para espantar al agua”, arengaba Susana, una de las vocalistas. La respuesta inmediata de alguna niña de preescolar fue marcarse un twerking ante las risas de su ama.

También viajamos a Italia con Gloria de Umberto Tozzi, Richie e Poveri y Laura Pausini justo antes del pico de Vivir mi vida, de Marc Anthony. “¿Esta no es de Bisbal?”, decía una señora entregada al “lalalá” generalizado. El público, ya rendido, ofreció un mar de brazos oscilantes ante la ofrenda de “temas más actuales para que baile la juventud”. Cayeron Vagabundo, de Turizo y Yatra, y Viviendo la vida que no me toca, de J. M. Brito, sin salirse de los patrones latinos y antes de la foto final compartida.

Una semana de bailes

Tras el arranque de ayer de la orquesta Dominó, el público podrá disfrutar del baile de las orquestas en dos franjas diarias –entre las 20.00 y las 21.30 horas, y de 23.00 a 1.30– hasta el sábado 24. Actuarán, en este orden y desde hoy, Beranduegi, La Fania, Bidean, Gautegun, nuevamente La Fania, Muxutruk y Akerbeltz.