Mañana frenética la vivida este lunes en Bilbao, tras nueve intensos días de fiesta, en los que cada rincón de la ciudad se ha transformado para albergar cientos de actividades en Aste Nagusia. El Arenal bilbaino recuperara poco a poco la normalidad con el desmontaje de las estructuras que han albergado en Aste Nagusia las txosnas, así como los escenarios por los que han pasado los conciertos y actuaciones gratuitos programadas por el Ayuntamiento de Bilbao. Desde primeras horas de la mañana operarios y responsables de las diferentes comparsas han trabajado a destajo para la retirada de las estructuras para dejar libre el espacio ocupado. A partir de mañana El Arenal volverá a abrirse al tráfico y las 27 líneas de Bilbobus que han sufrido algún cambio volverán a recuperar su ruta.
A pesar de que tras la quema de Marijaia algunas pocas comparsas comenzaron a recoger las estructuras de las txosnas, a primera hora de la mañana todavía permanecían la mayoría de ellas en el recinto festivo. Ander, de la comparsa Sinkuartel, ha sido uno de los comparseros más madrugadores. Bajo la persistente y copiosa lluvia, clamaba la aparición de sus compañeros para ayudarle en la “épica y heroica” tarea de tratar de desmontar todo el tinglado a lo largo de la jornada. Con todo, hoy es uno de los días más amargos para las entidades organizadoras. “Después del montaje y nueve días en los que no hemos parado de trabajar al mismo tiempo que disfrutábamos de la Aste Nagusia, hoy es el peor día del año para cualquier comparsa”, expresa Ander.
Mientras van llegando camiones y furgonetas, los comparseros aprovechan algunos momentos para hacer balance de las fiestas. Aunque la queja más escuchada se refiere a las adversas condiciones climatológicas de este año, las comparsas despiden las fiestas destacando la participación y la solidaridad que han reinado en el recinto de El Arenal durante todos los días festivos. “Aunque todavía no hemos hecho un balance general dentro de la comparsa, nos hemos quedado con una sensación muy buena una vez terminadas las fiestas. Hemos visto mucha actividad en las txosnas desde la mañana hasta la noche”, observa Jon Morales, de Kaixo Konpartsa.
Tras la quema de Marijaia, la ciudad despierta de unos días que se han vivido con gran intensidad y en los que las cifras de asistencia, según el balance municipal, han sido de récord.
Récord de asistencia
Con más de 1,8 millones de asistentes, la edición de este año ha vuelto a romper un nuevo récord de asistencia y participación. Como cada año, los fuegos artificiales han sido el acto más multitudinario, congregando a más de 130.000 personas cada noche para ver cómo se ilumina el cielo bilbaino. En este sentido, los fuegos artificiales y las actividades dirigidas al público infantil como el Txikigune y el Desfile de la Ballena se consolidan como las citas preferidas junto con las actuaciones de teatro de calle y los conciertos que superan las cifras de asistencia de 2022.
Pese a que el tiempo no ha ayudado a levantar los ánimos de los comparseros que todavía retiran los últimos vestigios del recinto festivo, miran con ilusión la celebración de la próxima Aste Nagusia. “A pesar de que ahora mismo nos da mucha pena desmontar todas las estructuras, también estamos muy alegres con nuestro trabajo. Cada vez queda menos tiempo para la siguiente Aste Nagusia y acabamos de empezar con la cuenta atrás”, concluye Morales.
