Con parte del casino derruido. No solo Bilbao resultó anegado. Varias poblaciones costeras ubicadas en los últimos tramos de los ríos que bajaban revolucionados sufrieron también gran cantidad de daños. Bermeo fue una de las que más padecieron las crecidas. La falta de comunicaciones de cualquier tipo por carretera, telefónica o por radio supuso que en las primeras horas de las inundaciones se corriera el bulo de que la riada había supuesto la desaparición total de la localidad marinera.

No fue así, pero casi. Impresiona recordar cómo el puerto recibía los efectos de las lluvias torrenciales durante horas y horas, como se observa en la instantánea superior.

Otra de las catástrofes que muchos vecinos del municipio no han olvidado es el desplome de la mitad del edificio del casino ubicado al lado del puerto o cómo las aguas que bajaban de las laderas contiguas anegaban las calles.

En la foto moderna se observa cómo ha crecido el muelle desde el paseo, comiéndole un buen trozo longitudinal a la dársena. Borja Guerrero