El lanzamiento del único cohete con trascendencia mundial, aparte de los que vuelan desde Cabo Cañaveral, viene precedido por una recepción que el Ayuntamiento de Bilbao organiza en el atrio y ambigú del Teatro Arriaga. Y se pone de bote en bote.

La anfitriona aguarda en la segunda planta, de pie en su modesto escenario. Siempre sonríe. Quizá porque sabe que comienza Aste Nagusia. Quizá porque es consciente de que invariablemente se produce una revancha del pueblo llano. Nadie piense que en la plaza, al sol, aguardando el txupin, se pasa calor. No. El calor de verdad también acude a la recepción. Y no lo ahuyentan los abanicos. A Marijaia solo le falta guiñar el ojo a quienes están fuera.

Presentó la recepción la programadora cultural Katrin Schlegel tras el aurresku de honor que bailó Igor Zabala. Ante la madre y protectora de Aste Nagusia, el alcalde, Juan Mari Aburto; la concejal de fiestas, Itziar Urtasun; la pregonera y txupinera salientes Itziar Lazkano e Iratxe Palacios y las en sazón, Aiora Renteria e Izaskun Palacios. A eso de las seis y media de la tarde, con los abanicos agotados, se produjo la investidura mutua de pañuelos de fiestas.

Y el personal se mezcló. Se mistificaron los corrillos. Personaje tras personaje fueron pasando por los sets de radios y televisiones improvisados en los rincones. Reporteras y reporteros, micro en mano, pululaban por todas partes.

Tenían trabajo. Porque quedaba a mano buena parte del Gobierno Vasco, con el vicelehendakari Josu Erkoreka, las consejeras Gotzone Sagardui, Olatz Garamendi y Pedro Azpiazu. O la presidenta de las Juntas Generales, Ana Otadui, además de las diputadas forales Amaia Antxustegi y Leixuri Arrizabalaga. Casi el pleno municipal con Amaia Arregi, Juan Ibarretxe, Kontxi Claver, Marta Ajuria, Eider Inunziaga, Xabier Ochandiano, Gonzalo Olabarria, Itxaso Erroteta, Ana Viñals, Nora Abete, María del Río, Garazi Perea, Xabier Fernández, Esther Martínez, Esteban Goti o Paula Garagalza.

Acudieron a acompañar a Mariajaia el presidente de Bilbao Dendak, Rafael Gardeazabal; la presidenta de Euskomer y Deusto Bizirik, Julia Diéguez; y Luis Arbiol, presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, con Rosa Pardo, Susana Alaguero y Xabier Olmo.

Además de Isabel Iturbe, presidenta de Bilbao Basket; al presidenta del EBB, Itxaso Atutxa; Juan Ramón Vitores, presidente de la Cofradía de la Virgen de Begoña; Isidro Elezgarai, presidente de Unicef País Vasco; Felisa Ramos, vicepresidenta de Mujer Siglo XXI; Ricardo Barkala, presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao; Aratz Castro, de Bilbao Bizkaia Harro; el director general de Bilbao Ekintza, Javier Garcinuño; el presidente del Consorcio de Aguas, Kepa Odriozola; el director de La Salve, Eduardo Saiz Lekue; Gaizka Aseguinolaza, del Grupo Iruña; o el incansable Marino Montero, uno de los creadores de Aste Nagusia.

Mucha presencia de profesionales de las artes escénicas como Getari Etxegarai e Unai Izquierdo, Manuela Velasco, Natalia Millán, Juan Luis Iborra, Eva Diago, Chus Herrán, Mía Lardner o Quique González.

También personalidades de la moda como Javier Barroeta, el sastre Óscar López o el estilista de Marijaia, Toño Valdivieso.

Estaban la presentadora Adela González y la extxupinera Bea Sever. Y, sobre todo, comparseras y comparseros como Eneritz Enderika, Arkaitz Peña, Janire Mampasi, Iñigo Santxo, Garazi Ascasibar, el holandés bilbainizado Erik Henseverd, Tamara Hernández, Eider Hernández, Salvador Montiel, Sonia Durán, Arrate Iñíguez, Minerva Torrijo, Eguzkine Álvarez, María Ruiz, Xabi Billanueva, José Mari Amantes, Luis Ángel Castresana y Esther Núñez.

No faltaron Kristina Vázquez, Beatriz Marcos, Alejandra Ezcurra, Leire Gondra, Maria Lozaga, Txelmo, Javier Herrán o José Luis Murga.

A las siete menos cuarto Marijaia subio al balcón. Ella, que nunca habla, cantó con la hermosa voz de Aiora Renteria. Voló el txupin. Y, durante los próximos días, todo Bilbao será el salón de Mariajaia.