Jean-Luc Mélenchon, líder de la fuerza de la izquierda con más votos, la Francia Insumisa (LFI), se dio de plazo hasta la media noche de este domingo para lograr un frente de izquierdas para las legislativas francesas de mediados de junio.

Poco después de estas declaraciones, los socialistas, uno de los partidos más reticentes al acuerdo y que se habían retirado de la mesa el viernes, anunciaron que vuelven a negociar.

"Estamos a milímetros de lograrlo, hemos conseguido avances, si no terminan esta noche no lo harán nunca. Estamos a solo cinco semanas de las elecciones legislativas", dijo Mélenchon, ante unas centenas de militantes, desde la plaza de la República de París, minutos antes de que el desfile por el 1 de mayo comenzase.

Mélenchon, que quedó en tercer lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, en la que obtuvo el 22 % de los votos, negocia con el Partido Socialista (PS), los Verdes y los comunistas un acuerdo para formar candidaturas conjuntas con la meta de conseguir un buen número de diputados en la Asamblea francesa que contrarresten el poder del presidente reelecto, el centrista Emmanuel Macron.

El dirigente izquierdista, que fue recibido por sus seguidores al grito de "primer ministro", aseveró que aceptó todas las condiciones puestas por los otros partidos y les garantizó un grupo parlamentario propio -hacen falta 15 diputados-, una oferta que considera generosa teniendo en cuenta los porcentajes de las presidenciales.

Mientras LFI obtuvo el 22 %, los Verdes consiguieron el 4,7 %, los comunistas, el 2,3 %, y el PS de la candidata Anne Hidalgo, el 1,7 %.

Asimismo, garantizó que en el programa no habrá una salida de la UE en los próximos cinco años, aunque avisó de que Francia "desobedecerá" las reglas y tratados europeos que contradigan lo que "haya decidido el pueblo francés", sin precisar más.

Poco después de su intervención, el secretario general del PS, Olivier Faure, anunció que retomaba esta noche las negociaciones con LFI. Con los Verdes, el acuerdo es muy probable, según sus dirigentes. El mayor escollo ahora son los comunistas, pues "se han retirado de la mesa", lamentó el propio Mélenchon.