El diplomático montenegrino Miodrag Vlahovic participó ayer miércoles en un seminario en la Fundación Sabino Arana bajo el título ‘El futuro de la ampliación de la UE a los Balcanes Occidentales. La superación de conflictos no resueltos y desafíos geopolíticos’.

¿Es el mejor momento para ingresar en la UE? Lo digo por la marcha del Reino Unido, los problemas de Polonia-Bielorrusia o las sanciones a países como Hungría. ¿Tiene futuro la Unión Europea?

—Si y no. La Unión Europa (UE) es una estructura estable. Ha hablado de una serie de retos y a pesar de todos esos retos, y aunque se tomen de manera individual o colectiva, Europa va a sobrevivir. Queremos integrarnos en la UE, pero debe sobrevivir. Y esto lo digo sin ningún tipo de cinismo ni ironía. En este contexto, considero que es muy importante que la alianza euroatlántica se mantenga viva y se mantenga esa euroalianza. Es una cuestión no solo europea, ni americana, es una cuestión euroatlántica. Es una cuestión también de democracia, y queremos pertenecer a esta alianza democrática. Ahora mismo está alejada nuestra incorporación de la UE, pero no nos sentimos decepcionados.

Sin embargo, se habla de una cierta decepción por parte de los países de los Balcanes con la actitud de la UE ¿En qué sentido esta decepción?

—No diría que estamos decepcionados, sino que diplomáticamente y a un nivel humano diría que esperamos que haya una actitud más tangible y proactiva por parte de la Unión Europea con respecto a los Balcanes Occidentales. Pero hay que entender qué es lo que está pasando, o por lo menos reconocer lo que está pasando. No puedes ignorar determinados procesos y desgraciadamente podemos ver que en algunas de las políticas europeas hay una parte importante que falta y es la que tiene que ver con una comprensión en profundidad y fiable. Las fuerzas antieuropeas en los Balcanes no deben liderar oficialmente o formalmente el movimiento pro-europeo.

¿Cómo se deben quitar los argumentos a estos antieuropeos?

—Esa es la pregunta. ¿Habla de los Balcanes o de Europa? Nosotros apostamos por la fórmula europea que es la defensa de los valores europeos. Si eres blando y tolerante y haces pensar que no hay ningún tipo de problema, no será una política europea. Aquellas gentes que están llevando a cabo una agenda antieuropea no pueden ser los líderes de unos movimientos pro europeos en los Balcanes. Cuando hablamos de la Unión Europea hay una serie de estándares, pero luego se dan otra serie de estándares que están equivocados.

¿La penetración de Rusia, China o Turquía supone un peligro para los Balcanes?

—Me gusta que me haya hecho esta pregunta. Cuando se interpela por esta cuestión es porque existe un problema. Bruselas no solo debería reconocerlo, sino hacer algo también. No considero que nuestros amigos turcos, chinos o rusos se hayan convertido en nuestros enemigos. Algunos pensamos en que la legitimidad de sus intereses está allí, pero el problema es que con los estándares europeos preferíamos tener una cooperación con esos países extranjeros que podrían promover los valores de la Unión Europea. Esa es y debe ser la cultura europea y la integración europea. Lo que no queremos hacer es cortar las relaciones con todos esos países que ha citado. Turquía, por ejemplo, sabe lo que es Montenegro y lo que quiere y aspira Montenegro. Y también Rusia. Aunque seamos un país muy, muy pequeño, tenemos una historia muy larga de tiempo atrás y desde luego es inaceptable que se nos considere parte de otra historia, de otras historias. Eso tiene que ver con Rusia, Turquía y China, pero también tiene que ver con la Unión Europea. No hay que olvidarse de esa cuestión. El respeto debe fluir por ambas partes.

¿A veces tienen ustedes la sensación de que todos quieren aprovecharse de la situación de los Balcanes? Por decirlo de otra manera (y perdone) que todos quieren hincar sus garras en los Balcanes.

—Cuando lees el libro Diplomacia de Henry Kissinger, el 75% de ese libro está directamente relacionados con los Balcanes. Nuestro problema es que deberíamos reconocer nuestra situación geoestratégica. Somos europeos, somos mediterráneos. Somos de una región europea.

En la cumbre de octubre pasado en Bled (Eslovenia) se acordó una partida de 30.000 millones de euros para los Balcanes en los próximos siete años. ¿Una partida suficiente? ¿A dónde va a ir ese dinero?

—Si financias a las fuerzas antieuropeas puedes multiplicar esta cifra por dos y el resultado sería el mismo. Si primero analizas la situación y luego decides a qué se destina ese dinero, puede que se obtenga algunos resultados. Pero la base para este tipo de apoyo debería ser el reconocimiento de la realidad de los diferentes países. Sin embargo, según mi opinión personal, nuestro gran problema es que nosotros creemos que hay una serie de temas dramáticos en los Balcanes que se ignoran. Entonces, en lugar de la política del apaciguamiento, se debería promover una política unificada. El dinero habla por sí solo, pero sin esa política unificada sería como tirar el dinero. Debemos decirlo todo, estamos muy agradecidos por esa partida que ha dispuesto la Unión Europa. Aunque la cifra fuera diez veces más pequeña, estaríamos igual de agradecidos. Pero estamos preocupados porque este dinero, que es una cantidad muy importante, igual se gasta para nada. Lo primero es reconocer la realidad. Por ejemplo, la pacificación de Bosnia. Hay que tener claro que no se trata de tres países o dos países. Es un solo país. Y en nuestro país, en Montenegro, tenemos también un problema. El Gobierno dice cosas que sabe que a la gente le gusta escuchar sobre Europa, pero a la vez está liderando políticas antieuropeas.

¿Impera la política de supervivencia de los propios gobernantes?

—La teoría dice que lo primero es que te elijan para cuatro años. Entonces piensas: ¿qué debo hacer para que me reelijan? Si te eligen de nuevo, al final tienes dos años para hacer algo concreto y los dos últimos años los utilizas para organizar tu legado. Cuando aplicas ese método tan desafortunado en los países europeos, hace falta una visión, un pensamiento estratégico y resolutivo, Y además, se debe ser decidido. Y mi pregunta entonces es: ¿se puede nominar algún líder europeo que haya aplicado esa política decidida? La señora Merkel sí que era una líder, pero pensaba que me preguntaba por la política europea, no la alemana. Yo tengo mucho amigos alemanes y tengo aprecio por la política alemana, pero es la Realpolitik. El problema a veces es la toma de decisiones. La política europea no está unificada y un ejemplo es que hay cinco países que no reconocen a Kosovo

Con respecto a su país, Montenegro, la Comisión afirmo que podría ingresar en la UE en 2025, dentro de apenas cuatro años. ¿Una perspectiva muy ambiciosa?

—Olvídese. En la cumbre de Tesalónica en Grecia se plantearon unos plazos y nuestro planteamiento, y no me refiero al Gobierno, si no a Montenegro, era que no poníamos plazos porque no es serio. En este momento esa previsión no es realista. Nosotros decimos que estamos preparados para la incorporación a la UE y estamos interesados. Pero también decimos que cuando demos ese paso de la incorporación también esperamos que la UE siga estando ahí. Ya ve, al final hemos vuelto a la primera pregunta sobre si tiene futuro la UE.

“Esperemos que haya una actitud más tangible y proactiva por parte de la Unión Europea con respecto a los Balcanes Occidentales”

“Aquellas gentes que están llevando a cabo una política antieuropea no se pueden convertir en los líderes de movimientos proeuropeos”

“En Montenegro decimos que estamos preparados para ingresar en la UE y estamos interesados, pero no se deben poner plazos”