La Comisión Europea (CE) propuso este martes un paquete de apoyo a los afganos, más allá de la ayuda humanitaria, por valor de alrededor de 1.000 millones de euros a fin de atender sus necesidades más urgentes dentro del país y en los Estados vecinos a los que se han desplazado.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, informó en un comunicado que ésta será la aportación comunitaria durante la reunión del G20 (países más industrializados y emergentes) que se celebra hoy sobre la crisis en Afganistán tras volver el país a ser controlado por los talibanes desde mediados de agosto.

"Debemos hacer todo lo que podamos para evitar un gran colapso humanitario y socioeconómico en Afganistán. Tenemos que hacerlo rápido", indicó Von der Leyen.

El paquete que propone hoy la CE reúne fondos procedentes de diversos instrumentos de la Unión, que en su mayoría estaban ya asignados a Afganistán.

Incluye los 300 millones de euros para propósitos humanitarios ya acordados, que se combinarán con apoyo especializado para vacunas, refugios y protección de civiles y los derechos humanos, explicó la CE.

Señaló además que trabaja para poder utilizar fondos que iban dirigidos a Afganistán por valor de 250 millones de euros procedentes del instrumento de vecindad, cooperación al desarrollo y cooperación internacional (NDICI).

Toda la cooperación al desarrollo -gestionada normalmente por los gobiernos, a diferencia de la ayuda humanitaria- para Afganistán ha sido paralizada desde que los talibanes han recuperado el poder, pero la Comisión cree que puede facilitar el uso de esos fondos para atender necesidades urgentes de los afganos, en especial en el campo de la salud, en "total respeto" de las normas.

Esto se debe a que irían dirigidos a apoyar directamente a la población local y serían canalizados a través de organizaciones internacionales sobre el terreno.

Al margen de esos fondos, la CE quiere asignar más ayudas para apoyar a los países vecinos en la atención de ciudadanos afganos que han huido y cooperar más en prevención del terrorismo, lucha contra el crimen organizado y el tráfico de personas.

Ello haría ascender el paquete total de ayudas a cerca de 1.000 millones de euros, según la Comisión. El Ejecutivo comunitario dejó claro que la situación socioeconómica en Afganistán "se está deteriorando" y que está poniendo en riesgo a cientos de miles de afganos mientras se aproxima el invierno, por lo que consideró que "la ayuda humanitaria por sí sola no será suficiente para evitar la hambruna y una gran crisis humanitaria".

La cooperación al desarrollo canalizada a través de las autoridades afganas, en cambio, permanecerá "congelada" mientras los talibanes no cumplan con cinco condiciones marcadas por la UE.

Éstas son que el país no sirva de base al terrorismo, que se respeten los derechos humanos, que el gobierno sea inclusivo y representativo, que haya un libre acceso a la ayuda humanitaria y que se permita la salida de los afganos en riesgo.

La concreción de este paquete de ayuda -ya anunciado por Von der Leyen en su discurso sobre el Estado de la Unión en septiembre- llega tras la reunión informal del lunes de los ministros comunitarios de Desarrollo, en la que evaluaron cómo calibrar el apoyo a la población afgana para evitar una catástrofe humanitaria sin legitimar al gobierno talibán interino.

A medio y largo plazo, la CE planea apoyar con un plan plurianual a los Estados miembros que decidan albergar a afganos en riesgo a través de financiación comunitaria para reasentamientos y admisiones humanitarias.

REUNIÓN EN DOHA

En paralelo, el enviado especial de la UE para Afganistán, Tomas Niklasson, y representantes de Estados Unidos se reúnen hoy en Doha con un representante del Gobierno interino de Kabul para abordar la necesidad de un gobierno inclusivo, la libre salida de quien desee irse del país, la promoción de los derechos humanos -incluidos de las mujeres y minorías- y evitar que movimientos extremistas utilicen el territorio afgano para llevar a cabo ataques.

Es una reunión "técnica" facilitada por Catar y no implica un reconocimiento de las autoridades talibanas, según indicó la portavoz comunitaria Nabila Massrali en la rueda de prensa diaria de la CE.

Agregó que aún se debe seguir analizando la posibilidad de que la UE vuelva a tener una presencia en Kabul, lo que dependerá de si se garantizan las condiciones de seguridad.