La crisis por la ruptura del cordón sanitario a la ultraderecha en el estado federado alemán de Turingia empezó a cicatrizar ayer con un acuerdo por el que los conservadores tolerarán de forma excepcional y temporal en este Land el gobierno en minoría de un tripartito de izquierdas. El pacto se ha alcanzado mientras el país sigue conmocionado por el mayor ataque ultraderechista en suelo alemán en cuarenta años, con diez muertos, perpetrado el pasado miércoles por un racista declarado que tiroteó en Hanau (centro de Alemania) dos locales de clientela mayoritariamente extranjera.La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, se ha comprometido ante La Izquierda, el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, a posibilitar la elección de un representante de La Izquierda (la formación más votada de los tres) como jefe del Ejecutivo de este Land de la antigua Alemania comunista, aunque no se ha difundido exactamente cómo.

Se trata de un hecho histórico, porque la CDU había establecido no cooperar ni con La Izquierda ni con el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Es una decisión dolorosa para los conservadores, pero imprescindible para desbloquear Turingia, que está haciendo crujir las estructuras de la formación conservadora.

Relevantes voces del partido, como el presidente del Bundestag (cámara baja), Wolfgang Schäuble, o el ministro de Sanidad, Jens Spahn, han mostrado ya su rechazo a esta opción, que de forma no explícita debe contar con el beneplácito de Angela Merkel. Fue la canciller quien denunció con mayor contundencia entre los conservadores la ruptura del cordón sanitario al hablar de un movimiento “imperdonable” y exigió dar marcha atrás.

La nueva votación deberá celebrarse el próximo 4 de marzo y La Izquierda ya ha avanzado que piensa presentar al mismo candidato de la otra vez y anterior presidente del estado federado, Bodo Ramelow. Además, cediendo a una exigencia de los conservadores, este “pacto de estabilidad” se mantendrá un año y se convocarán elecciones regionales para el 25 de abril de 2021.

La CDU quería evitar una llamada inminente a las urnas, temiendo el desgaste por su papel en la ruptura del bloqueo a la ultraderecha. El cordón sanitario a AfD se había mantenido sin fisuras desde su despegue en las encuestas en 2015, pero saltó por los aires el pasado 5 de febrero.

Ese día, en la tercera votación en el Parlamento regional de Turingia para elegir jefe del Ejecutivo, el liberal Thomas Kemmerich obtuvo el apoyo de los conservadores y, por sorpresa, también el de los ultraderechistas -pese a que tenían su propio candidato- superando en votos a Ramelow.

Elecciones en Hamburgo El atentado xenófobo del miércoles también planeó sobre el cierre de campaña de las elecciones regionales de la ciudad-estado de Hamburgo, que se celebran hoy. El SPD parte como gran favorito y aspira a mantenerse en el Gobierno, con la ayuda de algún socio minoritario, y los analistas esperan también para comprobar los posibles efectos que pueda tener sobre el voto a AfD el ataque de Hanau en las urnas y, sobre el voto a conservadores y liberales, la ruptura del cordón sanitario.

Según las últimas encuestas, previas al atentado ultraderechista, el SPD logrará entre el 38 y el 39% de los votos, seguido por Los Verdes (23-24%), la CDU (12-13%), La Izquierda (8%), AfD (6-7%) y el Partido Liberal (FDP), con un 5%. De constatarse estos datos en las urnas, implicarían una caída del SPD y de la CDU, mientras Los Verdes doblan sus apoyos y La Izquierda, el FDP y AfD mantienen su representación.

La posibilidad de que el atentado lastre a AfD es real, a juzgar por una encuesta nacional de Forsa publicada ayer en la que el apoyo en todo el país a esta formación pasó del 11% el lunes y martes de esta semana, al 9% el jueves y viernes. Los demás partidos, a una, han criticado con contundencia a los ultraderechistas, a los que han acusado de incitar al odio y aportar la munición ideológica al terrorista. AfD, por su parte, ha asegurado que se trataba de un perturbado mental, que no se puede hablar de terrorismo y que la responsabilidad recae en las fuerzas de seguridad, que no advirtieron el peligro que suponía el autor del tiroteo.