Los hechos ocurrieron en junio de 2019 en Bilbao. Para más detalles, en la parte trasera de una furgoneta aparcada en una zona de Larraskitu después de que las partes implicadas se hubieran conocido en un bar cercano a la plaza de toros, en la calle Lapurdi. Y casi dos años después, la Audiencia de Bizkaia ha dictado sentencia firme en la que absuelve de un delito de agresión sexual a un hombre de 41 años que ha pasado 20 meses en prisión (en Basauri y en Palencia) por esta causa.

La decisión adoptada en el Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao hace valer uno de los principios jurídicos más repetidos en la cultura popular: in dubio pro reo. Se trata de una figura recogida en el Derecho Penal que favorece al investigado o acusado cuando las fisuras de la prueba de cargo son evidentes. En este caso, la sentencia a la que ha tenido acceso DEIA, recompone los hechos denunciados, analiza y compara las versiones, y la conclusión a la que llega después de escuchar a las partes, a los testigos y a los peritos, y atender a las evidencias es que "la coherencia interna del relato" aportado por la denunciante "es cuestionable" en varios aspectos.

Porque la exposición y descripción de los hechos por parte de ambos coincide. Un periodo de más de siete horas durante las que se conocieron en el bar, se fueron a un lugar apartado y mantuvieron relaciones sexuales en distintos momentos de la noche. El hombre alternó esos encuentros con varios episodios de descanso en los que incluso se durmió, tal y como testificaron tanto él como ella. Y ahí precisamente, según los tres magistrados de la Sala, aparece una fisura: la chica no aprovechó esa oportunidad para huir; hasta en dos ocasiones él hombre se quedó dormido, confesaron ambos.

COLILLAS EN LA ZONA

Según se describe en la sentencia, la mujer sostuvo que "en todo momento temió por su vida. Se le preguntó en la vista reiteradamente por las posibilidades que tenía de pedir ayuda o de marcharse del lugar. Ella lo negó", resume el escrito. Sin embargo, tal y como queda reflejado en la sentencia, la chica no usó su teléfono móvil para pedir ayuda cuando él dormitaba y, otro elemento llamativo es que "la testigo podía salir del coche sin ningún impedimento, como reconoció en la vista". De hecho, ella misma dijo que salió a orinar y a fumar, como confirman las colillas halladas en el lugar. "Y además (añade la sentencia) sabemos por los datos de la propia inspección ocular que cerca del lugar donde estaba el coche había una casa y que, según explicaron los agentes en la vista, estaba cerca, a unos 80 metros del coche, lo que es una distancia corta para que la víctima (...) hubiera podido dirigirse hacia allí". Sobre todo este asunto, la sentencia confirma que, efectivamente, en una primera declaración la chica manifestó que le habían robado el teléfono, pero durante el juicio sostuvo que no lo usó porque pensaba que si intentaba irse o usarlo "él podía matarla". Finalmente, "contribuye a la inconsistencia de la declaración" el hecho de que, a las seis de la mañana, y según la propia testigo, pidió al encausado que le acompañara a casa.

Los tres magistrados entienden que "la inconsistencia de la versión de la denunciante y la ausencia de corroboraciones de la misma (...) nos impide llegar a una convicción clara sobre lo ocurrido" por lo que dejan sin efecto las medidas cautelares adoptadas con el encausado, quien tiene previsto reclamar una indemnización.

Los apuntesEl teléfono.

"Se le preguntó en la vista reiteradamente por las posibilidades que tenía de pedir ayuda o de marcharse del lugar. Ella lo negó. Pero lo cierto es que en todo momento (durante las siete horas aproximadamente que estuvieron en la furgoneta) dispuso de su teléfono móvil, tal como reconoció en la vista a preguntas de la defensa, sin que pudiera explicar la razón por la que no lo usó para avisar a alguien de su confianza o a la policía, dado que el encausado estuvo durante importantes periodos de tiempo dormido (como ella reconoció)".

La furgoneta. "Otro elemento llamativo es que la testigo podía salir del coche sin ningún impedimento, como reconoció en la vista. Y, de hecho, señaló que salió a fumar y a orinar. Las colillas que se encontraron en la inspección ocular dan muestra de esta acción en el lugar".

La distancia. "Y, además, sabemos por los datos de la propia inspección ocular que cerca del lugar donde estaba el coche había una casa y que, según explicaron en la vista, estaba cerca, a unos 80 metros del coche".