Bilbao - Los análisis han confirmado tres casos positivos de fiebre Q entre los trabajadores de la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB) de Arraiz. Una cuarta persona está todavía sin confirmar. La próxima semana, además se repetirán las serologías a otros 86 miembros de la plantilla y algunas empresas subcontratadas.

El comité de empresa se reunió ayer con el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan. Sus responsables les informaron de que se ha confirmado que tres trabajadores de la planta de residuos, de los cuatro casos sospechosos, han contraído la enfermedad, que se transmite a través de la bacteria coxiella burnetii. El cuarto trabajador se considera todavía probable y se le va a realizar una nueva analítica de sangre. La aparición de tres casos confirmados convierte la situación en un brote, ya que Osalan así lo considera cuando se producen dos o más contagios. Además, a partir de la próxima semana se va a realizar una nueva serología a 86 trabajadores, tanto de la plantilla de la propia planta como de algunas empresas subcontratadas que trabajan en ella.

Los responsables de los trabajadores y de Osalan se emplazaron ayer a una nueva reunión, el próximo día 17, para realizar un seguimiento de la situación y recibir información de estos análisis. El comité de empresa también solicitó, tanto a Osalan como al servicio de Epidemiología del Gobierno vasco, que realicen una charla informativa con los trabajadores, para explicar los pasos dados hasta ahora y aclarar las dudas que puedan tener.

Según informó ayer el representante de ELA en el comité, Enrique Álvarez, de momento se sigue sin conocer las causas del brote, pese a la investigación que está encabezando Osalan. “Todos los que hemos estado en la reunión estábamos de acuerdo en que en la planta ha entrado algo que no debería haber entrado. ¿Cuándo? ¿Desde dónde? Eso va a ser más difícil de determinar pero lo que está claro es que la bacteria ha entrado en la planta”, explicaba al término del encuentro. Y eso, pese a que las mediciones ambientales realizadas en la planta -contra cuya metodología ya se quejaron los trabajadores- descartaron la presencia de la bacteria en la planta. “Desde el comité vamos a pelear por que estos casos se consideren enfermedad laboral. No creo que a nadie se le ocurra desviar la atención con argumentos de que han podido coger la enfermedad fuera del trabajo, porque ahí nos van a tener enfrente”, finalizó Álvarez.