Desembarcan en Italia las 26 personas rescatadas por el Aita Mari en el Mediterráneo
Las ONG denuncian que Italia sigue asignando puertos lejanos a los buques de rescate, lo que prolonga la travesía y agrava el riesgo para las personas migrantes
Las 26 personas rescatadas el lunes en el Mediterráneo Central por el buque vasco Aita Mari, entre ellas 16 menores -entre ellos, un bebé- y una mujer embarazada, han desembarcado este miércoles en el puerto de Civitavecchia (Italia), a más de 400 millas náuticas del lugar de rescate.
El Aita Mari llegó a Civitavecchia a las 15:00 horas y el desembarco, que se ha realizado con total normalidad, ha acabado a las 17:30 horas. La Policía italiana ha supervisado la operación y la Cruz Roja se ha encargado de atender a las personas rescatadas.
Días de "navegación forzada"
Este desembarco ha tenido lugar tras dos días de "navegación forzada". La "designación sistemática de puertos lejanos" -ha denunciado la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), responsable del Aita Mari- ha vuelto a "poner en riesgo innecesario a las personas supervivientes".
Esta práctica "forma parte de las medidas impuestas por el gobierno italiano en virtud del denominado Decreto Piantedosi, que busca justificar la represión que sufren las personas migrantes y criminaliza" a quienes ayudan a estas personas.
Las personas rescatadas por el buque vasco en su mayoría son menores, proceden de zonas de conflicto y están huyendo de la violencia que sufren en sus países, que en esto caso son Somalia, Eritrea y Sudán.
Los tripulantes del Aita Mari han denunciado que estas personas han sufrido cautiverio, torturas y malos tratos a su paso por Libia y, como consecuencia, están desnutridos, deshidratados y con infecciones cutáneas derivadas de vivir en condiciones de hacinamiento.
Por otro lado, Salvamento Marítimo Humanitario ha denunciado el "ataque" a un bote de migrantes que presenció el barco de rescate Louise Michel, que asistió al Aite Mari en el rescate del lunes. Según ha asegurado esta ONG, un patrullero "disparó a 500 metros del bote, obligando a Louise Michel a desistir el salvamento que iba realizar".
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