Atraer al talento joven, el reto que define el futuro del cooperativismo en Euskadi
La jornada KOOPAKETA abrió un diálogo entre la nueva generación y este modelo que busca ganar visibilidad entre la juventud y mostrarles las oportunidades que pone a su alcance
Conseguir que un segmento de la población conecte con algo que no le resulta conocido puede ser un poco complicado, y en el caso del cooperativismo vasco sucede exactamente lo mismo. A pesar de que el modelo es firme y está en constante expansión, muchas de sus ventajas no suelen llegar con claridad a las generaciones más jóvenes. El pasado 20 de noviembre, el espacio Dock de Bilbao acogió KOOPAKETA, una iniciativa impulsada por KONFEKOOP y KOOPERATIBEN KONTSEILUA con el propósito de acercar el movimiento cooperativista a la juventud y, al mismo tiempo, facilitar que las organizaciones del sector escuchen de primera mano las inquietudes de quienes tomarán el relevo en los próximos años.
Konfekoop y Kooperatiben Kontseilua presentan un calendario de actividades para impulsar el modelo cooperativo
Los encargados de conducir este evento fueron Helena Gorroño, vicepresidenta de la Red de Jóvenes Cooperativistas de Europa de la ACI impulsada desde KONFEKOOP y Jonkass, periodista y músico euskaldun. Ponencias de valor, interactividad e intercambio de ideas fueron tres de los ingredientes clave en esta propuesta. “El objetivo de hoy es que podamos entender el contexto cooperativo actual y que tengamos unas bases compartidas. A partir de ahí nos sentaremos por grupos en unas mesas de trabajo”, adelantó Gorroño al inicio.
Precisamente, el cooperativismo vasco está considerado un referente nacional e internacional debido a su impacto socioeconómico. A nivel territorial, el cooperativismo tiene un peso especial en Gipuzkoa, donde se aglutina el 53% del empleo de este modelo. “En Euskadi existen 1400 cooperativas distribuidas en casi 2.800 establecimientos, lo que equivale a 63.000 empleos en total. De hecho, unos 1,6 millones de habitantes son socios de alguna cooperativa”, señaló la representante.
“El modelo cooperativo es más que una manera de trabajar o consumir: debemos integrarlo en todos los ámbitos como estilo de vida”
Según el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi - Kooperatiben Kontseilua, las comarcas que concentran mayor densidad cooperativa presentan una menor tasa de desigualdad, mayor igualdad de género y mejores indicadores de estabilidad laboral. “Cada año, se crean más de 120 nuevas cooperativas en la CAV. El potencial de futuro de este modelo está demostrado, pero es necesario que haya un relevo generacional. Todos somos importantes, y en una o dos décadas todavía estaremos aquí, así que tenemos derecho a alzar nuestra voz”, argumentó.
Un giro más allá de lo profesional
Y hablando de voces, la primera invitada que inauguró este encuentro fue la divulgadora e influencer Marina Vargas, de la Cooperativa Ecooo (@guapa.lista.y.cooperativista en Instagram), quien se subió al escenario para compartir cómo se vive el cooperativismo desde su cotidianidad. “Llegué a este modelo un poco por casualidad. De hecho, mi padre estaba en una cooperativa, pero eso nunca me había llamado la atención. Yo estudié un grado de Ingeniería de Energías Renovables y después di varios tumbos por el ámbito capitalista antes de entrar en el mundo cooperativo”, explicó.
“En una empresa tradicional solo se enriquecen unos pocos, mientras que en una cooperativa los beneficios se reparten”
Ese cambio marcó un punto de inflexión no solo en su trayectoria profesional, sino también en lo personal. “No tener un jefe y tomar las decisiones en conjunto te transforma la vida. La autogestión y la responsabilidad me han enseñado mucho, y me han dado más libertad. En una empresa tradicional solo se enriquecen unos pocos, mientras que en una cooperativa los beneficios se reparten entre los socios y se invierten en otros proyectos para el bien común”, expuso. “Los jóvenes vienen con energía fresca y ganas de dar guerra. En las cooperativas ese espíritu se valora. Justamente, empecé a hablar sobre mi experiencia en redes para acercar este modelo a personas que nunca antes se lo habían planteado, porque el relevo generacional es más necesario que nunca”, recalcó.
El impulso del mañana
La siguiente ponencia estuvo a cargo de Lorea Argarate de la cooperativa Tazebaez, que invitó a todos los asistentes a imaginarse futuros cooperativistas en los que la esperanza y el progreso sean los ejes centrales. “Os lanzo una pregunta. ¿Por qué es más fácil pensar en el fin del mundo que en el fin del capitalismo? Pues porque los seres humanos necesitan seguridad y certeza, es ahí donde estamos cómodos. Tiramos de estadísticas”, afirmó, y como demostración utilizó el cono de Voros para hablar sobre escenarios viables, probables y deseables. En su visión particular, la realidad que está por venir engloba la digitalización, las personas como epicentro y el bien común. Con este planteamiento, Argarate fue encauzando la sesión hacia una de las dinámicas grupales en las que el público participó más tarde.
“Os lanzo una pregunta. ¿Por qué es más fácil pensar en el fin del mundo que en el fin del capitalismo?"
En la misma línea, el programa incluyó dos mesas redondas que ofrecieron perspectivas diversas. En la primera participaron Itxiar López, al frente de las relaciones institucionales de Koopera, y Maddalen Agirre, responsable del área de personas de Danobatgroup, quienes abordaron el cooperativismo como un enfoque innovador desde ambas posiciones: como empleadas y como consumidoras “La población joven busca un propósito y no concibe el trabajo del mismo modo que lo hacen sus padres. No tienen la idea de entrar en una empresa y seguir allí hasta jubilarse sin aportar mayor valor”, defiende López. Durante su intervención, recordó cómo fueron sus inicios en una cooperativa. “Lo que más me sorprendió fue la coherencia que predominaba, porque los valores de la empresa no se quedaban solo en el papel. Sentía que podía participar y que mi opinión se tenía en cuenta”, matizó.
“Tenemos que visibilizar el cooperativismo, fomentar que los jóvenes sepan que pueden crecer en la compañía”
Relevo generacional
Respecto a los retos a superar en los próximos años, la captación y retención del talento juvenil volvieron a encabezar la lista. “Tenemos que visibilizar el cooperativismo, fomentar que los jóvenes sepan que pueden crecer en la compañía y darles acompañamiento a través de la formación necesaria”, amplió.
Por su parte, Agirre explicó que son conscientes del desafío demográfico actual. “Es importante cultivar el compromiso de los jóvenes mediante propuestas atractivas”. Así pues, señaló que, aunque la industria en la que se enmarca Danobatgroup está “muy masculinizada”, desde la cooperación están apostando por planes de igualdad que ayuden a darle la vuelta a la situación”. Ambas coincidieron en que el cooperativismo no se limita al ámbito profesional, sino que también se ejerce desde el papel de consumidoras. “Yo hago un consumo responsable de productos de cooperativas y mis hijos estudian en un centro educativo cooperativa”, declaró López.
Educando las mentes del futuro
La segunda mesa redonda se multiplicó en cuanto a número de participantes, puesto que reunió a la socia-consumidora de Goiener y miembro del Consejo Rector Eider Murgoitio, el docente de la cooperativa Lauaxeta Ikastola y a las alumnas de sexto de Primaria del centro, Sare Valencia y Jone Zabala. Las dos últimas ofrecieron un testimonio intergeneracional sobre lo que supone vivir el cooperativismo desde el colegio. “Desde pequeñas nos han enseñado la importancia de los valores y tenemos la oportunidad de conseguir que se escuche nuestra voz y nuestra opinión”, compartieron Sare y Jone.
Las charlas se alternaron con dos sesiones prácticas en las que el público se organizó en varias mesas de trabajo. En estos ejercicios, los organizadores de KOOPAKETA animaron a la gente a intercambiar sus ideas para identificar qué valores definen a una cooperativa y cómo sería el cooperativismo del mañana. De este brainstorming brotaron conceptos como “igualdad”, “personas en el centro”, “compartir derechos y deberes”, “democracia” o “una persona, un voto”, que después fueron puestos en común.
La conciencia sobre cooperativismo, una materia pendiente
El perfil de los asistentes fue de lo más diverso. Una de ellas fue Naia Bollaín, perteneciente a la cooperativa Ausolan. Relata que viene de un entorno en el que ni siquiera conocía lo que era una cooperativa. Estudió Empresariales y es allí cuando descubrió una especialización sobre cooperativismo que le despertó interés. “Me pareció otra forma de negocio, otra manera de gestionar una empresa, otra forma de entenderlo todo”, afirmó. “Lo que más me atrae de una cooperativa es la democracia interna que hay, es decir, una persona equivale a un voto y yo tengo el mismo peso en las decisiones que el director financiero, por ejemplo. A nivel económico, no suele haber grandes diferencias salariales y además, hay muchas oportunidades de crecimiento profesional”, aseguró.
“Yo destacaría la autogestión, la responsabilidad, la pertenencia a un proyecto y el impacto social”
A su vez, Xabier Bernedo es socio de Caja Laboral Popular y trabaja en el departamento de organización. “Ha sido una sesión súper interesante porque, aunque pensemos que los jóvenes están inclinándose más hacia el individualismo, estamos viendo que esos valores que están presentes en el modelo cooperativo se ensalzan mucho y son una alternativa atractiva al modelo de empresas del capital tradicional”, sostiene. “Yo destacaría la autogestión, la responsabilidad, la pertenencia a un proyecto y el impacto social. Lo que más me motiva personalmente es que hay un propósito más allá del productivo-laboral”.
Otra de las participantes fue Amaia Pinedo, que lleva casi dos años trabajando en una cooperativa del sector automovilístico.“Creo que la ventaja principal del cooperativismo es poder ser parte de una organización con la que compartes valores y poder vivir en coherencia con ello. En mi caso, priorizo los valores de justicia e impacto social y me importa que las personas estén en el centro”, comparte. Reconoce que falta mucho camino por recorrer en materia de concienciar a los jóvenes. Este sentimiento también lo manifiesta Ane L., que admite “no tener mucha idea de qué implica estar en una cooperativa”, por lo que nunca lo había visto como una opción viable para ella.
“HaziKoop Up! es un compromiso con la innovación cooperativa y con una Euskadi más inclusiva y resiliente”
El broche final de este evento lo puso Marta Areilzaga, que dio a conocer en primicia la iniciativa HaziKoop Up!, pensada para acompañar a cooperativas tecnológicas de nueva creación. “Es un compromiso con la innovación cooperativa y con una Euskadi más inclusiva y resiliente”, detalló. Nos quedamos con una de sus frases como motor impulsor: “Activa tu idea, acelera tu impacto, hazla cooperativa”.