Una de las claves de Querer, la serie con la que Alauda Ruiz de Azua conquistó a crítica y audiencia en 2024 es que la cineasta baracaldesa no subraya algo que las mujeres han vivido en carne propia, aunque jamás lo hayan compartido petit comité y mucho menos denunciado en comisaría: el acoso sexual. Aunque sin llegar al extremo de la violación continuada que narra la miniserie, la identificación colectiva con lo que Miren (interpretada por Nagore Aranburu) vivió junto a su marido en aquel lujoso piso en plena Gran Vía de Bilbao no fue fruto de la casualidad. Y es que el 57% de las vascas –medio millón de mujeres de 16 a 85 años– confiesa que ha sufrido acoso sexual en algún momento de su vida. Seis de cada diez, que se dice pronto. De ellas, sólo el 1,7% se ha confiado a la policía este año.
Miradas insistentes y lascivas, un contacto no deseado, besos no solicitados, abrazos más largos de lo que marca la etiqueta, bromas sexuales, comentarios molestos sobre el cuerpo, grooming, sexting, stalking, sextorsión … Y obviamente, violencia física. El acoso sexual puede darse dentro de la pareja. También puede suceder cuando menos lo esperas por parte de fulano en la calle o del jefe, subordinados, compañeros, clientes, usuarios, amigos... Algunas mujeres confiesan acoso durante su infancia, pero no en su etapa adulta. Otras la han sufrido ya a partir de la mayoría de edad. En torno al 21,5% de la población femenina ha sufrido acoso sexual antes de los 15 años y un 49,5% ha sufrido este acoso después de la mayoría de edad.
Esta es la inquietante fotografía que revela el informe Acoso sexual y acoso reiterado dentro y fuera de la pareja y violencia en el entorno laboral elaborado por el Órgano Estadístico del Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno vasco a partir de la encuesta realizada a una muestra representativa de 4.500 mujeres. “La violencia nunca es un acto de amor, lo volvemos a decir, es una manifestación de control y de poder. Espero que entre todas y todos lo consigamos”. Con esta frase cerró su intervención la consejera Nerea Melgosa, que compareció junto a la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, para presentar las conclusiones de este estudio.
Con más formación y estatus
Por tipo de acoso, el 53,1% de las encuestadas ha revelado acoso sexual mientras el 24,5%, acoso reiterado en forma de conductas ofensivas o amenazantes. Los resultados de la encuesta, según precisó, llevan a concluir “que no existe un perfil concreto ni de la víctima ni de la persona agresora”. No obstante, la prevalencia del acoso es muy superior entre las mujeres más jóvenes, de forma que lo afirman un 73,9% entre las de 16 y 29 años y un 69,3% entre quienes tienen 30 y 44 años. Las mujeres más mayores, sin embargo, entre 65 y 85 años, obtienen la tasa más reducida (39,9%). A juicio de la directora de Emakunde, esta realidad se debe a que “las jóvenes igual están más sensibilizadas con el tema o detectan más fácilmente lo que es un acoso que las personas mayores”
A tenor de las respuestas, el informe constata que “la probabilidad de que las mujeres más jóvenes sufran algún tipo de acoso dentro y/o fuera de la pareja, sobre todo sexual, resulta superior, ya que sus tasas de prevalencia superan con creces la tasa media”, subrayó Elgarresta. Respecto a la nacionalidad, la proporción de mujeres migrantes que han experimentado acoso sexual es algo inferior a la de las vascas, un 51,5% frente a un 53,3%, respectivamente. Por el contrario, las probabilidades de que estas mujeres sufran acoso reiterado es algo superior: un 29,4%, por un 24% las vascas.
En base al nivel de estudios, las tasas de prevalencia de ambos tipos de acoso más elevadas se dan entre las que cuentan con estudios superiores, que alcanzan el 68,4% de afectadas. El informe también advierte que las mujeres que residen en hogares de renta alta obtienen las tasas más altas de acoso sexual y/o reiterado dentro y fuera de la pareja, con hasta un 71,5%.
Acoso en el trabajo
La oficina es también escenario de comportamientos incómodos, humillantes cuando no delictivos. Se observa que el 11,5% de mujeres ha sufrido acoso sexual y/o acoso reiterado en el entorno laboral alguna vez en su vida. Esto supone 84.906 mujeres han sido acosadas en el trabajo. En el 37,4% de casos el agresor era un compañero, en un 29% un superior y en otro 32,9% quien ejerce el acoso es otro hombre (clientes, proveedores...). Pese a que este problema estructural está a la orden del día, son pocas, muy pocas las mujeres que denuncian. Según el informe, un 7,3% de las mujeres que manifiestan haber sufrido acoso sexual y/o acoso reiterado dentro y/o fuera de la pareja ha denunciado en alguna ocasión esta violencia y un 1,7% en el último año. La mayor parte de estas denuncias han sido interpuestas por las propias mujeres.
En cuanto al tipo de acoso sufrido, la encuesta concluye que es más habitual que se denuncien episodios de acoso reiterado (13,7% alguna vez, frente al 6,6% de los casos de acoso sexual). Además, la proporción de denuncias es superior cuando se trata de episodios de acoso producidos dentro del ámbito de la pareja (22,8% frente a 6,4% de los casos de acoso que han sucedido fuera de la pareja). Siete de cada diez mujeres que han denunciado las situaciones de acoso experimentadas (73,9%) aseguran que tras la denuncia los comportamientos de acoso pararon o menguaron.