A sus 31 años, Nacho Marín, natural de Cárcar y formado en el Basque Culinary Center, es responsable de formación técnica en Martiko, compañía navarra de referencia en el sector gourmet. Desde que entró a formar parte de la empresa hace más de cuatro años, ha vivido de cerca la apuesta por innovación, calidad y talento joven.
¿Cómo llega usted a Martiko?
Estudié el grado en Artes Culinarias y Vanguardias en el Basque Culinary Center. Tras finalizar mis estudios trabajé en distintos restaurantes y participé en ferias gastronómicas. Durante la pandemia me quedé sin empleo, y fue entonces cuando surgió la oportunidad de unirme a Martiko. Mi abuelo había trabajado suministrando maquinaria a la empresa, por lo que ya la conocía de cerca. Buscaba incorporarme a una compañía seria, aprender cómo se gestiona una empresa de gran tamaño y, desde dentro, contribuir a transformar el sector HORECA.
¿Fue difícil el proceso de selección?
No, el acceso no fue duro. Me hicieron varias entrevistas internas y encajé con el nuevo director comercial y con Recursos Humanos, que vieron potencial en mí. Lo difícil fue adaptarme a la empresa. Pasé de los fogones a organizar degustaciones, contratar personal, coordinar envíos… fue un cambio completo de mentalidad y forma de trabajar.
Tuvo que someterse a un intenso periodo de formación. ¿Cómo fue?
Entré para cubrir una vacante y empecé mi formación. Pasé casi tres meses en granjas, aprendiendo todos los procesos: granjas, producción y degustaciones. Las formaciones externas suelen durar unas dos horas, tiempo suficiente para dar nociones básicas sin sobrecargar de información. Tuve la suerte de aprender con personas muy competentes, desde veterinarios hasta granjeros. Eso me permitió desarrollar mis capacidades más allá de lo que un currículum puede reflejar.
¿Qué funciones desempeña actualmente en la empresa?
Soy responsable de la formación técnica, capacitando tanto a nuestro equipo como a colaboradores de HORECA. Llevamos la formación a restaurantes, escuelas de cocina y centros educativos por toda España. También formamos a compradores y personal de ventas de nuestros canales retail. Nuestro objetivo es ofrecer un conocimiento completo del mundo del pato porque muchos lo asocian únicamente con el paté.
¿Cuesta encontrar personal en el sector de la alimentación gourmet?
Lo difícil no es encontrar personas, sino fidelizarlas. Hoy en día, con las redes sociales, puedes contratar a alguien de Australia y perderlo al día siguiente. En Martiko cuidamos al personal con buenos salarios, formación continua y apoyo. Así, el talento que entra se pule, como un diamante, y evoluciona dentro de la empresa.
Martiko ha organizado varios concursos para captar talento. ¿Qué supone esto?
Martiko apoya el talento joven a través de becas y concursos. Por un lado, se financia la mitad de la matrícula a estudiantes destacados en su tercer año y se les enseña todo el proceso productivo. Por otro lado, se busca talento externo, cocineros menores de 30 años, con experiencia laboral, que presentan platos y reciben recompensas económicas. Todo para seguir formando y potenciando el talento.
¿Cómo ve a las nuevas generaciones y qué consejo les daría?
La gente joven es fundamental, tanto en planta como en áreas comerciales. Aportan visión, energía y conocimiento tecnológico. Lo importante es formarlos y darles responsabilidades progresivas; así contribuyen al crecimiento de la empresa y traen nuevas ideas. Recomendaría a quien quiera unirse a empresas como Martiko tener curiosidad, ganas de aprender y pasión por el sector.