Cuatro de cada diez jóvenes afirman que la sociedad en su conjunto les hace "sentir mal a menudo". Por otro lado, la mitad de la juventud vasca no prevé que vaya a tener hijos a lo largo de su vida. Estos son datos que se han arrojado en la cuarta edición de The Future Game, en el marco del estudio Erupción emocional Z, realizado por BBK Kuna, DOT y la Universidad de Deusto.
La sala BBK ha acogido en la mañana de este lunes la exposición de estos datos que ha contado con la participación de Urko, Aitziber y Kimetz, tres jóvenes que han formado parte del estudio. "La pandemia les ha hecho un agujero en su vida", ha señalado el investigador de la Universidad de Deusto, Bráulio Gómez.
A través de este programa, se plantea una escucha activa a una generación que demanda poner en el punto de mira la problemática de la salud emocional y bienestar, abordando de manera constructiva y analizando los elementos del día a día que pueden aportar bienestar desde la cotidianidad. "Creo que somos una generación de cristal que somos transparentes, dejamos ver lo que estamos viviendo, lo que se nos pasa por la cabeza y cómo nos afecta eso", ha apuntado Kimetz.
Impacto de pandemia mundial
Cuatro años después de la pandemia mundial, la Generación Z –nacidos entre 1995 y 2010– hace frente a un mundo incierto. Debido al aumento de los costos y la precarización laboral, esa transición, a menudo, se materializa de una manera más lenta y ha llevado a extenderse la idea de que dicha generación está infantilizada.
La globalización y la velocidad con la que se ha avanzado en términos tecnológicos afecta de manera directa a la ciudadanía. Gran parte de los encuestados señalan la existencia de un ritmo frenético y una sensación de descontrol. "La pandemia me ha permitido entender mis ritmos. Soy yo escuchando, soy yo interpretándolo y soy yo viviéndolo", ha matizado Urko.
Según los datos recogidos, y como ha expuesto Gómez, tan solo un "7%" indica que el "bache emocional" de la pandemia "no les ha servido de nada". Por otro lado, a uno de cada dos le sirvió para conocerse mejor, un 48% para ordenar sus prioridades y un 43,4% para descubrir a los que son sus verdaderos amigos.
La importancia del trabajo
A su vez, uno de cada dos jóvenes considera que trabajar en algo que les guste es uno de los factores que afecta de manera más positiva a su salud emocional. También estiman importante la conciliación de la vida personal y laboral.
Otro de los factores relacionados es la preocupación existente por la precariedad laboral, que económicamente les impide hacer una vida independiente. Para Bráulio Gómez, este es un tema que sale "cuando hablan de su salud emocional".
Según el estudio, uno de cada cuatro jóvenes se sienten solos y un 15% se siente abandonado de manera frecuente. A su vez, han comunicado su necesidad existente de buscar constantemente una comunidad cercana y de apoyo.
Cambio de generación
La juventud vasca elige dejar de lado las redes sociales digitales para disfrutar de su tiempo libre y prefiere estar con amigos –61,2%– y familia –57,5%–, disfrutar del deporte –60,3%–, de la naturaleza –56,5%– y de estar con su pareja en un 53,4%.
Por contra, expresa que el uso del entorno digital les causa fatiga física y visual al 26,9%, fatiga mental al 25,6% y hasta un 7% expresa sentir ansiedad, frente a un 21,6% que asegura que no le afecta.
El 41,2% indica que la sociedad en general les hace sentir mal muchas o bastantes veces, y un 49% asegura que la diferencia "entre lo que son y lo que esperan de ellos sus madres es grande o muy grande".
Mientras los denominados millennial "soñaban con viajar eternamente y no trabajar, estos jóvenes ven en el empleo una fuente de seguridad para enfrentar un mundo lleno de incertidumbres", concluye el estudio Erupción emocional Z.