Aina Buforn siempre se ha sentido “acogida” por sus hijastros, de 11 y 9 años, a los que se suma el pequeño, de 4, que tiene en común con su pareja. “Me paso el día discutiendo con los tres por igual porque se pelean, uno no quiere hacer deberes, el otro no se quiere duchar, lo de siempre”, cuenta esta orientadora especializada en familias enlazadas y cocreadora de Ser Madrastra. “Una plataforma de acompañamiento y divulgación acerca de este rol, ya que está muy estigmatizado y no existen referentes positivos”, explica.

La madrastras de Blancanieves o Cenicienta dejaron huella. ¿Cómo darle la vuelta?

Cambiando la connotación negativa del estereotipo. Demostrando que las madrastras somos personas de carne y hueso y que no venimos a robarle el sitio a las madres ni a dañar a los hijastros.

¿Por qué sufren las madrastras?

Porque la connotación negativa del término madrastra hace que directamente la gente desconfíe de ti y de tus intenciones. En el ámbito social no hay un espacio para las madrastras. Se confunde mucho la figura de la madrastra con la de la madre. Entonces se tiende a pensar que la madrastra va a usurpar ese espacio de la madre, cuando realmente lo que queremos es reivindicar nuestro rol propio.

¿Toda madrastra oye alguna vez: “Tú no me mandas porque no eres mi madre”?

Sí, alguna vez te dicen esas cosas, pero no necesitas ser la madre de nadie para que te respeten.

¿Qué es lo que más les cuesta a los niños y niñas en este proceso?

La mala gestión de sus padres. Realmente aquí el problema de ajuste de los niños es por los padres. Si los padres no lo llevan bien, los niños no lo van a llevar bien.

¿Con paciencia y cariño se adaptan a todo si nadie malmete?

Sí. Digamos que el aprendizaje lo tienen que hacer los adultos. Son los adultos los que tienen que dejar de poner en competición a la madre y a la madrastra. Los niños se adaptan bien a todo, pero también tienen sus dudas y sus miedos, que hay que atender, por supuesto.

“Son los adultos los que tienen que dejar de poner en competición a la madre y a la madrastra. Los niños se adaptan bien a todo”

¿Qué dudas y miedos tienen?

La llegada de la madrastra genera incertidumbres de si van a perder espacio con sus padres, si van a cambiar en algo la relación, si va a cambiar el statu quo de la casa. Es normal, llega una persona nueva que no conocen. Eso se va disipando a medida que pasa el tiempo, pero también hay que saber acompañarlo. Por eso es tan importante el apoyo de los adultos.

Usted es madre. ¿Tener hijos propios y convivir con los de la pareja suele ser causa de conflicto?

A veces sí, cuando hay diferencias en los estilos de crianza. No es nuestro caso, porque yo he tenido mucha suerte y la manera de educar a mis dos hijastros y mi hijo es igual, pero cuando hay estilos de crianza diferentes, sí que suele haber tiranteces.

Habrá quienes piensen que, siendo madres, atenderán mejor a sus hijos que a los de sus parejas.

Sí, es un temor social que traslada el estigma de la madrastra a la familia. Ese temor a que, cuando tenga hijos, dejará de lado a los hijastros o empezará a tratarlos mal. Y no tiene por qué ser una realidad. Sí que es verdad que se tiene que hacer un nuevo ajuste, conlleva unas dificultades, pero también es cierto que el entorno es el que suele percibir a los hijos de padres separados como víctimas y no creo que eso les haga ningún favor, porque son los que van y vienen. Hay que dejar de dramatizar esta situación y normalizarla.

Suena bien, pero complicado.

Esos niños son afortunados porque tienen dos casas y tienen a sus dos papás y a su padrastro y a su madrastra y el hijo que tenemos en común solo tiene una casa y papá y mamá viven. Son dos situaciones exactamente igual de buenas, es siempre la mirada externa la que pone el peso del estigma.

Son juzgadas por el entorno y la sociedad. ¿Qué comentarios de los que les hacen les duelen más?

Las madrastras no tenemos espacio para quejarnos. Siempre te dicen que eres egoísta o infantil. Si te quejas, que ya sabías dónde te metías. Siempre te tienen con la cantinela esta de quiérelos como si fueran tuyos, pero no demasiado no vaya a ser que te metas en el lugar de la madre. Eso también genera como unas arenas movedizas en las que no sabes por dónde pisar. Siempre está la sombra del juicio, de que algo vas a hacer malo.

Una vez que la relación fluye, debe ser muy gratificante. ¿Recuerda el caso de alguna madrastra con final feliz?

Es muy bonito cuando ves madrastras que lo están pasando muy mal, te das cuenta de que están proyectando mucho su malestar en sus hijastros o en la ex y luego les haces este acompañamiento y descubren que realmente es un tema de pareja. Es una cosa que no se ha hablado, una discrepancia con la pareja, y empiezan a funcionar o empiezan a hablar con sus hijastros en otros términos y la relación con ellos se sana. Se ha dado ese caso.

Si la relación con los hijastros no termina de ser buena, ¿hay pareja que lo resista?

Hay que tener en cuenta que la pareja es la base de todo. La pareja tiene que ser la prioridad y los hijastros son la responsabilidad. Aquí lo importante es que la relación de pareja sea sólida, que exista una buena comunicación y que a lo que se tiene que aspirar en la relación con los hijastros es a que por lo menos exista respeto. No puedes obligar a que nadie quiera a nadie, ni a que el amor fluya. Estas cosas suceden o no. También depende del punto emocional en el que se encuentre cada uno.

Los menores también necesitan su tiempo para procesar.

Hay hijastros que están perfectamente abiertos y hay otros que no, porque están en duelo. Esto a veces con el tiempo mejora o no. Lo importante siempre es favorecer un aura de respeto. Si esto existe y hay una buena comunicación en pareja, no hay ningún tipo de problema.

¿Qué me dice del proyecto que tienen en mente en Euskadi?

Estamos creándolo. Ser Madrastra es un proyecto dentro de la Asociación española de familias enlazadas, Afín, y bajo el paraguas de esta vamos a crear en Euskadi una escuela de familias que englobe a padres, padrastros, hijos, hijastros, madres... Cualquier persona que esté en este proceso y necesite asesoramiento o acompañamiento.