Pedir un kalimotxo para cenar en Euskadi es una costumbre muy asentada, sobre todo los viernes y los fines de semana.

Una bebida que triunfa, que cautiva paladares y muy fácil de elaborar con ingredientes sencillos: en un vaso con hielos se agrega vino tinto, coca cola y listo. Sin olvidar que es una bebida que también genera cierta controversia en dos aspectos: la calidad del vino y el precio.

Dos kalimotxos

Lo que está claro es que el kalimotxo tiene que cumplir una máxima que no puede variarse para hacerlo correctamente: debe ser una mezcla de coca-cola (ni light, ni coca-cola zero, ni Pepsi) y vino tinto.

En cuanto al vino, mientras unos apuestan por un buen crianza, otros aseguran que lo mejor es un vino corriente, sin denominación de origen.

Incluso hay expertos que optan por un vino joven con mucha fruta y con un toque de madera.

Atónitos por el precio del kalimotxo

Al margen de la elaboración, el precio de esta bebida tan popular ha generado más de una polémica en la capital alavesa.

El pasado 29 de julio un vecino de la capital alavesa pidió un kalimotxo en un bar y se quedó atónito al comprobar la cuenta, porque "era el kalimotxo más barato que había pagado".

Tal y como ha explicado a DNA, este cliente fue a cenar con su pareja a cinco kilómetros de Gasteiz, a un establecimiento en la calle Paduleta.

Se trata del restaurante Aldaia, a tan solo diez minutos de la capital alavesa, que atiende a numerosas empresas ubicadas en Jundiz.

La sorpresa de la pareja fue que al pagar la cuenta, alucinaron con el precio de cada kalimotxo: 2,80 euros.

La cuenta de la cena