Nueve de cada diez jóvenes de 16 a 21 años están expuestos de forma habitual al humo digital en redes sociales y plataformas bajo demanda, lo cual duplica el riesgo de que consuman tabaco y también nuevos productos como vapeadores, que perciben además como inocuos pese a tener efectos igual de nocivos.
Los datos del estudio Influencia de las Plataformas de Vídeo On demand y medios sociales en la exposición a tabaco y nuevas formas de fumar, que presentó ayer miércoles la Asociación Española contra el Cáncer (Aecc) demuestran, según sus responsables, el esfuerzo de la industria para normalizar estos hábitos, aprovechando el resquicio legal que existe sobre ellos.
De los 1.730 chicos de 16 a 21 años entrevistados entre mediados de noviembre y diciembre de 2022, el 13,2 % es fumador diario de tabaco, el 24,6 % semanal y el 33,2 % lo ha hecho mensualmente, y es precisamente este último dato “un indicador claro de que se está normalizando”, señaló en su presentación Diego de Haro, técnico del Observatorio de la Aecc.
Un porcentaje que se eleva al 39% en los nuevos productos. Si se suman ambas formas de consumo, el resultado es que un 50% de los jóvenes ha consumido tabaco o cigarillos electrónicos o vapeadores el último mes.
Visión positiva del tabaco
No es la única cifra que alarma a la Aecc, que avisa que los jóvenes siguen teniendo una visión positiva del tabaco: uno de cada cuatro cree que sus efectos nocivos se exageran, un 44% piensa que fumar les hace parecer interesantes, un 44,8 % que les ayuda en situaciones psicológicas complicadas y el 36,5 % que les hace más fácil ligar o hacer amigos.
De nuevo, las cifras se incrementan si se habla de nuevos productos: para un 57,2 % están de moda porque lo hacen actores, streamers e influencers, un 53,1% ve mejor vapear porque no deja malos olores, para el 51,4% es más fácil dejarlo y un 37,6% opina que es una buena forma de compartir experiencias con amigos.
El problema es que estos dispositivos suscita incluso predisposición: de los chavales que nunca han fumado nada, al 10,5% le apetecería fumar tabaco, cifra que se triplica al 30% en el caso de los productos no tradicionales. “Los espacios sin humo no solo se encuentran en playas o parques, también en internet. Nuestros jóvenes pasan cada vez más tiempo delante de las pantallas y ahí también hay humo, humo digital, que generan deseabilidad”, avisó el experto. Un 97,5% de los chicos son usuarios de algún medio social y el 77,1% de alguna plataforma de vídeos bajo demanda, que los convierte en el principal medio de amplificación de la publicidad.
Al contrario de lo que ocurre en el entorno familiar, donde solo el 38% asegura tener un allegado que fuma tabaco y un 16 % nuevos productos, el 74% recuerdan haber visto fumar cigarrillos y un 76% vapear. En total, un 82% ha estado expuesto al humo digital del tabaco y el 83% al vapeo; sumando ambos, el resultado es que el 91,3% está expuesto de forma habitual, y “esto no es casual”. “Los usuarios de estos medios son mas jóvenes y las empresas quieren orientarse a ellos”, censuró. Además del resquicio legal, las empresas explotan los mitos que rodean las nuevas formas de inhalar, como que son inocuas para la salud, cuando sus estragos, a diferencia del tabaco tradicional, son inmediatos, aclaró Karen Ramírez, de la Aecc.
Evali, una enfermedad emergente asociada al consumo de cigarrillos electrónicos, la inflamación de los alveolos o el agravamiento de patologías respiratorias crónicas, son solo algunas de las consecuencias a corto plazo, aunque muchas otras, añadió, están aún por ver.