Sueldos mileuristas, medias jornadas, y contratos con fecha de caducidad. Son las condiciones que suelen caracterizar los contratos de una amplia mayoría de la población, pero sobre todo, de la juventud. Es por eso que a la hora de afrontar el futuro y los proyectos vitales se encuentran en una encrucijada. Abandonar el nido familiar y dejar de ahorrar para adquirir en un futuro un piso en propiedad, o por el contrario, esperar hasta hacer acopio de unos (muchos) miles de euros para poder pagar al menos la entrada de una casa.

Es la situación a la que se enfrentan miles de veinteañeros y veinteañeras de la CAV, situación que el Gobierno vasco ha querido paliar con una ayuda de 300 euros mensuales para facilitar su emancipación. Según las cifras facilitadas, el sueldo medio de este sector de la población se sitúa en 1.337 euros, pagas extras incluidas. Por lo que las opciones para irse de casa y alquilar un piso por su cuenta se reducen sobremanera.

Es por eso que la edad en la que los jóvenes se independizan en Euskadi se sitúa en los 30 años, una cifra que se quiere reducir hasta los 28 en 2030. Y es que en caso contrario, ese sector de la población no puede arrancar con los proyectos vitales.

Así lo sostiene Saioa Elexpe, una joven de 28 años que advierte de que ya no es que la vida esté hecha para vivir en pareja, con alquileres impagables, sino que los precios para arrendar una vivienda están pensados para compartir entre varias personas. Y lo mismo ocurre con el precio de la vivienda, un gasto impensable en la cabeza de estos veinteañeros, que alegan que la única opción de comprar una a medio plazo es la de ser beneficiario de una VPO.

Y es que las viviendas de precio libre se sitúan por encima de los 300.000 euros. Un dato analizado también por Lakua, motivo por el cual se aprobará el mes que viene la subvención que podrán pedir los veinteañeros de 25 a 29 que cobren por debajo de los 28.000 euros, y que comenzará a cobrarse el año que viene y tendrá una duración máxima de 2 años.

Alquileres inasumibles

Tan solo con echar un vistazo rápido por las inmobiliarias, y páginas web de alquileres se pueden encontrar “ofertas” como un piso en Bilbao de 53 metros por 1.200 euros al mes, una cifra que en la villa en general no baja de los 900 euros. Solo lo hace cuando se trata de barrios como San Francisco o Uribarri, o son pisos en pueblos cercanos como en Lutxana, donde se pueden encontrar anuncios de un alquiler de un piso de 55 metros sin amueblar que asciende a 900 euros.

Por eso, Elexpe afirma que “con los sueldos de hoy en día es imposible que nos vayamos de casa, no es que no queramos”. Y las cifras lo avalan: según el informe El coste de la emancipación residencial en Euskadi 2021, los jóvenes tendrían que cobrar un 70% más para poder alquilar una casa, y ganar un 76% más para comprarla.

La situación no cambia demasiado si se trata de pueblos cercanos a las capitales vascas. Ejemplo de ello son anuncios como un piso en Urnieta por 1.000 euros mensuales, u otro por 800 euros en Amurrio.

“La mayoría están hechos para estudiantes, ya que al tener 3 habitaciones cada uno de ellos pagaría alrededor de 300 euros”, asegura Elexpe. Sin embargo, en caso de ser una familia el gasto es “inasumible”, y lo mismo ocurre con la población que tiene los contratos mas precarios y más inestabilidad laboral.

Como sostiene Elexpe, aún teniendo trabajo desde hace varios años, “siempre ha sido precario, y saltando de un centro de trabajo a otro”, lo que le imposibilita emanciparse. Además, defiende que con 28 años ya no está “para compartir piso con gente desconocida como cuando estudiaba fuera en la época universitaria. Ahora necesito mi espacio. Y aunque 300 euros no me van a solucionar la vida, al menos es una oportunidad de volver a plantearme no quedarme con mi ama hasta cumplir los 40”, zanja vehementemente.

Así las cosas, la ayuda del Gobierno vasco pretende paliar esta situación, y los únicos requisitos que tendrán que cumplir es estar empadronados en Euskadi el año previo a su solicitud y acreditar tres de empadronamiento en los diez últimos.

Asimismo, el contrato de alquiler o compra debe ser de su domicilio habitual y tiene que estar en vigor o previsto dentro de los seis meses siguientes a la petición. Por otro lado, la ayuda será compatible con el disfrute de las ayudas de alquiler del Programa Gaztelagun y a efectos del cobro de la Renta de Garantía de Ingresos y del Ingreso Mínimo Vital computará como parte de los ingresos de la persona beneficiaria.

‘La única forma’

En la misma situación se encuentra Elena Martín, una joven de 26 años, que aunque defiende que los 300 euros mensuales son insuficientes, al menos es “una gran ayuda”. Sin embargo, sostiene que “sigo teniendo la sensación de que nos quedamos a medias. Funciona un poco como parche para un problema que en mi opinión hay que afrontarlo con un cambio en las políticas de vivienda y empleo”.

Y es que la joven insiste en que “esta ayuda no garantiza que los jóvenes tengamos capacidad de decisión sobre cómo o dónde queremos vivir, no nos garantiza un proceso de emancipación real”. Asimismo, asegura que de momento solo se plantea alquilar un piso a un tercero, comprar una vivienda no entra en planes futuros a medio o corto plazo, ya que no cuenta con los medios: “La vivienda se ha convertido en un privilegio”, sostiene.

Por otra parte, la joven, que planea pedir el año que viene la ayuda, insiste en que el hecho de irse de alquiler retrasará el momento en el que adquiera una vivienda propia, por el gasto mensual que le supondrá el arrendamiento, lo que provocará que deje de ahorrar. “El descontrol que hay con el tema de la vivienda hace que la emancipación sea un factor más de empobrecimiento. Esto complica hacer planes de futuro”, zanja Martin.

Requisitos

  • Edad. Tener entre 25 y 29 años cuando se haga la solicitud.
  • Ingresos. Disponer de ingresos inferiores a 28.000 euros.
  • Empadronamiento. Estar empadronado/a en Euskadi el año previo a la solicitud; acreditar tres años de empadronamientos en los últimos diez años.
  • Contrato. Contar con un contrato de alquiler o de compra de vivienda que sustituya al domicilio habitual. El contrato podrá estar en vigor o previsto para los seis meses siguientes a la solicitud.

Plazos

Cobro en el 2024. Se prevé que los jóvenes podrán empezar a beneficiarse de esta medida el primer semestre de 2024. En marzo de 2023, se prevé la aprobación de la Estrategia Vasca para Favorecer a la Emancipación Juvenil. La aprobación se prevé para finales de 2023 o principios de 2024. De esa forma, será posteriormente cuando la medida entre en vigor y el colectivo pueda empezar a beneficiarse de la cuantía económica, durante un máximo de dos años.