¿Por qué ha decidido compartir su experiencia y hablar abiertamente de la anorexia? 

En su día me propuse ayudar a otras personas cuando yo estuviera preparada. Quiero dar esperanza a las personas afectadas que, ahora mismo, no la tienen. Yo también estuve en esa tesitura, sé que es difícil. También creo que es importante normalizar la enfermedad y promover un mensaje: quien quiere, puede conseguir recuperarse de la enfermedad.

En 2020, en el marco de la pandemia, Osakidetza registró que los casos de anorexia entre los adolescentes aumentaron un 153% respecto al año anterior. ¿Fue, en ese momento, cuando usted fue diagnosticada con la enfermedad? 

Sí. Creo, de todos modos, que era una enfermedad que llevaba arrastrando desde hacía bastante tiempo. Ni yo ni los demás nos dábamos cuenta de la magnitud del problema. Y es que no comer o sentirse mal por comer es algo muy normalizado en la sociedad. No se encendió la alarma. 

¿Considera, entonces, que la sociedad normaliza ciertas conductas que podrían resultar dañinas para la salud mental? 

Desde luego. Siempre anhelamos una perfección que no es real. Con el tiempo, me he dado cuenta de que la verdadera perfección reside en ser uno mismo, no en estar delgado. Y es que vivimos para la sociedad, no para nosotros mismos. 

¿Continúa en tratamiento?

Sí, pero solo voy a consulta una vez al mes. Estoy en una fase en la que quiero volar sola, por mí misma. 

"De pequeña sufrí acoso escolar y he notado que el bullying deja secuelas y sigue haciéndote daño muchos años después"

¿Cuáles fueron los factores que contribuyeron a la aparición de su caso de anorexia? 

De pequeña sufrí acoso escolar. Esto es algo que he ido notando con los años. '¿Y por qué a mí?', me llegaba a preguntar. El bullying deja secuelas y sigue haciéndote daño años después. Por otro lado, también he sido deportista de élite, he sido campeona de España -en la categoría de remo- y es una disciplina que te obliga a seguir una dieta muy estricta. Los entrenamientos también lo son. Siempre he sido una persona muy estricta, muy perfeccionista, con baja autoestima. 

"Ser perfeccionista, hasta cierto punto, puede ser positivo. Pero también puede llevarte a un extremo muy peligroso"

Irati Olabarri - Superviviente de anorexia

Al hilo de lo que acaba de decir, ¿cree que la autoexigencia es un factor importante en el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria? 

Por supuesto. Recuerdo que las compañeras con las que estuve en el hospital y compartí ingreso tenían, como yo, una media de nueve. Ser perfeccionista, hasta cierto punto, puede ser positivo. Pero también puede llevarte a un extremo muy peligroso. La anorexia miente. La perfección es ser yo misma, no estar delgada. 

Ha sido campeona de Remo tanto en Euskadi como en el Estado. ¿Considera que en el deporte de élite se dan muchos casos como el suyo? 

Sí, pero no se visibilizan. Son deportes en los que se debería cuidar más el bienestar de las personas y, muchas veces, esto se deja de lado. Se nos presiona para que ganemos y para que seamos los mejores. El resto no importa. 

Usted, ¿si tuviera que definir la anorexia, cómo lo haría? 

¡Vaya!, ¡qué difícil!. Como una vía de escape al sufrimiento.  

 ¿Y si la enfermedad pudiera personificarse, qué tipo de persona sería? 

Creo que sería una persona muy fuerte y sabia, porque sabe cómo engañarte. Sería una persona muy absorbente, muy tóxica. 

Cuando se habla de esta enfermedad, se habla en femenino. ¿Considera que la incidencia de la anorexia es mayor entre las mujeres? 

Sí, pero eso no quiere decir que no haya hombres afectados por esta. Los cánones de belleza femeninos, esa delgadez extrema, hace mucho daño.

Existe la percepción general de que la anorexia no se cura. ¿Verdad o mito?

No estoy de acuerdo con esa afirmación. Me guío por lo que siento y creo que no es verdad. Es cierto que hay que luchar, mucho, para superarla. Pero se le puede hacer frente.