La sociedad vasca aprueba con alto grado de aceptación muchas de las situaciones que expresan diversidad social en diferentes ámbitos, como puede ser el religioso, étnico o sexual. Tanto es así que tampoco se declaran especiales incomodidades si la diversidad, de cualquier tipo, llegara hasta la Lehendakaritza.

Es uno de los datos que recoge el trabajo Discriminación y diversidad en Euskadi: perspectivas, ámbitos y colectivos elaborado por Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración de la UPV/EHU. El trabajo se ha hecho público este martes.

Los resultados de esta obra de carácter colectivo, en la que se hace un análisis sociológico de los datos de un sondeo realizado en 2020, coinciden en el tiempo con varias agresiones homófobas que han alcanzado este fin de semana su máxima expresión en A Coruña, tras la paliza mortal infligida al joven Samuel, de 24 años.

Los movimientos sociales denuncian que no se trata de un caso aislado. Este martes a las 12.00 horas también hay una concentración de protesta en los jardines de Alderdi Eder para condenar, entre otras, conductas homófobas ocurridas estos días atrás.

A pesar de lo llamativo de estas conductas, el estudio permite ampliar el foco y contextualizar estos hechos como parte residual de una sociedad, en general, tolerante.

Para la elaboración del informe se consultó a personas expertas que trabajan en el ámbito de la diversidad. Respondieron que la ubicación de la sociedad vasca en una hipotética escala que midiera sus actitudes hacia la diversidad social debería oscilar entre los 5, las personas más críticas, y los 7 puntos, las personas más optimistas.

En ese sentido, el índice vasco de apertura hacia la diversidad incluso se sitúa por encima. Asigna 72,7 puntos a la sociedad vasca en una escala de 0 a 100, donde 100 significaría la plena aceptación ciudadana de la diversidad social.

El informe de Ikuspegi evidencia que la sociedad vasca es "abierta, inclusiva y tolerante con el conjunto de su diversidad social". No obstante, refleja algunas actitudes menos tolerantes hacia los colectivos de la población gitana y personas de origen extranjero.

Este trabajo se ha basado en 1.200 encuestas presenciales y domiciliarias a personas mayores de 18 años en los tres territorios históricos de la Comunidad Autónoma de Euskadi.