El 55,8 por ciento de los ciudadanos considera que ante los riesgos de la pandemia tanto el Gobierno español como los ejecutivos autonómicos deberían haber tomado más medidas de control, 19 puntos más que en el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cuando opinaba así el 37 por ciento de los encuestados.

El 61,2% de los consultados considera que volverá a hacer vida normal cuando la sociedad alcance la inmunidad de grupo gracias a la vacunación. El 15,7% considera por su parte considera que "definitivamente" no hará lo mismo que hacía antes de que se desatase la pandemia.

Según el cuarto estudio del CIS "Efectos y consecuencias del coronavirus", realizado en el mes de mayo sobre una muestra de 3.008 entrevistas, un 29,9 por ciento de los ciudadanos opina, por el contrario, que las restricciones adoptadas son las "adecuadas y necesarias" y un residual 3,6 por ciento sostiene que no hay que tomar medidas que limiten las libertades.En lo que sí hay coincidencia es en que la pandemia está cambiando la forma de vida, de pensar y de cuidar la salud.

Así lo piensa el 69,2 por ciento de la población encuestada, que considera que la epidemia ha variado "mucho" o "bastante" su forma de vida, un 49,4 por ciento su modo de pensar y un 52,2 por ciento afirma que ha condicionado "mucho o bastante" la manera de cuidar la salud.

Las relaciones sociales son uno de los aspectos donde los ciudadanos aprecian más cambios en su vida; así opina el 42,1 por ciento pero cuando se pregunta por cambios en la manera de pensar, un 21,4 por ciento dice que "valora más lo que se tiene, lo que es importante, la vida, la familia y la salud".

El estudio revela que la pandemia ha traído aspectos positivos en los cuidados de la salud. El 33,8 por ciento valora las medidas higiénicas (mascarillas, limpieza y ventilación) y un 25,2 por ciento reconoce que ha cambiado de hábitos y cuida más su alimentación y el deporte.

Al igual que en otros sondeos, la pandemia en España y en otros lugares preocupa "mucho o bastante" al 86,8 por ciento de la población y son los aspectos económicos y laborales los que más afectan a las familias en un 61,8 por ciento frente a la salud y la atención sanitaria, que intranquiliza al 32,7 por ciento.